Martirologio Romano
En
Magenta, localidad cercana a Milán, en Italia, Santa Juana Beretta
Molla, madre de familia, que, esperando un hijo, no dudó en anteponer
con amor la vida de la criatura a la suya propia.(†1962).
Fecha de canonización: 16 de mayo de 2004, por el Papa San Juan Pablo II.
Patronazgo: Mujeres embarazadas, futuras madres, y enfermas de cáncer uterino y mamario.
Breve Biografía
Gianna
Beretta nació en Magenta (provincia de Milán) el día 4 de octubre de
1922. Desde su tierna infancia, acoge el don de la fe y la educación
cristiana que recibe de sus padres. Considera la vida como un don
maravilloso de Dios, confiándose plenamente a la Providencia, y
convencida de la necesidad y de la eficacia de la oración. Durante
los años de Liceo y de Universidad, en los que se dedica con diligencia
a los estudios, traduce su fe en fruto generoso de apostolado en la
Acción católica y en la Sociedad de San Vicente de Paúl, dedicándose a
los jóvenes y al servicio caritativo con los ancianos y necesitados.
Habiendo obtenido el título de Doctor en Medicina y Cirugía en 1949 en
la Universidad de Pavía, abre en 1950 un ambulatorio de consulta en
Mésero, municipio vecino a Magenta. En 1952 se especializa en Pediatría
en la Universidad de Milán. En la práctica de la medicina, presta una
atención particular a las madres, a los niños, a los ancianos y a los
pobres.
Su
trabajo profesional, que considera como una «misión», no le impide el
dedicarse más y más a la Acción católica, intensificando su apostolado
entre las jovencitas. Se
dedica también a sus deportes favoritos, el esquí y el alpinismo,
encontrando en ellos una ocasión para expresar su alegría de vivir,
recreándose ante el encanto de la creación.
Se
interroga sobre su porvenir, reza y pide oraciones, para conocer la
voluntad de Dios. Llega a la conclusión de que Dios la llama al
matrimonio. Llena de entusiasmo, se entrega a esta vocación, con
voluntad firme y decidida de formar una familia verdaderamente
cristiana. Conoce
al ingeniero Pietro Molla. Comienza el período de noviazgo, tiempo de
gozo y alegría, de profundización en la vida espiritual, de oración y de
acción de gracias al Señor.
El día 24 de septiembre de 1955, Gianna y
Pietro contraen matrimonio en Magenta, en la Basílica de S. Martín. Los
nuevos esposos se sienten felices. En noviembre de 1956, Gianna da a luz
a su primer hijo, Pierluigi. En diciembre de 1957 viene al mundo
Mariolina y en julio de 1959, Laura. Gianna armoniza, con simplicidad y
equilibrio, los deberes de madre, de esposa, de médico y la alegría de
vivir.
En
septiembre de 1961, al cumplirse el segundo mes de embarazo, es presa
del sufrimiento. El diagnóstico: un tumor en el útero. Se hace necesaria
una intervención quirúrgica. Antes de ser intervenida, suplica al
cirujano que salve, a toda costa, la vida que lleva en su seno, y se
confía a la oración y a la Providencia. Se salva la vida de la criatura.
Ella da gracias al Señor y pasa los siete meses antes del parto con
incomparable fuerza de ánimo y con plena dedicación a sus deberes de
madre y de médico. Se estremece al pensar que la criatura pueda nacer
enferma, y pide al Señor que no suceda tal cosa. Algunos días antes del parto, confiando siempre en la Providencia, está dispuesta a dar su vida para salvar la de la criatura:
«Si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no dudéis; elegid -lo exijo- la suya. Salvadlo»
La
mañana del 21 de abril de 1962 da a luz a Gianna Emanuela. El día 28 de
abril, también por la mañana, entre indecibles dolores y repitiendo la
jaculatoria:
«Jesús, te amo; Jesús, te amo»
Muere santamente. Tenía 39 años. Sus
funerales fueron una gran manifestación llena de emoción profunda, de
fe y de oración. La Sierva de Dios reposa en el cementerio de Mésero, a 4
kilómetros de Magenta.
«Meditada inmolación»
Pablo VI definió con esta frase el gesto de la beata Gianna recordando, en el Ángelus del domingo 23 de septiembre de 1973:
«Una joven madre de la diócesis de Milán que, por dar la vida a su hija, sacrificaba, con meditada inmolación, la propia»
Es evidente, en las palabras del Santo Padre, la referencia cristológica al Calvario y a la Eucaristía.
S.S. Juan Pablo II la canonizó el 16 de mayo de 2004.
O r a c i ó n
Dios, que eres nuestro Padre,
te alabamos y te bendecimos
porque en Santa Gianna Beretta Molla
nos has dado y hecho conocer
una mujer testigo del Evangelio
como joven, esposa, madre y médico.
Te agradecemos porque,
también a través del don de su vida,
nos enseñas a acoger
y honrar cada creatura humana.
Tú Señor Jesús
has sido para ella
punto de referencia privilegiado.
Te ha sabido reconocer
en la belleza de la naturaleza.
Mientras se interrogaba
sobre su elección de vida,
iba en tu búsqueda
y del modo mejor para servirte.
A través del amor conyugal,
se hizo signo de tu amor
por la Iglesia y por la humanidad.
Como tú buen samaritano,
se ha quedado al lado de
cada persona enferma, pequeña y débil.
Siguiendo Tu ejemplo y por amor,
se ha dado toda entera,
generando nueva vida.
Espíritu Santo, fuente de toda perfección
danos también sabiduría,
inteligencia y coraje para que,
con el ejemplo de
Santa Gianna y por su intercesión
en la vida personal, familiar, profesional,
sepamos ponernos al servicio
de todo hombre y mujer
y crecer así en el amor y en la santidad.
Amén
Con aprobación eclesiástica
Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:
http://es.catholic.net/op/articulos/35438/gianna-beretta-molla-santa.html
Fuente - Texto tomado de GIANNABERETTAMOLLA.ORG:
http://www.giannaberettamolla.org/esp/principalesp.htm