Nació en Londres (Inglaterra) en 1118 y murió en Canterbury en 1170; canonizado en 1173 |
"Si me haces Arzobispo te arrepentirás. Ahora dices que me amas, pero ese amor se convertirá en odio"
Así ocurrió. Renunció a su puesto de canciller y fue ordenado sacerdote el día antes de su consagración episcopal. Lo nombraron Arzobispo en 1162 y desde la consagración episcopal se entregó por completo a servir al Rey de Reyes, donde la gloria está en la humildad y la disciplina. Desarrolló un profundo amor por la Eucaristía hasta el punto que a veces lloraba, le salían lágrimas durante la Misa. Habían muchos abusos en la Iglesia que debía rectificar. Uno de los puntos de conflicto con el rey, fue la cuestión de las respectivas jurisdicciones de la Iglesia y del estado, sobre miembros del clero acusados de crímenes y la libertad de apelar a Roma. El rey de Francia persuadió a Enrique II a ir donde Tomás y hacer las paces. Enrique reconoció la demanda de Tomás de que se respetara la libertad de apelar a Roma y pensó que, al regresar a Inglaterra, Tomás no continuaría exigiendo los derechos de la Iglesia. Sin embargo, pronto tras Tomás regresar a su patria, el 1 de diciembre de 1170, comenzaron otra vez las discusiones. Enrique se encolerizó y dijo:
"¿No hay nadie que me libre de este sacerdote turbulento?"
Estas palabras motivaron a cuatro caballeros que le escucharon y decidieron tomar el asunto en sus manos. Era Adviento, cerca de Navidad. El 29 de diciembre de 1170, los cuatro caballeros con una tropa de soldados se apareció fuera de la catedral de Canterbury exigiendo ver al arzobispo. Los sacerdotes, para proteger a Tomás le forzaron a refugiarse en la Iglesia. Pero Tomás les prohibió bajo obediencia cerrar la puerta:
"Una Iglesia no debe convertirse en un castillo" les dijo
"¿Por qué se portan así, qué temen?" les preguntó. "No pueden hacer sino lo que Dios permite"
En la penumbra de la iglesia, los caballeros reclamaron:
"¿Dónde está el traidor, dónde está el arzobispo?"
"Aquí estoy", dijo Tomás. "No traidor, sino un sacerdote de Dios. Me extraña que con tal atuendo entren en la iglesia de Dios. ¿Qué quieren conmigo?"
Uno de los caballeros levantó la espada como para atacarle, pero uno que andaba con Tomás le protegió del golpe con el brazo. Los cuatro caballeros arremetieron entonces juntos y le asesinaron en los peldaños de su santuario. Mientras moría bajo los golpes, Tomás repetía los nombres de los arzobispos asesinados antes que él: San Denis, San Elphege de Canterbury. Entonces dijo:
"En tus manos, Oh Señor, encomiendo mi espíritu"
Sus últimas palabras, según un testigo, fueron:
"Muero voluntariamente por el nombre de Jesús y en defensa de la Iglesia"
El crimen causó indignación en toda la Cristiandad. El rey Enrique fue forzado a hacer penitencia pública y construir el monasterio en Witham, Somerset. Muchos milagros ocurrieron después de la muerte del santo. En 10 años, se archivaron 703 milagros. Tomás Becket fue aclamado como santo por Alejandro III dos años después de su muerte. El traslado de sus reliquias a un nuevo y esplendoroso santuario ocurrió en 1220 (Julio 7) con la concurrencia de gente de toda Europa. 400 años después de Santo Tomás, otro monarca inglés, Enrique VIII, quiso hacerse cabeza de la Iglesia, por lo que rompió la unidad y persiguió a los fieles católicos. La ruptura culminó en la instalación de Crammer como arzobispo de Canterbury en 1533. Santo Tomás Becket fue sacado del calendario de los santos de Inglaterra, su santuario, que había sido un importante centro de peregrinación por más de tres siglos, fue arrasado y las reliquias fueron quemadas (algunos dicen que se transfirieron a Stoneyhurst).
Fuente - Texto tomado de CATOLICO.ORG:
http://www.catolico.org/santos/tomas_becket.htm