Memoria de San Moisés, profeta, a quien Dios eligió para liberar al pueblo oprimido en Egipto, y conducirlo a la tierra de promisión. También se le reveló en el monte Sinaí, diciéndole:
"Yo Soy el que Soy"
Y le propuso la ley para regir la vida del pueblo elegido. Murió lleno de días en el monte Nebo, en tierra de Moab, a las puertas de la tierra de promisión.
Moisés juntamente con Abraham son los dos personajes centrales del Antiguo Testamento. Es el libertador del pueblo elegido, y el mediador de la Alianza renovada en el Sinaí, y conforme a ella es el organizador de la teocracia hebrea. Tal fue su importancia en la historia de Israel, que muchas veces el Mesías es concebido como una reencarnación del gran "Profeta" por antonomasia del Antiguo Testamento. Los días del Éxodo habían quedado como los tiempos heroicos de la historia israelita, y el principal protagonista de las gestas, Moisés, quedó en la memoria de todas las generaciones como el amigo de Dios por excelencia.
La historia de Moisés se encuentra en el segundo libro de la S. Biblia, el Libro del Éxodo, uno de los libros más hermosos y emocionantes de toda la literatura universal. La Biblia recalca las intervenciones milagrosas de Dios en la vida de Moisés.
Vida y milagros de San Moisés Profeta
Salvado de las aguas. Criado junto al Faraón. Elegido para salvar a su pueblo. Instrumento de Dios en las plagas. Caudillo desde el Mar Rojo. Y ya en el desierto, el hombre de la Alianza: Amigo de Dios, padre del pueblo, legislador, juez, guerrero, libertador...
Es el hombre fuerte como un titán que se resiste a aceptar las debilidades de su pueblo. Dios permite su fracaso. Viendo ya la Tierra Prometida, muere con la esperanza incumplida de entrar en la tierra de Canaán.
El que extendió su mano en el mar y lo secó o hizo brotar agua de la roca en el desierto, o consiguió de Dios el maná y las codornices para quitar la hambruna, no disfruta su máximo proyecto humano: entrar en la Tierra de Promisión.
El sinsabor de la derrota humana es permitido por Dios para que reconozcamos nuestra flaqueza. El fracaso en lo humano marca la dependencia del Creador.
Los 10 Mandamientos de la Ley de Dios
1° Amarás a Dios sobre todas las cosas.
2° No tomarás el Nombre de Dios en vano.
3° Santificarás el día del Señor.
4° Honrarás a tu padre y a tu madre.
5° No matarás.
6° No cometerás actos impuros.
7° No robarás.
8° No levantarás falsos testimonios ni mentirás.
9° No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
10° No codiciarás los bienes ajenos.
Fuente - Texto tomado de CATHOLIC.NET:
Fuente - Texto tomado de SANTOPEDIA.COM: