Hoy celebramos el nacimiento de la gloriosa Virgen María, del linaje de Abraham, nacida de la tribu de Judá, y de la noble estirpe de David. Su vida incomparable ilumina a toda la Iglesia.
Tu nacimiento, Santa Madre de Dios, ha anunciado la alegría al mundo entero, pues de ti nació el sol de justicia, Cristo nuestro Dios.
Celebración
Desde muy antiguo se tienen noticias de esta fiesta de la Virgen, primero en Oriente y luego en la Iglesia universal. Esta festividad, en la que se conmemora el nacimiento de la que habría de ser la Madre de Dios, y también Madre nuestra, está llena de alegría. Su llegada al mundo es el anuncio de la Redención ya próxima. Muchos pueblos y ciudades, bajo diversas advocaciones celebran hoy su fiesta.
El nacimiento de la Virgen María es un anuncio del nacimiento de Jesús, el preludio de la Buena Nueva. La llegada de esta niña al hogar de San Joaquín y Santa Ana significa para el mundo la verdadera esperanza y la aurora de la salvación.
Entre las fiestas con que la Iglesia honra a su Madre, es lógico que ocupe un lugar importante el recuerdo de su nacimiento. La llegada al mundo de la que habría de ser Madre de Dios, es un anuncio y un anticipo de la redención obrada por Jesucristo. Concebida sin mancha de pecado, María nace llena de gracia y de santidad.
Datos históricos y teológicos de la celebración
El evangelio no dice nada del nacimiento de Nuestra Señora. La primera fuente de la narración del nacimiento de la Virgen es el apócrifo Protoevangelio de Santiago, que coloca el nacimiento de la Virgen en Jerusalén, en el lugar en que debió existir una basílica en honor a María Santísima, junto a la piscina probática, según cuentan diversos testimonios entre los años 400 y 600. Después del año 603 el patriarca Sofronio afirma que ése es el lugar donde nació la Virgen. Posteriormente, la arqueología ha confirmado la tradición que se relaciona con el actual santuario de Santa Ana.
La fiesta de la natividad de la Santísima Virgen surgió en Oriente, y con mucha probabilidad en Jerusalén, hacia el siglo V. Allí estaba siempre viva la tradición de la casa natalicia de María.
Oración del Santo Padre Juan Pablo II
Fiesta Litúrgica de la Natividad de la Virgen María
¡Oh Virgen naciente, esperanza y aurora de salvación para todo el mundo, vuelve benigna tu mirada materna hacia todos nosotros, reunidos aquí para celebrar y proclamar tus glorias!
¡Oh Virgen fiel, que siempre estuviste dispuesta y fuiste solícita para acoger, conservar y meditar la Palabra de Dios, haz que también nosotros, en medio de las dramáticas vicisitudes de la historia, sepamos mantener siempre intacta nuestra fe cristiana, tesoro precioso que nos han transmitido nuestros padres!
¡Oh Virgen potente, que con tu pie aplastaste la cabeza de la serpiente tentadora, haz que cumplamos, día tras día, nuestras promesas bautismales, con las cuales hemos renunciado a satanás, a sus obras y a sus seducciones, y que sepamos dar en el mundo un testimonio alegre de esperanza cristiana!
¡Oh Virgen clemente, que abriste siempre tu corazón materno a las invocaciones de la humanidad, a veces dividida por el desamor y también, desgraciadamente, por el odio y por la guerra, haz que sepamos siempre crecer todos, según la enseñanza de tu Hijo, en la unidad y en la paz, para ser dignos hijos del único Padre celestial!
Amén.
(Misa en Frascati, 8 de septiembre de 1980)
Fuente - Textos tomados de Iglesia.org - Vatican.va: