¡Última Revelación al Padre Oliveira! Señales previas de 3 días de oscuridad
Cómo prepararse para los 3 días de oscuridad
¿Has escuchado sobre los 3 días de oscuridad?
Es un evento que ha sido profetizado por santos y místicos desde hace siglos.
Y se sostiene que vendría como el suceso final de la purificación de la Tierra.
El Padre Oliveira, un sacerdote brasileño que vive en Rio Grande do Sul, ha recibido revelaciones proféticas que incluyen visiones sobre este evento apocalíptico.
Durante 16 años, las revelaciones que recibió sobre los 3 días de oscuridad se repitieron, confirmando su certeza.
Y cuando las comparó con las del Padre Pío encontró similitudes sorprendentes, por eso decidió hacerlas públicas.
Aquí te vamos a contar las vívidas revelaciones que tuvo el Padre Oliveira sobre los 3 días de oscuridad y las compararemos con las del Padre Pío.
Descubrirás por qué se producirá este evento, lo que debes hacer para estar preparado, cuáles son las señales previas que habrá, y qué deberías hacer durante esos 3 días en que la oscuridad caerá sobre la Tierra.
¡No te pierdas esta valiosa información!
En el 2003 el Padre Oliveira comenzó a soñar repetidamente con los 3 días de oscuridad.
El mismo sueño se repitió por 16 años una o dos veces por semana.
Algunas veces la revelación venía completa, otras veces él se acordaba antes que terminase.
A lo largo del tiempo variaban las personas y los lugares.
Pero todo lo que ocurría, inclusive lo que él oía o decía, era siempre igual.
Él guardó el sueño como secreto hasta que en 2019 tuvo contacto con una revelación similar atribuida al Padre Pío, espantado resolvió exponer su sueño, y nunca más se repitió.
¿Qué es lo que le fue revelado al Padre Pío sobre los 3 días de oscuridad?
Mira un video que hicimos sobre él, https://youtu.be/EQwSs9B2ZJU
En resumen, Jesucristo le dijo al padre Pío que la devastación será grande, pero al final Dios habrá purificado la Tierra.
Dice que la causa física será un meteorito que caerá sobre la tierra y explotará.
Y que el dejar pasar esto no es un castigo fruto de la irritación de Dios, sino para que la humanidad siga existiendo.
Es un acto de amor para que no se pierdan más seres humanos en el infierno.
Y cuando todo termine, un sentimiento de inmensa gratitud tomará posesión de aquellos que sobrevivan a ésta terrible prueba.
Se le dijo también que a aquellos que estén en estado de gracia no les sucederá ningún mal, ni tampoco a los que busquen la protección de la Santísima Virgen.
Y que desde ahora hay que permanecer unidos en la oración y vigilantes, y rogar para que esos días sean acortados.
Dijo “prepárense para vivir tres días en total oscuridad.
Recién a la noche del tercer día el sol se levantará y será primavera.
El sol volverá a brillar y los ángeles descenderán del cielo y extenderán el espíritu de paz sobre la Tierra”.
Respecto a cómo sucederán esos 3 días se le dijo:
“Esta catástrofe caerá sobre la Tierra como un chorro de luz.
En un momento la luz del sol de la mañana será reemplazada por una profunda oscuridad.
Nadie deberá abandonar la casa ni mirar a través de la ventana desde aquel momento en adelante”.
Y para que estemos preparados dio los siguientes signos e instrucciones, la noche será muy fría.
El viento rugirá y a continuación se oirán rayos y centellas.
Cierren las puertas y ventanas, y no hablen a nadie fuera de la casa.
Hay que encender velas, una vela bendita bastará para muchos días
Arrodíllense delante de un crucifijo, arrepiéntanse de sus pecados y pidan la protección de la Santísima Virgen.
No miren para afuera durante el terremoto porque la cólera de Dios es Santa.
¿Y cómo cuenta el Padre Oliveira su visión sobre los 3 días de oscuridad?
Dice que la revelación siempre comenzaba de la misma forma, el padre estaba cerca de la puerta de una casa del lado de afuera mirando el cielo.
En determinado momento veía el cielo de color rojo, pero con un tono diferente del que tiene al anochecer o al amanecer.
Había algo semejante a nubes de fuego en el cielo, con una coloración entre rojo vivo y azul.
Oía el sonido de los pájaros y los veía volando en una misma dirección.
El sol estaba próximo al horizonte.
El cielo se oscurecía muy rápido, como cuando se forma una tempestad, y la sensación era de mucho frío.
En este momento siempre había alguien próximo que preguntaba qué está sucediendo.
“Está comenzando” respondía el sacerdote, invariablemente de la misma forma.
Después de esto, en la segunda parte del sueño, él se veía dentro de la casa, estaba cerrando las puertas y ventanas con tablas de madera, cartón, cobertores y otros materiales.
Los objetos que usaba en ese momento también variaban en cada sueño.
Dentro de la casa estaban varios conocidos del padre ayudándolo a cerrar las aberturas, y cargando comidas y cobertores de un lado a otro.
Siempre en esta parte alguien cuestionaba todo esto “no es preciso, es una exageración, ya dijeron en la televisión lo que iba a pasar”.
Y el padre respondía ordenando que continuasen trabajando.
Todas las veces que el padre tuvo el sueño él miraba su reflejo en los vidrios de las ventanas, y percibía sus cabellos y barbas blancos a pesar de no parecer viejo.
Y siempre también cuando estaba terminando de cerrar todo, algún conocido llegaba en la última hora y sentían gran alivio.
Después, el ambiente se volvía muy oscuro.
El sacerdote no podía identificar los rostros de todos los presentes, pero parecían ser entre 20 y 30 personas.
Se encendía una luz, siempre en el centro.
En el primer sueño, había media docena de velas grandes y pequeñas en el centro de la habitación.
En otros, una chimenea, aunque frente a ella siempre había velas, o luces de emergencia con velas en su interior.
En la tercera parte del sueño, todos estaban reunidos, en la oscuridad, delante de una pequeña luz, con el rosario en las manos.
Alguien siempre decía “¡Hace mucho frío!”.
Y la respuesta del sacerdote también era siempre la misma, “Ya ha comenzado”.
“Será mejor que oremos y guardemos silencio”.
Entonces comenzó la peor parte de la revelación.
Había estruendos como truenos y bombas, sonidos de fuertes vientos y silbidos.
A través de las pocas rendijas que quedaban se podían ver parpadear los destellos de estos rayos o explosiones.
Se podía sentir la casa temblar a través del suelo y las paredes. Todos estaban muy asustados.
La secuencia era inquietante.
Se podían escuchar gritos provenientes del exterior y un sonido que era como el de una gran multitud corriendo por las calles.
Se oían disparos, objetos rotos y ruidos de animales, como cerdos, caballos y vacas.
El padre Oliveira compara lo que escuchó con el sonido del infierno.
En ese momento, alguien se acercó a la ventana para espiar lo que sucedía afuera de la casa.
Y el sacerdote se levantó rápidamente y dijo “¡Aléjate de las ventanas! ¡No mires para afuera!”
El sueño siempre terminaba igual, con el grupo reunido alrededor de una pequeña luz, encerrados en la casa, mientras afuera se desarrollaba este escenario infernal.
El sacerdote, sentado en un pequeño banco, miraba las velas y decía para sí “Nos basta aguantar tres días. En tres días esto pasará”.
Nunca soñaba más allá de este momento, o despertaba antes o en este instante.
Fuente - Texto tomado de FOROSDELAVIRGEN.ORG:
Aquí lo compararemos con las profecías de San Pío de Pietrelcina