Por Carlos Esteban | 15 de Enero de 2024
No es dogma de fe, ha añadido el Papa en el popular programa nocturno de la televisión italiana Che tempo che fa, después de decir que espera que el infierno esté vacío. Es solo lo que “le gusta pensar”.
«No es un dogma, solo mi opinión: me gusta pensar que el infierno esté vacío. Espero que lo esté”, dijo entrevistado por Fabio Fazio en el popular programa nocturno «Che tempo che fa» del canal de televisión italiano Nove, donde repite y donde trató de numerosos asuntos, incluyendo, naturalmente, la bendición de parejas irregulares.
Que un Pontífice Romano dé su opinión literalmente ‘urbi et orbi’ cuando su misión es ‘confirmar en la fe’ y custodiar el Depósito de la Revelación puede resultar confuso para algunos, más con una ‘opinión’ que contradice la de todos los Padres de la Iglesia, doctores, santos y Papas anteriores que se han pronunciado sobre el asunto.
El ‘plato fuerte’ de la entrevista, sin embargo, no fue esta opinión, sino su esperada reacción a la contestación que ha tenido la última declaración de Doctrina de la Fe, Fiducia supplicans. Francisco respondió así a una pregunta sobre la polémica:
“Cuando llega el momento de tomar una decisión, hay un precio de soledad que hay que pagar y a veces las decisiones no se aceptan pero en la mayoría de los casos, cuando las decisiones no se aceptan, es porque no sabes. Yo digo que cuando no les guste esta decisión vayan y hablen y expresen sus dudas y abran una discusión fraterna y así algo sale adelante. El peligro es que no me guste y lo guarde en mi corazón y entonces me vuelva reacio y saque malas conclusiones. Es lo que ha sucedido con estas últimas decisiones de bendición para todos».
“El Señor bendice a todos, todos, todos, los que vienen. El Señor bendice a todos los que son capaces de ser bautizados, es decir, a cada persona. Pero entonces las personas deben entrar en conversación con la bendición del Señor y ver cuál es el camino que el Señor les propone. Pero debemos tomarlos de la mano y ayudarlos a recorrer ese camino, no condenarlos desde el principio», añadió.
Ésta es «la labor pastoral de la Iglesia» y es una tarea «muy importante» de los confesores, a quienes Francisco reitera la invitación a «perdonar todo» y tratar a las personas «con gran bondad». Él mismo, revela, en 54 años de sacerdocio sólo una vez negó el perdón «debido a la hipocresía de la persona»: «Siempre he perdonado todo, pero lo diré también con la conciencia de que esa persona tal vez recaiga, pero el Señor nos perdona, nos ayuda a no recaer, o a recaer menos, pero perdona siempre».
Habló luego de la guerra, de las dos grandes guerras que mantienen al mundo en vilo, Ucrania y Gaza.
«Es verdad que es arriesgado hacer la paz, pero más arriesgado es la guerra». Y habla de un encuentro que tuvo el miércoles pasado con una delegación de niños de Ucrania: “Ninguno de ellos sonreía. Los niños sonríen espontáneamente, les di chocolates y ellos no sonrieron. Habían olvidado su sonrisa y que un niño olvide su sonrisa es un crimen. Esto hace la guerra: te impide soñar».
“Detrás de las guerras está el comercio de armas”, añade Francisco. “Un economista me dijo que, en este momento, las inversiones que generan más intereses, más dinero, son las fábricas de armas. Invertir para matar”.
Pasó después el Papa a hablar de una de sus obsesiones: los inmigrantes. “Hay mucha crueldad en el trato a estos inmigrantes cuando salen de sus hogares para llegar aquí a Europa”, afirma. “Es cierto que cada uno tiene derecho a permanecer en su propia casa y a emigrar”, afirma el Papa, pero “por favor, no cierren las puertas”. Lo que se necesita es una política migratoria «bien pensada» que ayude a «tomar el problema de los inmigrantes en nuestras propias manos» y «eliminar todas estas mafias que explotan a los inmigrantes».
Finalmente, hay una pregunta sobre su posible renuncia al pontificado: “No es ni un pensamiento ni una preocupación ni siquiera un deseo. Es una posibilidad, abierta a todos los Papas, pero por el momento no está en el centro de mis pensamientos y de mis ansiedades, de mis sentimientos». Para confirmar estas palabras, Francisco anuncia los dos viajes previstos como hipótesis en entrevistas anteriores: Polinesia y Argentina. En Argentina -donde fue invitado oficialmente con una carta del nuevo presidente Javier Milei- el Pontífice podría ir a finales de año: “Allí la gente está sufriendo mucho. Es un momento difícil para el país. Se está planteando la posibilidad de hacer un viaje en la segunda mitad del año, porque ahora hay cambio de gobierno, hay cosas nuevas… En agosto tengo que hacer el viaje a la Polinesia, muy lejos, y después de esto se haría el de Argentina si se puede hacer. Quiero ir allí. Diez años está bien, está bien, puedo ir».
Fuente - Texto tomado de INFOVATICANA.COM:
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