Por Victoria Cardiel
Sala de prensa de Roma, 17 de diciembre de 2025, 17:30 h
La Iglesia de San Vitale, construida en el año 386, es la iglesia cristiana más antigua que aún se conserva en el centro de Roma. Es el «único lugar de culto del siglo IV que se ha mantenido intacto a lo largo de los siglos», enfatizó su párroco, el padre Elio Lops.
Esta iglesia paleocristiana, discreta y poco visitada en las rutas turísticas habituales, custodia un tesoro artístico y devocional prácticamente desconocido: la primera imagen de Nuestra Señora de Guadalupe pintada en la capital italiana.
“Nunca se le ha dado la importancia que merece”, dijo Lops a ACI Prensa, socio de noticias en español de CNA, refiriéndose a una representación de la Virgen María que inmediatamente trae a la mente la imagen impresa en la tilma de San Juan Diego en 1531.
Las similitudes son sorprendentes. «No hay duda sobre su identidad», señaló el párroco.
Aunque la posición de las manos presenta una ligera variación y faltan los rayos que suelen rodear la figura, «la mirada es la misma», explicó. La pintura también conserva «el mismo cinturón que simboliza la maternidad de Nuestra Señora y la gran luna creciente bajo sus pies», señaló Lops, citando los elementos iconográficos esenciales de la narrativa guadalupeña.
La imagen fue pintada “alrededor del año 1550” por el jesuita Giovanni Battista Fiammeri, artista activo en Roma que, con ocasión del Jubileo de 1600, decoró toda la iglesia de San Vitale.
Una hipótesis convincente sobre el origen de la pintura
Aunque no hay documentos que lo certifiquen fehacientemente, el párroco sostiene una hipótesis contundente: el jesuita Fiammeri pintó el cuadro basándose en un boceto del milagro realizado por misioneros españoles a su regreso a Roma, tras conocer los hechos ocurridos en el cerro del Tepeyac dos décadas antes.
Un detalle refuerza esta interpretación. En la parte inferior del cuadro, «debajo de la Virgen, hay una pequeña carabela que representa el barco en el que viajaron a México», explicó el sacerdote. Este es un elemento inusual en la iconografía posterior de Nuestra Señora de Guadalupe, pero fue de uso común en el contexto de los primeros contactos entre el Nuevo Mundo y la Santa Sede.
Sea cual sea el origen preciso del modelo utilizado por Fiammeri, es cierto que esta imagen es anterior en varias décadas a las otras representaciones de la Virgen de Guadalupe conservadas en Roma, que datan de mediados del siglo XVII, casi cien años después de las apariciones, cuyo 500 aniversario se celebrará en 2031.
Este hecho confiere a la pintura de San Vitale un valor singular como testimonio de la temprana recepción europea de una devoción que, con el tiempo, se convertiría en uno de los pilares de la identidad religiosa de las Américas.
Esta historia fue publicada originalmente por ACI Prensa, socio de noticias en español de CNA. Ha sido traducida y adaptada por CNA.
Fuente - Texto tomado de CATHOLICNEWSAGENCY.COM:















