Por Redaccioninfovaticana | 15 de Febrero de 2024
El cardenal Zen ha vuelto a arremeter contra el Sínodo de la sinodalidad en un extenso artículo.
«Viendo cómo terminó la Primera Sesión del Sínodo sobre la sinodalidad, no podemos dejar de sorprendernos, porque nos dicen que aún no está claro qué es la sinodalidad. El Cardenal Relator del Sínodo nos dice que “aún estamos aprendiendo, la sinodalidad no es un concepto, es un proceso y parece que va bien”. Pero si no hay un concepto claro de sinodalidad, ¿con qué criterio se afirma que el proceso fue sinodal y que la Iglesia se está volviendo sinodal?», comienza escribiendo el purpurado chino.
A sus 90 años, Joseph Zen sigue batallando para intentar arrojar algo de luz. Para el perseguido cardenal chino, «hay una duda por resolver. Nos dicen que la sinodalidad es un elemento constitutivo fundamental de la vida de la Iglesia, pero al mismo tiempo enfatizan que la sinodalidad es lo que el Señor espera de nosotros hoy».
El cardenal nonagenario afirma que «decir que la sinodalidad es ‘lo que el Señor espera hoy de nosotros’, ¿no significa que es algo nuevo?»
Al explicar el caso concreto de la diócesis de Hong Kong, Zen defiende que la diócesis «hizo un muy buen trabajo en la primera fase preparatoria del Sínodo, pero no estudió el significado exacto de la palabra «sinodalidad». Al centrar el estudio en el sentido genérico de «caminar juntos», no se hizo ninguna referencia a la palabra «sínodo», pero el sínodo o los sínodos son una realidad histórica. El adjetivo “sinodal” y el sustantivo abstracto “sinodalidad” provienen de la palabra “sinodo”».
«¿Caminar juntos? Sí, pero en la Iglesia ¿quién camina junto a quién? ¿Cuál es el objetivo de este viaje? ¿Existe una guía que asegure la dirección correcta?», se pregunta el purpurado.
Documento de Doctrina de la Fe sobre la sinodalidad
Para responder a estas preguntas el cardenal Zen recurre al documento «La sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia». Este texto fue aprobado por el Prefecto de la Congregación y publicado el 2 de mayo de 2018 con la aprobación del Papa Francisco.
«Este documento figura evidentemente entre los documentos que atañen al tema de este Sínodo. Pero, curiosamente, la Secretaría del Sínodo hace poca referencia a ello», detalla el cardenal chino.
El cardenal Joseph Zen, explica de la siguiente manera la problemática que él encuentra: «Al leer el documento antes mencionado y el voluminoso primer documento introductorio de la Secretaría del Sínodo, no puedo disipar la percepción de que nos enfrentamos a dos visiones opuestas de la eclesiología. Por un lado, la Iglesia se presenta fundada por Jesús sobre los Apóstoles y sus Sucesores, con una Jerarquía de ministros ordenados que guían a los fieles en el camino hacia la Jerusalén celestial. Por otro lado, se habla de una sinodalidad indefinida, de una «democracia de los bautizados»».
La Agenda del Sínodo
Sin pelos en la lengua, el cardenal subraya que «esta otra visión, si se legitima, puede cambiarlo todo, la doctrina de la fe y la disciplina de la vida moral». Además, hace hincapié en que «dicen que no hay agenda, pero esto ofende nuestra inteligencia, ¿cómo olvidar aquella Nota in Amoris Laetitia después de los dos Sínodos sobre la familia? ¿Y esa resolución sobre los “ viri probati ”, aunque no estuviera incluida en la Exhortación post-sinodal de la Amazonia?»
«En el voluminoso documento del Secretariado, tal vez no todos hayan notado esa terrible pero gratuita afirmación de que el obstáculo más temido a la sinodalidad es el clericalismo. Lo cual a menudo se considera tendenciosamente como la principal causa de los abusos sexuales, cuando es obvio que la revolución sexual ha entrado también en la Iglesia e incluso en los seminarios», escribe Zen en el artículo.
El cardenal Zen confiesa que «sospechó maliciosamente» que lo que interesaba a los redactores del documento «era lo que se mencionaba al final de la lista, es decir, minorías con tendencias sexuales particulares que serían discriminadas, despreciadas y cruelmente marginadas por la Iglesia. (¡La sigla LGBTQ entró por primera vez, solemnemente, en un documento de la Iglesia!)».
Críticas al desarrollo del Sínodo en Roma
Joseph Zen también desvela que fue para él una gran decepción cuando vio que en la fase final del Sínodo en Roma, se había comenzado con el mismo método que la continental, «un método que no favorece la solución de los problemas». Zen asegura que intentó incitar a algunos padres sinodales (cardenales y obispos) «a insistir en el procedimiento, pero fue en vano, son caballeros y reacios a cualquier gesto de oposición».
«También hubo una advertencia muy severa respecto al secretismo (casi pontificio) para evitar, dicen, mucha charla mediática. Hubo, sí, una reunión diaria con los periodistas, pero sólo los «buenos», elegidos por los facilitadores, hablaron con los periodistas. Para evitar la charla de los medios, se mantuvo a los fieles en la ignorancia sobre un Sínodo que pretendía ser un modelo de sinodalidad», denuncia el cardenal chino.
Zen también denuncia que «hay algo más grave: un gran número de laicos, hombres y mujeres, participan en el Sínodo con derecho a voto (antes también había religiosos y laicos, pero como expertos y observadores, sin derecho a voto). Entonces, este ya no es un Sínodo de los Obispos (como una botella de vino a la que se le ha añadido mucha agua ya no es lo que debería ser)».
Es por ello que defiende que «llamar a la reciente asamblea híbrida Primera Sesión del Sínodo de los Obispos fue un grave malentendido». Zen subraya que «ha sido eliminado el Sínodo de los Obispos, el que instituyó el Papa Pablo VI al concluir el Vaticano II como instrumento de colegialidad, es decir, como organismo a través del cual el Papa recibe consejos de sus hermanos obispos en el Episcopado».
La «sorpresa» de Fiducia supplicans
Por último, comparte un comentario sobre la declaración Fiducia supplicans. «Primero fue una sorpresa y luego sigue una gran confusión. Un comunicado de prensa, fechado el 4 de enero de 2024, parece ser una media retractación de la Declaración anterior», escribe el cardenal.
Zen narra como «antes del inicio del Sínodo, los cinco Cardenales le habíamos hecho al Papa Francisco cinco preguntas o Dubia, a las que esperábamos tener una respuesta clara, ahorrando así tiempo de discusión en el Sínodo. En 24 horas, con una velocidad increíble, llegó una larga respuesta. El autor no podía ser el Santo Padre, sino que debía provenir del arsenal de la Secretaría del Sínodo dispuesto a contrarrestar opiniones contrarias. La Declaración Fiducia supplicans simplemente desarrolla esa ya larga respuesta a la Dubia».
Zen no se corta y califica esa sorpresa como «repugnante». «Puesto que el problema ya había llegado a la mesa, era más que razonable esperar hasta la próxima sesión del Sínodo, después de una seria discusión, para brindar una solución. Impedir tal discusión es un acto de increíble arrogancia y falta de respeto hacia los Padres sinodales», argumenta el cardenal.
El cardenal chino concluye diciendo que «la Declaración ha causado inevitablemente una gran confusión y amenaza con una división grave nunca antes vista en la Iglesia».
Fuente - Texto tomado de INFOVATICANA.COM:
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