Misa Tradicional Católica
Misa Tridentina
16 de Febrero de 2010
La Misa Tridentina es el ritual de la Misa del rito romano de la Iglesia Católica, como está descrita en las ediciones sucesivas del Misal Romano que fueron promulgadas desde 1570 a 1962.
El calificativo de «tridentina» se refiere a su origen, ya que fue tipificada, reformada y uniformizada a toda la Iglesia latina por iniciativa del Concilio de Trento. También se la llama Misa de San Pío V, el Papa que la codificó hasta la reforma de Pablo VI. Otros nombres son Misa latina, Misa preconciliar (es decir, de antes del Concilio Vaticano II, porque fue la misa que se celebró durante todo ese Concilio), Misa clásica o de simpre, tradicional, o simplemente, «Misa en latín».
Definición teológica
La Misa Tridentina constituye el esplendor litúrgico del dogma católico; numerosas son las expresiones que a lo largo de la historia han confirmado tal cosa. El mundo católico abraza su liturgia con especial devoción, en tanto ella es la renovación del sacrificio de la Cruz de Jesucristo. Por las palabras del Canon Romano, en la Misa Tradicional, la oblación de Cristo como Hijo de Dios, y Víctima Divina es renovada realmente, al punto que la Iglesia enseña que así como en el Calvario Cristo se ofreció como Víctima para la salvación de los hombres, de manera cruenta (es decir, con efusión de sangre), asimismo en el Altar, en cada Misa, se renueva verdaderamente ese acto, sólo que de manera incruenta (es decir, no hay efusión de sangre).
El Canon Romano de la Misa Tradicional conserva las palabras mismas que Jesucristo instituyó en la Última Cena. A tal punto representa la liturgia la doctrina católica, que muchos fueron los acatólicos que la combatieron, como Lutero cuando decía «destruyamos la Misa, y destruiremos a la Iglesia», así como numerosos los que la apreciaron por su solemnidad y belleza, incluso desde el punto de vista artístico o cultural, tales como el famoso historiador alemán Leopold von Ranke (cfr. su libro «Historia de los Papas»).
Es la acción más preciada por los católicos, y el centro sobre el que gira la Fe católica.
«Una sola Misa da más gloria a Dios, que todas las santas acciones de los hombres», dice San Alfonso María de Ligorio en su libro «De la santidad y dignidad sacerdotal».
Explicación paso a paso de cómo se celebra la Misa Tradicional Católica
Fuente - Texto tomado de LAFECATOLICA.COM:
Video tomado de YOUTUBE:
La misa tridentina, ¿qué es ?
Marko Vombergar | ALETEIA
Henry Vargas Holguín - Publicado el 14/06/21
En latín, de espaldas al pueblo, con más gestos rituales y ornamentos litúrgicos,... conoce lo que la distingue de la misa llamada "novus ordo".
La misa Tridentina es la manera de celebrar la misa en el rito latino o romano de la Iglesia según el misal de la edición publicada por el Papa Juan XXIII en 1962.
Esta es la última edición del misal romano promulgado en el año 1570 por el Papa San Pío V, como uno de los frutos del Concilio de Trento (En latín Concilium Tridentinum); de aquí los términos tridentino o tridentina.
Por tanto la misa tridentina fue la manera dominante de celebrar la Santa Misa en el rito Latino o romano de la Iglesia durante cuatro siglos.
Esta manera de celebrar la misa se mantuvo vigente hasta que apareció el novus ordo o la misa actual según el misal romano promulgado por el papa Pablo VI en 1969, como uno de los frutos del Concilio Vaticano II.
Por qué cambió la Misa
¿Pero qué motivó a la Iglesia proponer la misa actual o misa Novus ordo?
Litúrgica y pastoralmente hablando, el objetivo principal de la reforma litúrgica fue la participación plena, responsable y activa en la liturgia por parte de los fieles para que salieran de una actitud pasiva, dejaran de ser unos meros espectadores mudos, ausentes y ajenos.
A la misa tridentina también se la conoce como misa de San Pío V, misa latina, misa preconciliar (hablando de la misa que se celebraba antes del Concilio Vaticano II), misa tradicional y -a partir de la publicación del motu proprio Summorum Pontificum del papa Benedicto XVI- se le dice forma extraordinaria del rito romano o, simplemente, forma extraordinaria.
La misa tridentina nunca desapareció
Pero el cambio en la forma de celebrar la Santa Misa, que implantó el Concilio Vaticano II, como habitualmente se celebra hoy en el mundo nunca supuso la abrogación de la celebración de la misa de la forma anterior.
Lo demuestra el motu proprio Summorum Pontificum (SP) promulgado el 7 de julio del 2007.
De esta manera el Papa Benedicto XVI recupera aún más y de manera más especial la Misa tridentina.
Gracias a este Motu proprio todos los sacerdotes podrán celebrar la misa en cualquiera de las dos maneras con o sin pueblo (SP, 4).
Y se dice que la Iglesia recupera aún más la misa tridentina pues la autoridad de la Iglesia, durante el pontificado del Papa Juan Pablo II, con el documento Quattuor abhinc annos ya había concedido, en el año 1984, un indulto para el uso restringido del misal tridentino.
Y más tarde el mismo Papa Juan Pablo II con el motu proprio Ecclesia Dei, del año 1988, instó a los obispos a no poner obstáculos para quienes solicitaran el uso de dicho misal.
Dos usos de un rito
Ahora bien, cabe aclarar una cosa: no es apropiado hablar de dos ritos (el rito ordinario o conciliar y el rito extraordinario o preconciliar o tridentino), sino más bien hay que hablar de un doble uso del mismo y único rito, el rito romano o latino de la Iglesia (SP, 1).
Hay que mencionar que dentro de la Iglesia, fuera del rito romano o latino, hay otros ritos (el ambrosiano, el siro malabar, el maronita, el mozárabe, etc.).
Los documentos más antiguos que hablan de la misa muestran diferencias en la forma en que la misa se ha celebrado de una región a otra a lo largo de la historia.
Como es sabido la misa se celebraba de manera diferente en Roma, Jerusalén, Antioquía, Alejandría, Milán, etc., lugares claves de la Iglesia.
Sin embargo, nunca se dudó de que estas tradiciones litúrgicas estuvieran en línea con la misma tradición apostólica y que, en consecuencia, fuera la misma misa, el mismo sacrificio y la misma fe.
Aún en las regiones de Rito latino, han existido variaciones considerables en la celebración de la Misa a través de los siglos, hasta que llegó el Concilio de Trento.
Ese concilio apoyó algunas de estas diversidades pero al mismo tiempo llamó a una mayor unidad para promover la uniformidad y así hacer más evidente la catolicidad de la Iglesia.
Es importante, pues, ser conscientes de que la celebración de la misa será siempre digna, lícita y válida, indiferentemente del rito o forma, siempre y cuando dicho rito pertenezca a la Iglesia, sea aprobado por ella y se siga al pie de la letra cada una de las normas dadas para ello.
Características más relevantes de la misa tridentina
Entre otras, las características más notorias y fundamentales de la misa tridentina son tres:
1. La lengua utilizada en todo el mundo es el latín.
Pero hay partes que se dicen en la lengua del lugar: las lecturas se leen primero en latín y luego en la lengua propia, así como la homilía se hace en la lengua del pueblo.
Algunos han objetado el hecho de que la misa sea en latín pues afirman que la gente no entiende nada.
Esto es irrelevante pues, por un lado, quien va a una misa tridentina sabe a qué va, entiende la misa y participa de ella con mucho fruto.
Y por otro lado, como ya se ha dicho, las lecturas y la homilía se llevan a cabo en la lengua del pueblo y además los fieles disponen de misalitos en su lengua para que sigan la misa.
Por otra parte, el hecho que la misa sea en latín tiene su ventaja, pues quienes están habituados a esta misa no tienen problemas para vivirla en cualquier parte del mundo.
Y se pone en evidencia que, indiferentemente del país, de la raza y del idioma, todos somos hermanos miembros de una misma familia, la Iglesia.
Se siente el vínculo que nos une a las personas que comparten una misma fe, más allá de los confines del propio país.
2. El altar está unido al retablo y por tanto el sacerdote celebra de espaldas al pueblo.
La forma correcta de llamar esta postura celebrativa es ‘ad orientem’ o ‘versus Deum’. Es que todos, fieles y celebrante, miran hacia el oriente, miran al sol que nace de lo alto (Lc 1, 78).
Algunos han creído que esta manera de celebrar la misa es una manera de ignorar al pueblo o de faltarle al respeto.
Pero el presidir la misa de esta manera no es un desprecio al pueblo, no es ignorarlo, no es impedirle expresamente ver lo que acontece.
Celebrar la misa de esta manera tiene un profundo sentido teológico.
El sacerdote no le da la espalda al pueblo; más bien, él está en la misma dirección del pueblo y delante de él presidiendo las oraciones dirigidas a Dios, en la divina persona de Jesús, que se encuentra en el sagrario que junto al retablo y al altar conforman una unidad.
3. Es una misa mucho más rica en lo que tiene que ver con los gestos rituales.
En este sentido la gente afirma que la misa tridentina es muy larga y aburrida. Este es otro argumento sin fundamento pues hay gente que también dice lo mismo de la misa actual.
Cuando se piensa así, es posible que falte fe o conocimiento de la esencia de la misa.
Al igual que la forma actual de celebrar la Misa, la duración de la misa tridentina es variable.
¿Pero por qué habríamos de lamentarnos o sufrir por la duración de la misa? ¿Por qué deberíamos estar pendientes de la duración de la celebración?
Quien se queja de que la misa dure mucho está invitado a revisar su fe y su relación con el Señor.
Si la Misa te parece larga o aburrida, aumentar tu amor por Dios, por la misa y/o por tu salvación podría hacerte cambiar de opinión.
Otras características de la misa tridentina
1.- Hay tres tipos de misa:
– La missa solemnis: Hay seis velas sobre el altar, hay un sacerdote, un diácono y un subdiácono, monaguillos y coro. Esta misa se celebra cuando hay una solemnidad.
– La missa cantata: Hay seis velas sobre el altar, hay un sacerdote, monaguillos y coro. Esta misa se celebra cuando hay una festividad.
– La missa lecta: Hay dos velas sobre el altar, sacerdote y monaguillos. Esta misa se celebra en un día ferial.
2.- La liturgia se compone de dos partes:
La misa de los catecúmenos (sería el equivalente a la liturgia de la palabra de la misa de hoy, que a su vez se divide en dos partes: Introducción e instrucción).
La misa de los fieles (sería el equivalente a la liturgia eucarística de la misa de hoy, que a su vez se divide en dos partes: celebración del misterio y la acción de gracias).
– La introducción: Saludo, acto penitencial, introito, gloria, colecta.
– Instrucción: Epístola, gradual (sería como el salmo), evangelio, credo,
– Celebración del misterio: Ofertorio, lavabo, secreta, prefacio, canon de la misa, memento de vivos, invocación de los santos, consagración del pan, consagración del vino, oblación de la sagrada víctima, memento de difuntos, padre nuestro, deseo de la paz, oraciones del sacerdote antes de la comunión, comunión del sacerdote, comunión de los fieles.
– Acción de gracias: Purificación, oración de postcomunión, último evangelio (será siempre el mismo).
3.- Los ornamentos son diferentes:
Casulla abierta en forma de guitarra en la parte anterior y recta en la parte posterior, la estola sobre el pecho del sacerdote va cruzada en forma de ‘X’, el sacerdote lleva un manípulo (una especie de pequeña estola sobre la muñeca del brazo izquierdo, un bonete (se pone en la cabeza para ir al altar y regresar del mismo), un amito (este es el primer ornamento se pone el sacerdote) sobre el cual el sacerdote se pone el alba abierta en la parte superior, bolsa para los corporales, etc.
4.- Los colores litúrgicos son:
Morado, rosa, blanco, encarnado, verde, negro y azul celeste.
El morado denota penitencia y se usa en Adviento, Cuaresma y Témporas.
El rosa o rosado significa alegría atenuada y puede usarse el tercer domingo de Adviento y el cuarto de Cuaresma.
El blanco denota santidad (pureza e inocencia) y se usa en las fiestas del Señor, de la Virgen, y de los Santos no mártires.
El encarnado, símbolo de la caridad, se emplea en las fiestas del Espíritu Santo, de la Cruz, de los Apóstoles y mártires.
El verde simboliza esperanza y se manda para los domingos después de Epifanía y después de Pentecostés.
El negro significa luto y se emplea el Viernes Santo y en los funerales.
El azul celeste es el símbolo de la pureza, y se emplea en las fiestas marianas.
Hoy, en día, en la misa novus ordo o misa conciliar se usan ordinariamente cuatro colores: Blanco, verde, rojo y morado. Excepcionalmente se pueden usar también el rosado y el azul.
5.- Para la celebración de la misa son necesarios:
Fuera de lo que se usa para la misa actual, algunos objetos tales como: la palia redonda, una hijuela cuadrada, un velo sobre el cáliz, las sacras (son tres cuadritos enmarcados que se colocaban de pie sobre el altar, apoyados en la base del retablo para que el sacerdote pudiera decir unas oraciones determinadas sin necesidad de recurrir siempre al misal), una cucharilla, un pabellón para cubrir el copón, etc..
Fuera de lo que se usa para la misa actual, algunos objetos tales como: la palia redonda, una hijuela cuadrada, un velo sobre el cáliz, las sacras (son tres cuadritos enmarcados que se colocaban de pie sobre el altar, apoyados en la base del retablo para que el sacerdote pudiera decir unas oraciones determinadas sin necesidad de recurrir siempre al misal), una cucharilla, un pabellón para cubrir el copón, etc..
6.- Sólo hay una plegaria eucarística, el canon romano, (la primera plegaria actual).
El canon romano se hace en voz baja. Este casi silencio nos recuerda que el mundo se mantuvo silencioso durante las horas de la crucifixión.
7.- No hay concelebración. Sólo hay un sacerdote celebrando la misa.
8.- El sacerdote sale de la sacristía llevando al altar el cáliz junto con los respectivos elementos accesorios.
9.- Sólo hay una lectura que se llama epístola.
10.- No hay ambón:
El leccionario y el misal están sobre el altar.
11.- Hay un ritual a realizar en la sacristía tanto antes como después de la misa.
12.- No hay lectores legos, como tampoco hay ministros instituidos (lectores, acólitos).
Es el sacerdote quien realiza las lecturas.
13.- Sólo se usa el canto gregoriano y el único instrumento musical utilizado es el órgano de tubos.
14.- No hay moniciones ni oración de los fieles.
15.- El sacerdote nunca se sienta durante la misa.
16.- El sacerdote da la comunión a los fieles trazando una cruz con el cuerpo de Cristo.
Y todos los fieles comulgan de rodillas y en la boca.
17.- Después de la bendición final, el sacerdote lee otro evangelio.
Hay gente que no está de acuerdo ni con la misa actual ni con la misa preconciliar, esgrimiendo sus propios argumentos que generalmente son infundados.
Fuente - Texto tomado de ES.ALETEIA.ORG:
LA MISA TRADICIONAL
El Papa Benedicto XVI, el 7 de julio del año del Señor de 2007, mediante el Motu Proprio Summorum Pontificum, volvió a normalizar la celebración de la Santa Misa conforme al Missale Romanum codificado por San Pío V en 1570, y reeditado por última vez por Juan XXIII en 1962.
Fue la Misa de multitud de santos, mártires y confesores.
Fue la Misa de multitud de Papas, cardenales, obispos y presbíteros.
Fue la Misa de nuestros antepasados.
Fue la Misa que se oficiaba durante el Concilio Vaticano II.
Y camino de santidad durante siglos para muchas generaciones.
Hoy, el uso de la liturgia tradicional o gregoriana, y en concreto de la Misa según el Rito Romano tradicional, es cada día más frecuente en la Iglesia universal, resurgiendo con ello un tesoro espiritual y litúrgico, que se nos ofrece para mayor gloria de Dios, bien de toda su santa Iglesia, y salvación de nuestra alma.
Es la Misa llamada por Benedicto XVI como la Forma Extraordinaria del uso del Rito Romano, o también conocida como Misa tradicional, Gregoriana, de San Gregorio Magno, Usus Antiquior, vetus ordo, o denominada como Misa en latín. Promovida en nuestra ciudad desde el año 2004 por la Asociación Una Voce Sevilla, cuenta desde entonces con el beneplácito del Sr. Arzobispo.
Además de su catolicidad, espiritualidad, sacralidad, misterio, solemnidad, belleza, recogimiento, contemplación, uso del canto gregoriano…, etc., la Misa tradicional se caracteriza por:
1º El recordatorio constante del sentido sacrificial de la Misa, al ser ésta la renovación incruenta, real, y verdadera del Sacrificio de Nuestro Señor Jesucristo en la Cruz.
2º El sacerdote la oficia cara a Dios, ad orientem -hacia el Sagrario-, orientado en la misma dirección que los fieles, realzando con ello el carácter cristocéntrico de la liturgia de la Misa.
3º Salvo la Epístola, el Evangelio, y la homilía, la Misa se desarrolla en latín, lengua oficial de la Iglesia, contribuyendo con ello a la universalidad de la Liturgia.
4º El sacerdote pronuncia algunas oraciones en voz baja o en silencio (especialmente durante el Canon), lo que enfatiza el misterio y sacralidad de la Misa.
5º Se acentúan los momentos en que los fieles permanecen de rodillas, especialmente durante el Canon y la comunión (en la boca), como muestra de adoración y reverencia ante el Sacrificio y la presencia real y verdadera de Nuestro Señor Jesucristo en la Eucaristía.
LA SANTA MISA
Todos los beneficios de la cristiandad y de la salvación de nuestras almas vienen de la Cruz de Jesucristo y de Jesús crucificado. Nuestro Señor es quien organizó todas las cosas alrededor de esta fuente de vida que es su sacrificio del Calvario, perpetuado en la Santa Misa. Por ello, es considerada desde siempre el centro de la vida de la Iglesia.
Es esencial para cada cristiano estudiar y meditar la doctrina católica de la Misa, medio maravilloso elegido por la sabiduría divina para devolvernos la vida espiritual y sobrenatural. Dos puntos merecen una atención especial en estos tiempos de crisis: Presencia real y verdadera de Jesucristo en la Misa. Nuestro Señor afirmó en repetidas veces que nos dejaba su propio cuerpo (San Mateo 16,26; San Marcos 14,22; San Lucas 22,19; I Corintios 11,24). Por eso la Santa Iglesia Católica mantuvo siempre, con la mayor firmeza, que por la consagración del pan y del vino toda la substancia de pan se convierte en la substancia del Cuerpo de Cristo, y toda la substancia del vino en la substancia de su Sangre –transubstanciación-. Fines de la Misa.
a) Lautrético: Es el principal, adorar a Dios y darle el culto debido como Señor y Creador nuestro.
b) Eucarístico: Agradecer a Dios todos sus inmensos beneficios.
c) Propiciatorio y expiatorio: Satisfacer a Dios por todos los pecados y por las penas merecidas por éstos, así propios como ajenos, de los vivos y de los difuntos.
d) Impetratorio: Pedir a Dios todos los bienes espirituales y temporales.
“El sacrificio de Cristo y el sacrificio de la Eucaristía son, pues, un único sacrificio: «La víctima es una y la misma. El mismo el que se ofrece ahora por el ministerio de los sacerdotes, el que se ofreció a sí mismo en la cruz, y solo es diferente el modo de ofrecer» (Concilio de Trento: DS 1743). «Y puesto que en este divino sacrificio que se realiza en la misa, se contiene e inmola incruentamente el mismo Cristo que en el altar de la cruz «se ofreció a sí mismo una vez de modo cruento»; […] este sacrificio [es] verdaderamente propiciatorio» (Ibíd).” (Catecismo de la Iglesia Católica, Punto 1367)
MEDITACIONES SOBRE
LA SANTA MISA
A la hora de tu muerte, tu mayor consuelo serán las Misas que durante tu vida oíste.
Cada Misa que oíste te acompañará en el tribunal divino y abogará para que alcances perdón.
Con cada Misa puedes disminuir el castigo temporal que debes por tus pecados, en proporción con el fervor con que la oigas.
Con la asistencia devota a la Santa Misa, rindes el mayor homenaje a la Humanidad Santísima de Nuestro Señor.
La Santa Misa bien oída suple tus muchas negligencias y omisiones.
Por la Santa Misa bien oída se te perdonan todos los pecados veniales que estás resuelto a evitar, y muchos otros de que ni siquiera te acuerdas.
Por ella pierde también el demonio dominio sobre ti.
Ofreces el mayor consuelo a las benditas ánimas del Purgatorio
Consigues bendiciones en tus negocios y asuntos temporales.
Una Misa oída mientras vivas te aprovechará mucho más que muchas que ofrezcan por ti después de la muerte.
Te libras de muchos peligros y desgracias en los cuales quizás caerías sino fuera por la Santa Misa.
Acuérdate también de que con ella acortas tu Purgatorio.
Con cada Misa aumentarás tus grados de gloria en el Cielo. En ella recibes la bendición del sacerdote, que Dios ratifica en el cielo.
Al que oye Misa todos los días, Dios lo librará de una muerte trágica y el Ángel de la Guarda tendrá presentes los pasos que dé para ir a la Misa, y Dios se los premiará en su muerte.
Durante la Misa te arrodillas en medio de una multitud de ángeles que asisten invisiblemente al Santo Sacrificio con suma reverencia.
Cuando oímos misa en honor de algún Santo en particular, dando a Dios gracias por los favores concedidos a ese Santo, no podemos menos de granjearnos su protección y especial amor, por el honor, gozo y felicidad que de nuestra buena obra se le sigue.
Todos los días que oigamos Misa, estaría bien que además de las otras intenciones, tuviéramos la de honrar al Santo del día.
La Misa es el don más grande que se puede ofrecer al Señor por las almas, para sacarlas del purgatorio, librarlas de sus penas y llevarlas a gozar de la gloria. San Bernardo de Sena.
El que oye Misa, hace oración, da limosna o reza por las almas del Purgatorio, trabaja en su propio provecho. San Agustín.
Por cada Misa celebrada u oídas con devoción, muchas almas salen del Purgatorio, y a las que allí quedan se les disminuyen las penas que padecen. San Gregorio el Grande, Papa.
Durante la celebración de la Misa, se suspenden las penas de las almas por quienes ruega y obra el sacerdote, y especialmente de aquellas por las que ofrece la Misa. San Gregorio el Grande.
Puedes ganar también Indulgencia Plenaria todos los lunes del año ofreciendo la santa Misa y Comunión en sufragio de las benditas almas del Purgatorio. Para los fieles que no pueden oír Misa el lunes vale que la oigan el domingo con esa intención.
Se suplica que apliquen todas las indulgencias en sufragio de las Almas del Purgatorio, pues Dios nuestro Señor, y ellas le recompensaran esta caridad.
La Santa Misa es la renovación del Sacrificio del Calvario, el Mayor acto de adoración a la Santísima Trinidad. Por eso es obligación oírla todos los domingos y fiestas de guardar.
Fuente - Texto tomado de UNAVOCESEVILLA.COM: