11. Sucedió después que iba Jesús camino de la ciudad llamada Naím, y con Él iban sus discípulos y mucho gentío.
12. Y cuando estaba cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que sacaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; e iba con ella grande acompañamiento de personas de la ciudad.
13. Así que la vio el Señor, movido a compasión, le dijo:
"No llores"
14. Y arrimóse y tocó el féretro. (Y los que lo llevaban, se pararon). Dijo entonces:
"Mancebo, Yo te lo mando, levántate"
15. Y luego se incorporó el difunto, y comenzó a hablar. Y Jesús le entregó a su madre.
16. Con esto quedaron todos penetrados de un santo temor, y glorificaban a Dios, diciendo:
"Un gran profeta ha aparecido entre nosotros, y Dios ha visitado a su pueblo"
17. Y esparcióse la fama de este milagro por toda la Judea y por todas las regiones circunvecinas.
Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús