MADRID, 20 de enero de 2014 / 03:48 pm (ACI/EWTN Noticias)
El Arzobispo Emérito de Pamplona y Tudela (España), Mons. Fernando Sebastián, concedió una extensa entrevista en la que, entre otros importantes temas, explica la postura del Papa Francisco sobre la homosexualidad, que es la de la Iglesia como el Santo Padre ha dicho en diversas ocasiones.
En una entrevista publicada ayer por el diario Sur de Málaga y que ha generado una serie de críticas de parte de diversos medios y del lobby gay, el Arzobispo afirma que “el Papa extrema los gestos de respeto y estima a todas las personas, pero no traiciona ni modifica el magisterio tradicional de la Iglesia. Una cosa es manifestar acogida y afecto a una persona homosexual y otra, justificar moralmente el ejercicio de la homosexualidad”.
“A una persona le puedo decir que tiene una deficiencia que es lo que es, pero eso no justifica que deje de estimarla y ayudarla. Creo que esa es la postura del Papa, lo mismo respecto del matrimonio homosexual o los divorcios. Vamos a estar a su lado, pero la Iglesia no puede cambiar las exigencias de la moral”.
El Arzobispo recuerda luego que “el amor siempre pide fidelidad y ser irrevocable. El amor humano es lo que es y la Iglesia tiene que defender la verdad y la autenticidad profunda del hombre, ayudando a todos, a los que lo realizan bien y a los que se equivocan o fallan”.
Al ser preguntado sobre el uso de la palabra “deficiencia”, que ha generado diversos ataques contra el Obispo, Mons. Sebastián dijo que “muchos se quejan y no lo toleran, pero con todos los respetos digo que la homosexualidad es una manera deficiente de manifestar la sexualidad, porque ésta tiene una estructura y un fin, que es el de la procreación. Una homosexualidad que no puede alcanzar ese fin está fallando. Eso no es un ultraje para nadie”.
“En nuestro cuerpo tenemos muchas deficiencias. Yo tengo hipertensión, ¿me voy a enfadar porque me lo digan? Es una deficiencia que tengo que corregir como pueda. El señalar a un homosexual una deficiencia no es una ofensa, es una ayuda porque muchos casos de homosexualidad se pueden recuperar y normalizar con un tratamiento adecuado. No es ofensa, es estima. Cuando una persona tiene un defecto, el buen amigo es el que se lo dice”.
El Papa cree que todos
pueden ser buenos hijos de Dios
El Prelado contó además que en el año 2006 el entonces Cardenal Bergoglio, que había dirigido unos ejercicios espirituales en los que participó, le dijo que leía todos sus escritos y que era su “alumno”: “Me dio una gran alegría. Cuando publicas cosas no sabes dónde va. Fue una grata sorpresa y no pensaba más en eso”, afirmó.
El Arzobispo subrayó luego que “el Papa Francisco es un hombre de paz, de compasión y de mucho afecto hacia el ser humano. Cree en el hombre, en que todos podemos llegar a ser buenos e hijos de Dios. En eso está el secreto de su afabilidad, de su constancia y de su atractivo, en que la gente descubre la buena voluntad del Papa”.
“Dios ha hecho a los hombres buenos, los ha hecho para ir al cielo todos. Hay que buscar esa veta profunda de bondad que tienen todos los hombres. Para evangelizar, hay que apartar los escombros de la vida y descubrir la huella de Dios, la veta buena que lleva toda persona en su corazón. ¿Quién no quiere ser bueno, ser feliz y buscar la estima de los demás?”
Esta actitud del Santo Padre, dijo el Prelado, “nos enseña a ser a la vez muy humanos y muy religiosos. Eso es fundamental para superar la distancia y la ruptura que hay entre la Iglesia y muchos sectores de nuestra sociedad, que no esperan nada ni se fían de ella. Los laicos tienen que ver el buen deseo de la Iglesia y ésta también tiene que descubrir el buen deseo profundo de los no cristianos. Todos podemos congeniar porque todos tenemos la misma marca de Dios”.
Para el Prelado, el Papa Francisco “tiene ese don de la eficacia que en la Iglesia no es tan fácil, porque en ella hay que gobernar siempre con el máximo de justicia y de consideración a las personas. Pero tampoco se puede descuidar la primacía del bien común. Por eso estoy convencido de que irá haciendo todo lo necesario para el buen testimonio de la Iglesia ante el mundo. Eso es un estímulo incluso fuera de la Iglesia, para que todos los gobernantes se animen a gobernar en favor del bien común y no de la condescendencia con los gritos y las presiones”.
La enseñanza de la Iglesia
sobre la Homosexualidad
Lo dicho por el Arzobispo está en línea con la enseñanza católica respecto de la homosexualidad, que está resumida en tres artículos del Catecismo de la Iglesia Católica; 2357, 2358 y 2359.
En estos artículos
la Iglesia enseña que:
Los homosexuales "deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta".
La homosexualidad, como tendencia es "objetivamente desordenada", que "constituye para la mayoría de ellos (los homosexuales) una auténtica prueba".
Apoyado en la Sagrada Escritura "la Tradición ha declarado siempre que "los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados", "no proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual" y por tanto "no pueden recibir aprobación en ningún caso".
"Las personas homosexuales están llamadas a la castidad" y "mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana".
Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM: