Con la celebración del Bautismo del Señor se cierra el tiempo litúrgico de Navidad. Normalmente el domingo que sigue a la Fiesta de la Epifanía es dedicado a celebrar el Bautismo de Cristo, este año se celebra el lunes 9 de enero y señala la culminación de todo el ciclo natalicio o de la manifestación del Señor. Es también el domingo que da paso al tiempo durante el año, llamado también Tiempo Ordinario.
El Bautismo de Jesús en el río Jordán
Llegado a la edad de 30 años, Jesús decidió dejar el retiro de Nazaret para iniciar su vida pública en cumplimiento de la voluntad del Padre. Por aquellos días había aparecido Juan el Bautista, predicando en el desierto la conversión y bautizando en el Jordán a las multitudes que acudían a él y confesaban sus pecados. Entonces se presentó también Jesús, que venía de Nazaret (en Galilea), para ser bautizado por Juan. Pero éste intentaba disuadirlo diciéndole:
"Soy yo el que necesito que Tú me bautices, ¿y Tú acudes a mí?"Jesús le contestó:
"Déjalo ahora. Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere"Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre Él. Y vino una voz del cielo que decía:
"Éste es Mi Hijo, el Amado, Mi Predilecto, en Quien Me Complazco".Los relatos de la vida de Jesús señalan Su Bautismo como la inauguración de su vida pública. El Bautismo de Jesús es la gran TEOFANÍA o MANIFESTACIÓN DE DIOS, en que por primera vez se revela el misterio de la Trinidad. Las Tres Divinas Personas se hacen sensibles: El Hijo en la persona de Jesús; el Espíritu en forma de paloma que se posa suavemente sobre Su Cabeza; el Padre mediante la Voz de lo Alto: Éste es Mi Hijo... que proclama la filiación divina de Jesús y lo acredita como Su Enviado. Era conveniente este testimonio, porque Jesús salía del anonimato de Nazaret y se disponía a realizar Su Obra de Mesías.
Evidentemente Jesús no necesitaba para sí mismo el bautismo de conversión que administraba el Bautista para el perdón de los pecados. Pero, para cumplir el designio del Padre, Jesús tenía que asumir los pecados del mundo, más aún, como dice San Pablo: "Hacerse pecado por nosotros" y así, como Cordero de Dios, quitar el pecado del mundo en la inmolación pascual a la que le llevaría el camino emprendido en el Jordán. Nosotros no somos bautizados con el bautismo de Juan, sino con el que inauguró Jesús y al que se refería el Bautista cuando decía: "Yo os bautizo con agua, pero El que viene detrás de mí os bautizará con Espíritu Santo y fuego". Y en nosotros, en el ámbito de la fe y de la gracia, se reproducen los prodigios del Bautismo de Cristo: El Padre nos adopta como hijos y se nos da el Espíritu para que a lo largo de nuestra vida sigamos las huellas de Cristo.
Diferencia entre los dos bautismos
El de Juan: con agua exterior, signo de arrepentimiento para el perdón de los pecados.
El de Jesús: con Espíritu Santo, renovación interior que nos hace "partícipes de la naturaleza divina".
Sermón 39 - En las Sagradas Luminarias, 14-16. 20
San Gregorio Nacianceno - Obispo
Juan está bautizando, y Cristo se acerca; tal vez para santificar al mismo por quien va a ser bautizado; y sin duda para sepultar en las aguas a todo el viejo Adán, santificando el Jordán antes de nosotros y por nuestra causa; y así, el Señor, que era espíritu y carne, nos consagra mediante el Espíritu y el agua.
Juan se niega, Jesús insiste. Entonces: Soy yo el que necesito que Tú me bautices, le dice la lámpara al Sol, la voz a la Palabra, el amigo al Esposo, el mayor entre los nacidos de mujer al Primogénito de toda la creación, él había saltado de júbilo en el seno materno al que había sido ya adorado cuando estaba en él, el que era y habría de ser precursor al que se había manifestado y se manifestará. Soy yo el que necesito que Tú me bautices; y podría haber añadido: "Por tu causa". Pues sabía muy bien que habría de ser bautizado con el martirio; o que, como a Pedro, no sólo le lavarían los pies.
Pero Jesús, por su parte, asciende también de las aguas; se lleva consigo hacia lo alto al mundo, y mira cómo se abren de par en par los cielos que Adán había hecho que se cerraran para sí y para su posteridad, del mismo modo que se había cerrado el paraíso con la espada de fuego.
También el Espíritu da testimonio de la divinidad, acudiendo en favor de quien es su semejante; y la voz desciende del cielo, pues del cielo procede precisamente Aquel de quien se daba testimonio; del mismo modo que la paloma, aparecida en forma visible, honra el cuerpo de Cristo, que por deificación era también Dios. Así también, muchos siglos antes, la paloma había anunciado el diluvio.
Honremos hoy nosotros, por nuestra parte, el Bautismo de Cristo, y celebremos con toda honestidad su fiesta. Ojalá que estéis ya purificados, y os purifiquéis de nuevo. Nada hay que agrade tanto a Dios como el arrepentimiento y la salvación del hombre, en cuyo beneficio se han pronunciado todas las palabras y revelado todos los misterios; para que, como astros en el firmamento, os convirtáis en una fuerza vivificadora para el resto de los hombres; y los esplendores de aquella luz que brilla en el cielo os haga resplandecer, como lumbreras perfectas, junto a su inmensa luz, iluminados con más pureza y claridad por la Trinidad, cuyo único rayo, brotado de la única Deidad, habéis recibido inicialmente en Cristo Jesús, Señor nuestro, a quien le sean dados la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
Oración
Dios todopoderoso y eterno, que en el Bautismo de Cristo, en el Jordán, quisiste revelar solemnemente que Él era Tu HIjo amado enviándole Tu Espíritu Santo, concede a tus hijos de adopción, renacidos del agua y del Espíritu Santo, perseverar siempre en tu benevolencia. Por nuestro Señor Jesucristo.
Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:
http://www.corazones.org/jesus/bautismo_jesus.htm
Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:
http://es.catholic.net/celebraciones/120/3051/articulo.php?id=34530
Fuente - Texto tomado de FRANCISCANOS.ORG:
http://www.franciscanos.org/oracion/rosario16.htm