Por Jaime Gurpegui | 07 de Enero de 2025
En un nuevo mensaje publicado en su cuenta de Twitter, el obispo Joseph Strickland ha lanzado un contundente llamamiento a sus hermanos en el episcopado para denunciar lo que considera «la corrupción flagrante del Papa Francisco y de los cardenales de Estados Unidos».
Strickland ha aprovechado el reciente nombramiento del cardenal Robert McElroy como nuevo arzobispo de Washington D.C. para reiterar su indignación frente a lo que percibe como una traición a la verdad de Cristo.
A continuación, compartimos el mensaje íntegro del obispo Strickland:
«En noviembre pregunté a los obispos de Estados Unidos: ‘¿Qué les hará reaccionar?’ No me sorprende que no recibiera ninguna respuesta de ellos. El nombramiento del corrupto cardenal McElroy para la arquidiócesis de Washington D.C. vuelve a plantear esta misma pregunta.
La corrupción flagrante del Papa Francisco y de los cardenales estadounidenses queda al descubierto con el nombramiento de un clon de McCarrick en la misma arquidiócesis donde su mal reinó hace veinte años. Todos los que amamos a Jesucristo y a Su Iglesia debemos alzar la voz contra estos lobos de la jerarquía. No podemos permanecer en silencio ante esta corrupción descarada.
Una vez más, hago un llamado a mis hermanos obispos para que se pronuncien y digan NO a este constante socavamiento de la Verdad que es Jesucristo. Necesitamos la voz de San Juan Bautista cuando clamaba contra la “generación de víboras” en el Vaticano: ‘Convertíos y creed en el Evangelio’. No debemos permanecer en silencio mientras otra comunidad de la Iglesia es cargada con un asalariado corrupto como pastor».
El mensaje de Strickland es tan directo como demoledor. Al evocar la figura de San Juan Bautista, denuncia con crudeza lo que considera un liderazgo indigno y un ataque frontal contra la verdad del Evangelio.
El obispo texano se ha destacado en los últimos años como una de las pocas voces episcopales dispuestas a desafiar abiertamente las decisiones del Papa Francisco y de la cúpula vaticana. Su referencia a McElroy como «un clon de McCarrick» recuerda la sombra de escándalo que sigue proyectándose sobre la arquidiócesis de Washington, tras los crímenes y abusos cometidos por el excardenal Theodore McCarrick.
La pregunta que se hace Strickland resuena con fuerza: ¿qué más tiene que pasar para que los obispos se levanten y denuncien? La respuesta, hasta ahora, ha sido un sepulcral silencio por parte de la jerarquía. Mientras tanto, voces como la suya siguen clamando en el desierto, recordando que el Evangelio exige verdad, justicia y conversión, incluso cuando hacerlo implique desafiar a los poderosos.
Fuente - Texto tomado de INFOVATICANA.COM:
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