Estudió
en Polonia y en París y ordenado sacerdote por el obispo de Cracovia
(que es la segunda ciudad de Polonia), fue nombrado Párroco de la
catedral. Se distinguió por su gran elocuencia, por los impresionantes
ejemplos de vida santa que brindaba a todos con su buen comportamiento y
por la reforma de costumbres, que lograba conseguir con sus
predicaciones y con su dirección espiritual. El señor obispo deseaba que
Estanislao fuera su sucesor, pero él no aceptaba ser obispo porque se
creía indigno de tan alta dignidad. Sin embargo, al morir el prelado, el
pueblo lo aclamó como el más digno para ejercer el obispado, el cual
ejerció por siete años, desde el año 1072 hasta su muerte en 1079.
Era
muy estricto en exigir a cada sacerdote el cumplimiento exacto de sus
deberes sacerdotales. Visitaba cada año a todas las parroquias y
dedicaba mucho tiempo a la predicación y a la instrucción del pueblo. Su
palacio episcopal vivía lleno de pobres, porque jamás negaba ayudas a
los necesitados. Tenía la lista de las familias que estaban pasando por
situaciones económicas más penosas, para enviarles sus generosas ayudas.
El
rey de Polonia Boleslao, era un valiente guerrero pero se dejaba
dominar demasiado por sus pasiones. Al principio se entendía muy bien
con el obispo Estanislao, pero luego empezó a cometer faltas muy graves
que escandalizaban y daban muy mal ejemplo al pueblo y entonces el
obispo tuvo que intervenir fuertemente. San Estanislao recordaba muy
bien aquel mandato de San Pablo:
"Es necesario reprender, aconsejar y hasta amenazar, con toda paciencia y doctrina, porque llega el tiempo en que los hombres arrastrados por sus propias pasiones ya no quieren oír las doctrinas verdaderas, sino las falsedades" (2 Tim. 4,2).
"Ay de los jefes espirituales que sean como perros mudos que no ladran cuando llegan los ladrones a robar en el campo del Señor"
Y él no quería ser perro mudo que se queda sin dar la voz de alerta ante los enemigos y los peligros. Varias veces había corregido a Boleslao cuando éste cometía crueldades o injusticias y el rey había mostrado cierto arrepentimiento y deseos de corregirse. Pero de pronto la medida de sus maldades rebosó cuando Boleslao se robó una mujer casada para llevársela como concubina a su palacio. Las gentes se escandalizaron. Ninguno de los altos empleados se atrevía a corregir al rey escandaloso. Y pidieron al obispo que se arriesgara a llamarle la atención al terrible monarca.
Estanislao se presentó valerosamente ante el rey, le echó en cara el pecado tan escandaloso que estaba cometiendo, y el pésimo ejemplo que estaba dando a todo ese pueblo tan católico. Boleslao se hizo el sordo y no le quiso hacer caso y entonces el obispo con toda la autoridad de su cargo lo amenazó con terribles castigos, si no se arrepentía de su pecado impuro y no dejaba aquella mala amistad. Boleslao creyó que el obispo no iba a proceder tan fuertemente, y se atrevió a asistir a una misa en la catedral. Pero Estanislao mandó suspender la misa, porque no aceptaba que un pecador tan rebelde y escandaloso estuviera allí dando mal ejemplo a todos. Entonces estalló ferozmente la ira del sanguinario rey.
Boleslao se propuso vengarse y un 11 de abril mientras San Estanislao estaba celebrando la Santa Misa, mandó el furibundo rey a sus soldados a que lo mataran allí mismo en el altar. Los soldados volvieron al atrio diciéndole que no se habían atrevido a tocar a aquel hombre de Dios que aparecía rodeado de resplandores. Entonces el mismo Boleslao subió al altar y, con sus propias manos asesinó al santo obispo el 11 de abril del año 1079. Fue un crimen que nunca pudo olvidar y que lo atormentó día y noche durante todo el resto de su vida.
El rey hizo que el cadáver del santo quedara en el campo sin sepultar, para que lo devoraran los cuervos. Pero entonces aparecieron dos águilas que no dejaron que ningún gallinazo se acercara al cuerpo del difunto. Hasta que llegaron unos devotos fervorosos y le dieron santa sepultura, en la capilla de San Miguel. Desde entonces las cosas comenzaron a suceder cada día más de mal en peor para el rey Boleslao, que tuvo que llorar muy amargamente el crimen tan espantoso que cometió. El pueblo empezó a venerar como a un gran santo a Estanislao, y el Papa Inocencio lo canonizó, o sea lo declaró santo en el año 1253.
San Estanislao, pídele a Dios que haya muchos obispos y sacerdotes que como tú a imitación de San Juan Bautista que se atrevió a enfrentársele al rey Herodes y decirle:
"No te es permitido vivir con una mujer que no es tu esposa"
Y no dejó de decírselo aunque ésto le llevó a ser asesinado por orden de tan malvado rey, que así también en este tiempo siempre haya muchos valerosos sacerdotes y obispos que se atrevan a oponerse a los que dan escándalo y mal ejemplo, aunque ésto los lleve a ser perseguidos y sufrir martirios.
Y a los que se atreven a atacar a los enviados de Dios, que no olviden las palabras del libro Santo:
"No toquéis a mis ungidos. No hagáis daño a los que Yo envío para comunicar mis mensajes (Salmo 105). Porque el que ataca a uno de mis enviados, es como si me hiriera a Mí en la pupila de mis ojos, dice el Señor"
Fuente - Texto tomado de EWTN:
https://www.ewtn.com/es/catolicismo/santos/estanislao-14852