1. Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador.
2. Todo
sarmiento que en Mí que Soy la vid no lleva fruto, lo cortará; y a todo
aquel que diere fruto, lo podará para que de más fruto.
3. Ya vosotros estáis limpios, en virtud de la doctrina que os he predicado.
4. Permaneced
en Mí, que Yo permaneceré en vosotros. Al modo que el sarmiento no
puede de suyo producir, sino está unido con la vid, así tampoco vosotros
si no estáis unidos conmigo.
5. Yo
soy la vid, vosotros los sarmientos; quien está unido, pues, conmigo, y
Yo con él, ése da mucho fruto, porque sin Mí nada podéis hacer.
6. El que no permanece en Mí, será echado fuera como el sarmiento inútil, y se secará, y le cogerán y arrojarán al fuego y arderá.
7. Al contrario, si permanecéis en Mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo que quisiereis, y se os otorgará.
8. Mi Padre queda glorificado en que vosotros llevéis mucho fruto, y seáis verdaderos discípulos míos.
Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús