Por INFOVATICANA | 25 de agosto de 2021
El papa Francisco dispuesto a presentar su renuncia «por salud, no por edad». Radio macuto en el Vaticano: «Se respira aire de cónclave».
Cada vez se habla más de un nuevo cónclave en el Vaticano. Al parecer, el papa Francisco ha expresado su intención de marcharse. Además, el próximo mes de diciembre cumplirá 85 años, la misma edad que tenía Benedicto XVI cuando presentó su renuncia. Pero el motivo de la renuncia de Bergoglio no sería la edad, sino su salud, que pasó a primer plano de forma repentina e inesperada con la intervención quirúrgica que le realizaron el 4 de julio en el Policlínico Gemelli. En realidad, la operación no estaba prevista (se dice que ni siquiera el secretario de Estado, el cardenal Parolin, estaba al corriente de la hospitalización). Además, parece que los médicos del Gemelli querían mantener ingresado al papa durante más tiempo. Para los medios de comunicación y el Vaticano, el tema de la salud de los papas siempre ha sido problemático. Las críticas a la comunicación oficial del Vaticano en este caso han venido principalmente del sitio web Il Sismografo, que siempre se define como «paravaticano» por su cercanía a la secretaría de Estado (ciertamente tiene posiciones bergoglianas).
Muchas preguntas
El 6 de julio, el director del sitio, Luis Badilla, escribió: «La información que se decida ampliar a través de la prensa debe ser sumamente transparente y de gran autoridad. Si se trata de anuncios médicos, el texto debe llevar la firma del médico o del equipo, con nombres y apellidos; si anticipa los días de hospitalización tras una operación de colon, debe dar apoyo clínico a esa afirmación. Los periodistas existen para hacer preguntas y buscar la máxima verdad posible, no solo para sostener los micrófonos, porque de lo contrario no se pueden distinguir los hechos reales de las hipótesis periodísticas».
Al día siguiente, con el titular «El papa Francisco no necesita la cortesanía de la prensa», Badilla se alegró del buen curso clínico del Santo Padre, pero añadió: «Hay, sin embargo, un detalle muy significativo que muchos, en estas horas, están subestimando, ignorando o manipulando: la enfermedad que sufre el papa Francisco es grave y degenerativa. Incluso podría ser crónica. Ciertamente, el Santo Padre volverá al Vaticano para reanudar su camino tras las huellas de Pedro, pero nunca volverá a ser el mismo. Toda la retórica sobre un Jorge Mario Bergoglio superhombre daña su imagen y su carisma… Sabe que tendrá que cambiar mucho su vida: fatiga, descanso, límites, dieta, ejercicios de rehabilitación física».
Un mes después de la operación, Badilla señaló que los comunicados «sobre las condiciones de salud del Pontífice» siempre han sido emitidos por la Sala de Prensa del Vaticano y «nunca han sido firmados por los médicos ni por el Hospital Gemelli», añadiendo que «quedan abiertas algunas preguntas que nunca se han podido plantear a los médicos responsables sobre las condiciones de salud del papa, especialmente sobre el pronóstico que, si bien es una cuestión que nunca se ha abordado, sigue siendo confidencial». Son tantas las preguntas que el 10 de agosto el portal InfoVaticana afirmaba: «La salud del papa no es la que dicen«. Así que es más que probable que los problemas de salud (que todos esperamos que no sean graves) lleven al papa a plantearse su renuncia.
Las entrevistas
A lo largo de los años, en varias entrevistas, el papa Bergoglio ha hablado sobre su posible renuncia, pero siempre como una hipótesis de un futuro lejano. Hoy parece que esta lejana hipótesis se ha convertido en actual. El primero en hablar de un «aire de cónclave» fue el veterano vaticanista Sandro Magister, que el 13 de julio tituló así la entrada a su blog, seguido por innumerables lectores: «Cónclave a la vista, todos se distancian de Francisco«. No se preocupaba por la salud del papa, si bien la escribió poco después de la operación, sino que examinaba dos «libros gemelos» que acababan de salir: La Chiesa brucia [La Iglesia arde] y Il gregge smarrito [El rebaño descarriado]. «Ambos», señala Magister, «diagnostican un mal estado de salud de la Iglesia, con un marcado empeoramiento precisamente durante el actual pontificado». Pero «sus autores no son en absoluto opositores del papa Francisco», añade el vaticanista.
El primer libro es de Andrea Riccardi, historiador de la Iglesia y fundador de la Comunidad de Sant’Egidio, muy escuchado por el papa, que le recibe a menudo en audiencias privadas y le confió, entre otras cosas, la dirección de la espectacular cumbre interreligiosa que Francisco presidió el pasado 20 de octubre en la plaza del Campidoglio. El segundo libro está firmado por una asociación recién nacida llamada «Essere qui», cuyo número uno es Giuseppe De Rita, de 89 años, fundador del Censis y decano de los sociólogos italianos, además de intelectual católico del área progresista de la época Montini. Ya en las semanas anteriores habían llegado fuertes críticas al papa Bergoglio desde el mundo católico-progresista por algunas de sus recientes decisiones, dando así la sensación del final de una época.
Sin embargo, Magister, en su artículo, subraya el reposicionamiento en curso no solo por parte de los intelectuales bergoglianos (a los que se podrían añadir los medios de comunicación), sino también por parte de los cardenales considerados más cercanos a Francisco: «Ha llegado el momento de distanciarse del papa reinante si el objetivo es sucederle». De hecho, la dramática situación general de la Iglesia también podría influir en la decisión de renunciar: basta recordar los conflictos con los episcopados alemán y estadounidense (las dos Iglesias que más donaciones aportan al Vaticano); las desoladoras estadísticas sobre la práctica religiosa y las vocaciones de los últimos años; la confusión, cada vez más difundida entre los fieles, causada por una jerarquía que parece demasiado diferente del magisterio claro y autorizado de los papas anteriores; los escándalos; el callejón sin salida de las reformas de la curia; el juicio en curso en el Vaticano; las controversias doctrinales. ..
El Canon
Sin embargo, para un papa como Bergoglio, sumamente activo, el tema de la salud es una gran preocupación. Una semana después de su intervención quirúrgica, el diario argentino La Nación, cercano al papa, publicó un largo artículo dedicado a las «difíciles cuestiones que plantea la avanzada edad de Francisco». El subtítulo explicaba que, tras la operación, se habló de una posible renuncia. Según el diario argentino, los «observadores del Vaticano» creen «unánimemente que Francisco no está cerca de renunciar», pero -observamos- esto también sucedía en vísperas de la renuncia de Benedicto XVI. «No puedo imaginar que Francisco renuncie mientras Benedicto siga vivo», ha declarado Christopher Bellitto, historiador pontificio de la Universidad Kean en Union, Nueva Jersey. «Tener un papa emérito ya crea confusión. Tener dos complicaría aún más el panorama». Sin embargo, este tema está empezando a ser abordado de manera «científica» por canonistas y teólogos, que parecen estar preparando el terreno a medidas oficiales de la Santa Sede a fin de definir con precisión toda la casuística relativa al ministerio petrino después de que Benedicto XVI renunciara y se autodenominara «papa emérito» (una expresión totalmente nueva en la historia de la Iglesia).
La canonista Geraldina Boni acaba de publicar «una propuesta de ley, fruto de la colaboración de la ciencia canónica, sobre la Sede Romana totalmente impedida y la renuncia del papa» para que «el legislador supremo pueda sacar ideas razonadas y bien argumentadas en vistas de la promulgación de una legislación sobre estas cuestiones: una legislación que ahora parece urgente e inaplazable». ¿Por qué tanta urgencia después de ocho años en los que el problema de la cohabitación de dos papas parecía ser ignorado por todos? ¿Será porque se respira aire de cónclave? La Nación, tras asegurar que el papa Francisco está bien y no está a punto de renunciar, cita a Alberto Melloni, historiador de la Iglesia y símbolo intelectual del catoprogresismo según el cual, el pontificado del papa Francisco ha entrado en su capítulo final: «Cuando un papa envejece, entramos en un territorio desconocido e incierto». Esto no significa, en su opinión, que el papa Bergoglio esté necesariamente en vísperas de renunciar, sino que los papas ya no quieren esperar a tener una edad avanzada y una mala salud para hacerlo. Según Melloni, que ve el riesgo de que la burocracia vaticana se haga cargo, «si un papa quiere dimitir, tiene que encontrar el momento adecuado antes de que la debilidad sea demasiado evidente». Y Francisco, en las últimas semanas, medio en broma medio en serio, ha dicho a algunas personas que la próxima primavera podría haber un nuevo papa.
Publicado por Antonio Socci en Libero.
Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana.
Fuente - Texto tomado de INFOVATICANA.COM: