LA HORRIPILANTE VISIÓN PROFÉTICA DEL PAPA LEÓN XIII
Escrito por Antonio Socci
Hay otro "detalle" temporal muy importante que la mística alemana (la Beata Ana Catalina Emmerick) nos aporta:
«Lucifer … es sabido que debe ser desencadenado por algún tiempo, cincuenta o sesenta años antes del año 2000 de Cristo»
Esta es una revelación muy importante porque se encuentra en los mismos términos, o sea en la terrible visión que el Papa León XIII tuvo al final del siglo XIX (...).
León XIII, fue Papa desde 1878 hasta 1903 (...). Bueno, el hecho misterioso del cual estamos hablando le ocurrió el 13 de octubre de 1884 (o sea exactamente 33 años antes de la última aparición de la Virgen María en Fátima, ndt).
Aquel día, asistiendo a una segunda Misa de Agradecimiento «de repente se lo vio enderezarse enérgicamente la cabeza, y después mirar hacia algo que estaba encima de la cabeza del celebrante. Miraba fijamente, sin pestañear, pero con una sensación de terror y de maravilla al mismo tiempo, cambiando de color y rasgos».
Los testigos dijeron que «por fin, como regresando en sí mismo, dándose un toque ligero pero enérgico con la mano, se levanta. Se pudo verlo dirigirse hacia su despacho privado. Los familiares lo siguieron con atención y ansiedad. Le dijeron quedamente: «Santo Padre, ¿Usted no se siente bien? ¿Necesita algo?». Respondió: «Nada, nada». Después de media hora hizo llamar al Secretario de la Congregación de los Ritos y, entregando a éste una hoja, le ordenaba hacerla imprimir y enviarla a todos los obispos del mundo».
Se trató de la famosa oración a San Miguel Arcángel, Protector de la Iglesia, que desde entonces se hizo recitar al final de la Santa Misa en todas las iglesias del mundo: fue una larga invocación al Jefe de las Milicias Celestiales porque encadenara a Satanás al infierno impidiendo a éste de vagar por el mundo contra la Iglesia y las almas (esta oración fue inopinadamente cancelada después del Concilio).
(…) Pero, ¿por qué León XIII escribió aquella oración? Y, ¿qué le había ocurrido durante la Misa? ¿Qué había visto y escuchado?
El Papa dijo que se trató del futuro de la Iglesia. En efecto León XIII tuvo la visión de los demonios que se agolpaban sobre el Vaticano y sobre la Basílica de San Pedro que (asaltada por las fuerzas infernales) temblaba espantosamente.
El Papa escuchó un misterioso y escalofriante diálogo en el cual Satanás desafió a Dios afirmando que si hubiera tenido mano libre habría destruido Su Iglesia en cien años.
Se puede percibir en este “desafío” apocalíptico el desprecio que desde siempre Lucifer tiene hacia los hombres, y que acusa delante del Creador que esos están a su servicio, de Satanás, y no hijos de Dios.
Mientras, en el permitir este desafío, por parte del Señor hay Su apasionado y eterno amor, y que quiere sus criaturas libremente capaces (con Su Gracia) de oponerse al Maligno, vencerlo y obteniendo en este modo el inmenso don de la Salvación y de la divinización. (…)
Por tanto León XIII no sólo escribió aquella oración a San Miguel Arcángel haciéndola rezar, desde aquél momento y más, al final de la Misa en todas la iglesias, sino (como subrayó el Cardenal Nasalli Rocca) el Papa «escribió con su mano un especial exorcismo contenido en el Ritual Romano. Él recomendaba estos exorcismos a los obispos y a los sacerdotes de rezarlos frecuentemente en sus diócesis y parroquias. Él lo rezaba frecuentemente durante el día».
Luego en el texto original de este misterioso exorcismo ‘in satanam et angelos apostaticos’ (contra Satanás y los ángeles apóstatas), escrito por León XIII e insertado obligatoriamente en el ritual romanum, se leía esta enigmática fórmula:
«He aquí que astutos enemigos han llenado de amargura la Iglesia, Esposa del Cordero Inmaculado, le han dado a beber ajenjo, han puesto sus manos impías sobre todo lo que hay en ella de deseable. Donde fueron establecidas la Sede del bienaventurado Pedro y la cátedra de la Verdad, como una luz para las naciones, ellos han erigido el trono de la dominación de su impiedad; a fin de que, una vez golpeado el pastor, puedan dispersar el rebaño».
Es una fórmula que desconcierta y por eso, algunos decenios después, bajo el Pontificado de Pío XI, aquel exorcismo fue acortado, y ésta fue una de las frases eliminadas. Por prudencia.
Porque podía ser «intrepretada mal», como también se dijo acerca de aquella parte del Secreto de Fátima, que nunca ha sido revelada.
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Fuente:
"Non è Francesco", libro de Antonio Socci, Ed. Mondadori, 2014.
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«He aquí que astutos enemigos han llenado de amargura la Iglesia, Esposa del Cordero Inmaculado, le han dado a beber ajenjo, han puesto sus manos impías sobre todo lo que hay en ella de deseable. Donde fueron establecidas la Sede del bienaventurado Pedro y la cátedra de la Verdad, como una luz para las naciones, ellos han erigido el trono de la dominación de su impiedad; a fin de que, una vez golpeado el pastor, puedan dispersar el rebaño». (León XIII, Papa desde 1878 hasta 1903).
Antonio Socci: << Es un pasaje del célebre y misterioso exorcismo que el Pontífice escribió, insertándolo necesariamente en el Ritual Romanum, inmediatamente después de que tuvo la horripilante visión de la Basílica de San Pedro invadida por los demonios, y otras revelaciones sobrenaturales acerca de las tremendas pruebas en las cuales la Iglesia habría padecido en el siglo sucesivo >>
Fuente - Texto tomado de GLORIA.TV:
https://gloria.tv/post/TMAbp3bXhvgQ4X1ypbgyYDpZU