Hace unos días, el arzobispo de Washington, cardenal Wilton Gregory, criticó acerbamente el ‘oportunismo’ de Trump por su visita a una iglesia blandiendo una Biblia. No queremos imaginar cuál será su reacción, y la de todo el episcopado gringo, ante las palabras de su rival en la carrera hacia la Casa Blanca, el ‘católico’ Joe Biden en encendida defensa del ‘derecho’ al aborto.
No es que hubiera demasiada intriga en la decisión, pero ya es oficial: Planned Parenthood, la multinacional americana del aborto, apoyará formal y financieramente al candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos el próximo mes de noviembre, el ‘católico’ Joe Biden, ex vicepresidente de Barak Obama.
Y Biden ha exultado de entusiasmo en su defensa del ‘derecho’ de las madres a deshacerse de sus hijos antes de nacer (a veces, pocos minutos antes). El senil candidato llama al aborto, como es habitual, “sanidad”, y en un reciente vídeo afirma: “Es muy sencillo, el derecho a la sanidad no depende de la raza, el género, la renta o el código postal. Como presidente haré todo lo que esté en mi mano para ampliar la sanidad barata para las mujeres”.
Pero, por si acaso no se entendía bien, añade: “Protegeremos el derecho constitucional de las mujeres a elegir, y me enorgullece participar con vosotros en esta lucha”. Cómo puede un católico pensar que el aborto es un ‘derecho’ y, más, que debe financiarse con dinero público, es algo que no han explicado los obispos norteamericanos, que llegaron a crear toda una ‘doctrina’, la de la ‘túnica inconsútil’, para poder seguir apoyando a los demócratas pese a su voracidad abortera. Hace unos meses, el cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, pasó las de Caín para explicar por qué no era partidario de negar la comunión a ‘su’ gobernador, Andrew Cuomo -otro ‘católico’- después de que éste aprobara el aborto hasta ya iniciado el parto.
Biden tiene un largo y consistente historial político de defensa del aborto, por no hablar de su apoyo a Obama, el presidente más proaborto de la historia americana. Pero no hay riesgo de que esto vaya a indisponerle con el episcopado norteamericano a la hora de orientar el voto en noviembre. De todos es sabido la conmovedora misericordia que derraman sin medida sobre los políticos demócratas. Siempre que no se acerquen a una Biblia, naturalmente.
Por Carlos Esteban.
Fuente - Texto tomado de INFOVATICANA.COM: