"¡Viva la Reina!"
En esta ocasión el Papa también promulgó el documento principal del Magisterio acerca de la dignidad y realeza de María, la Encíclica Ad Coeli Reginam (Oct. 11, 1954). Se celebra ahora en la octava de la Asunción para manifestar la conexión entre la realeza de María y su Asunción a los cielos.
El Papa nombró a la Virgen Reina de cielos y tierra, y decretó que se celebrara una fiesta especial para honrarla bajo ese título. No era éste un nuevo privilegio para la Madre de Dios. Ella siempre ha sido considerada nuestra Reina, como lo testifica el arte Mariano desde los primeros siglos y las oraciones, especialmente la Letanía de Loreto. Sin embargo, no había hasta entonces fiesta en particular que lo conmemorara. En la actualidad esta fiesta se celebra el 22 de agosto.
Fundamento Teológico
de la Realeza de la Virgen María
de la Realeza de la Virgen María
- Por su divina Maternidad: Es el fundamento principal, pues la eleva a un grado altísimo de intimidad con el Padre celestial y la une a su divino Hijo, que es Rey Universal por derecho propio.
En la Sagrada Escritura se dice del Hijo que la Virgen concebirá:
"Hijo del Altísimo será llamado y a Él le dará el Señor Dios por trono de David su padre y en la casa de Jacob reinará eternamente y su reinado no tendrá fin" (Lc. 1, 32-33). Y a María se le llama "Madre del Señor" (Lc. 1, 43); de donde fácilmente se deduce que Ella es también Reina, pues engendró un Hijo que era Rey y Señor de todas las cosas. Así, con razón, pudo escribir San Juan Damasceno: "Verdaderamente fue Señora de todas las criaturas cuando fue Madre del Creador" (cit. en la Enc. Ad Coeli Reginam, de Pío XII, 11-X-1954)
- Por ser Corredentora del género humano: La Virgen María, por voluntad expresa de Dios, tuvo parte excelentísima en la obra de nuestra Redención. Por ello, puede afirmarse que el género humano sujeto a la muerte por causa de una virgen (Eva), se salva también por medio de una Virgen (María). En consecuencia, así como Cristo es Rey por título de conquista, al precio de Su Sangre, también María es Reina al precio de su Compasión dolorosa junto a la Cruz.
"La Beatísima María debe ser llamada Reina, no sólo por razón de su Maternidad divina, sino también porque cooperó íntimamente a nuestra salvación. Así como Cristo, nuevo Adán, es Rey nuestro no sólo por ser Hijo de Dios sino también nuestro Redentor, con cierta analogía, se puede afirmar que María es Reina, no sólo por ser Madre de Dios sino también, como nueva Eva, porque fue asociada al nuevo Adán" (cfr. Pío XII, Enc. Ad Coeli Reginam).
Naturaleza del Reino de María
El reino de Santa María, a semejanza y en perfecta coincidencia con el reino de Jesucristo, no es un reino temporal y terreno, sino más bien un reino eterno y universal: "Reino de verdad y de vida, de santidad, de gracia, de amor y de paz" (cfr. Prefacio de la Misa de Cristo Rey).
- Es un reino eterno porque existirá siempre y no tendrá fin (cfr. Lc. 1, 33) y, es universal porque se extiende al Cielo, a la tierra y a los abismos (cfr. Fil. 2, 10-11).
- Es un reino de verdad y de vida. Para ésto vino Jesús al mundo, para dar testimonio de la verdad (cfr. Jn. 18, 37) y para dar la vida sobrenatural a los hombres.
- Es un reino de santidad y justicia porque María, la llena de gracia, nos alcanza las gracias de su Hijo para que seamos santos (cfr. Jn. 1, 12-14); y de justicia porque premia las buenas obras de todos (cfr. Rom. 2, 5-6).
- Es un reino de amor porque de su eximia caridad nos ama con corazón maternal como hijos suyos y hermanos de su Hijo (cfr. 1 Cor. 13, 8).
- Es un reino de paz, nunca de odios y rencores; de la paz con que se llenan los corazones que reciben las gracias de Dios (cfr. Is. 9, 6).
La oración colecta de la Memoria de
Santa María Reina dice:
"Oh Dios, que nos has dado como Madre
y como Reina, a la Madre de tu Unigénito; concédenos, por su intercesión,
el poder llegar a participar
en el Reino celestial
de la gloria reservada a tus hijos"
y como Reina, a la Madre de tu Unigénito; concédenos, por su intercesión,
el poder llegar a participar
en el Reino celestial
de la gloria reservada a tus hijos"
Características del reinado
de María Santísima
de María Santísima
Preeminencia: "Su honor y dignidad sobrepasan toda la creación; los ángeles toman segundo lugar ante tu preeminencia". San Germán.
Poder Real: Que la autoriza a distribuir los frutos de la redención. La Virgen María no sólo ha tenido el más alto nivel de excelencia y perfección después de Cristo, pero también participa del poder de Su Hijo Redentor ejercita sobre las voluntades y mentes.
Inagotable eficacia de Intercesión con su Hijo y el Padre: Dios ha instituido a María como Reina del cielo y tierra, exaltada sobre todos los coros de ángeles y todos los santos. Estando a la diestra de su Hijo, ella suplica por nosotros con corazón de Madre, y lo que busca, encuentra, lo que pide, recibe.
Reinado de Amor y Servicio: Su reinado no es de pompas o de prepotencia como los reinos de la tierra. El reino de María es el de su Hijo, que no es de este mundo, no se manifiesta con las características del mundo. María tiene todo el poder como reina de cielo y tierra, y a la vez, la ternura de ser Madre de Dios. En la tierra ella fue siempre humilde, la sierva del Señor. Se dedicó totalmente a su Hijo y a su obra con Él, y sometida con todo su corazón, con toda su voluntad a Él, colaboró en el Ministerio de la Redención. Ahora en el Cielo, ella continúa manifestando su amor y su servicio para llevarnos a la salvación.
Respuesta
a los hermanos separados
a los hermanos separados
Hay quienes rechazan el reinado de María Santísima, alegando que ella no puede ser reina ya sólo Jesús es rey.
Estos hermanos no comprenden la naturaleza del Reino. El reino de María Santísima no es un reino aparte al de su Hijo. Es el mismo reino. Donde Jesús reina, María su Madre reina también. Se trata de dos corazones eternamente unidos en el amor divino. Dios ha dispuesto que así fuese. María, lejos de quitarle al reinado de su Hijo, lo propicia. Ella es la más sumisa, la más fiel en el reino y por eso también la más exaltada.
Lucas 1:48 "porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada".
Dios te salve,
Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura
y esperanza nuestra;
Dios te salve.
Lucas 1:48 "porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada".
SALVE
Dios te salve,
Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura
y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A Tí llamamos
los desterrados hijos de Eva;
a Tí suspiramos,
gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora,
abogada nuestra,
vuelve a nosotros
esos tus ojos misericordiosos;
y después de este destierro,
muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
los desterrados hijos de Eva;
a Tí suspiramos,
gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora,
abogada nuestra,
vuelve a nosotros
esos tus ojos misericordiosos;
y después de este destierro,
muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
Fuente - Textos tomados de CORAZONES.ORG:
http://www.corazones.org/maria/reina_maria.htmFuente - Texto tomado de EWTN.COM:
http://www.ewtn.com/spanish/saints/Mar%C3%ADa_Reina.htm
Fuente - Texto tomado de CATOLICO.ORG: