En el año 1608 el Sumo Pontífice extendió a toda la Iglesia Universal la fiesta de los Ángeles Custodios. En la Biblia, la palabra Ángel significa "Mensajero", un espíritu purísimo que está cerca de Dios para adorarlo, y cumplir sus órdenes y llevar sus mensajes a los seres humanos.
Los Ángeles en los relatos bíblicos

El ángel los libró del fuego y se paseaba con ellos, cantando y alabando a Dios. En caso de catástrofes naturales, incendios o desgracias de cualquier tipo, Dios nos puede ayudar y salvar por medio de nuestro ángel. Incluso, nos puede salvar de animales peligrosos, como salvó a Daniel del foso de los leones.
El ángel proveedor. En una oportunidad, el profeta Elías estaba en pleno desierto, después de haber huido a Jezabel y estaba hambriento y sediento, y quería morirse. Deseó la muerte, se acostó y se durmió bajo una retama, pero un ángel lo tocó y dijo: "levántate y come". Miró y vio a su cabecera una torta cocida sobre piedras calientes y un jarro de agua. Comió y bebió y se volvió a acostar. Volvió por segunda vez el Ángel de Dios, le tocó y le dijo: "levántate y come, porque el camino es demasiado largo para ti". Se levantó, comió, bebió y con la fuerza de aquella bebida, caminó 40 días y 40 noches hasta el monte de Dios, el Horeb.
Así como el ángel le dio de comer y beber a Elías, también Dios nos puede dar de comer y beber por medio de nuestro ángel, cuando estamos en momentos angustiosos. Puede hacerlo con un milagro o por medio de otras personas que compartan su pan y su comida con nosotros. Por eso, Jesús nos dice en el Evangelio: Dadles vosotros de comer. Nosotros también somos como ángeles proveedores para otros que están en necesidad.

El ángel de la predicación. El profeta Isaías tiene una experiencia que cambia su vida. Él la relata así: "El año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor, sentado sobre su trono alto y sublime. Había ante Él serafines... Uno de los serafines voló hacia mí, teniendo en sus manos un carbón y tocando con él mi boca, dijo: "Mira, Ésto ha tocado tus labios; tu culpa ha sido quitada y borrado tu pecado". Y oí la voz del Señor, que me decía: "¡A quién enviaré y quién irá de nuestra parte?" Y yo le dije: "Aquí estoy yo, envíame a mí". Un serafín de los que estaban adorando ante el trono de Dios, le tocó los labios con fuego divino para que sus palabras fueran puras, purificándolas de todos sus pecados anteriores. Y entonces, Dios mismo, le pregunta si está dispuesto a ir de su parte a evangelizar. Isaías se pone a su disposición y es bendecido por Dios como profeta y evangelizador. Nosotros también necesitamos purificar nuestra boca de todas las malas palabras por la confesión, y pedir a Dios que el fuego del Espíritu Santo nos purifique para que todas nuestras palabras sean puras y puedan llegar al corazón de nuestros hermanos. Todos estamos llamados a ser misioneros y predicar la palabra de Dios. ¿Tú estás dispuesto a ponerte al servicio de Dios para esta gran misión? Dios quiere purificarte. Tú eres más que el carbón de Isaías y tú puedes ser instrumento de Dios para purificar y santificar la vida de los demás.
Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA:
http://www.aciprensa.com/santos/santo.php?id=294
http://www.aciprensa.com/angeles/angeles6.htm