- Nombre: Juan Pedro Claver
- Nacimiento: Verdú - Cataluña (España) Junio de 1580; bautizado en Junio 16
- Fallecimiento: Cartagena (Colombia) - Septiembre 9 de 1654
- Canonización: Ciudad del Vaticano - Enero 15 de 1888
- Patronazgo: Declarado patrono de las misiones entre los negros (Julio 7 de 1896) - Declarado defensor de los derechos humanos en 1985. Es patrono de Colombia y de las personas afro-americanas
Se graduó de la Universidad de Barcelona y a los 19 años decide ser Jesuita e ingresó a Tarragona. Mientras estudiaba filosofía en Mallorca en 1605 se encontró con San Alonso Rodríguez, portero del colegio. Fue providencial. San Alonso recibió por inspiración de Dios conocimiento de la futura misión del joven Pedro, y desde entonces no paró de animarlo a ir a evangelizar los territorios españoles en América.
Pedro creyó en esta inspiración y con gran fe y el beneplácito de sus superiores se embarcó hacia la Nueva Granada en 1610.
Al llegar a América, Pedro encontró la terrible injusticia de la esclavitud institucionalizada, que había comenzado desde el segundo viaje de Colón el 12 de enero de 1510. Cartagena por ser lugar estratégico en la ruta de las flotas españolas, se convirtió en el principal centro del comercio de esclavos en el Nuevo Mundo.
Estudió su teología en Santa Fe de Bogotá durante dos años, uno más en Tunja y luego fue enviado a Cartagena, donde fue ordenado sacerdote el 20 de marzo de 1616.
En aquellos tiempos, la trata de negros era uno de los espectáculos más deprimentes de la humanidad. Arrancados de África, eran transportados como mercancía en el fondo de los barcos, donde morían muchas veces más de dos tercios de los que viajaban. Mal alimentados, desnudos, atados con argollas, eran presa de la viruela negra y de toda clase de enfermedades.
Mil esclavos desembarcaban cada mes y cuando anunciaban su llegada, el padre Claver salía a visitarlos, les llevaba comida, los instruía y los bautizaba. Se calcula que catequizó y bautizó a más de 300.000 negros en los 40 años de intensa labor misionera que realizó en Cartagena, convirtiéndose en apóstol de los esclavos negros.
Aterrorizados por la idea de que los llevaban para hacer aceite de sus cuerpos, eran vendidos en trata pública al llegar el barco a alguna de las ciudades de América. De ésto, hace sólo tres siglos...
Pedro Claver espera los barcos en el puerto, alimenta a los negros que llegan sin fuerzas, cura a los enfermos. Intenta comprar a los que puede y a los que nadie quiere. Bautiza a los moribundos. Y cuando sus manos se resisten a cuidar las llagas más repugnantes, saca el cilicio y la disciplina y se somete a sus efectos hasta que sangra; después, besa las purulencias de los apestados.
Es el padre de los negros, de los negros en esclavitud, de los abandonados por enfermos o por inútiles... A una pobre mujer aislada en una alta choza, a causa del nauseabundo olor que despide, la visita tres o cuatro veces por día, durante varios años.
Pedro Claver espera los barcos en el puerto, alimenta a los negros que llegan sin fuerzas, cura a los enfermos. Intenta comprar a los que puede y a los que nadie quiere. Bautiza a los moribundos. Y cuando sus manos se resisten a cuidar las llagas más repugnantes, saca el cilicio y la disciplina y se somete a sus efectos hasta que sangra; después, besa las purulencias de los apestados.
Es el padre de los negros, de los negros en esclavitud, de los abandonados por enfermos o por inútiles... A una pobre mujer aislada en una alta choza, a causa del nauseabundo olor que despide, la visita tres o cuatro veces por día, durante varios años.
Como ha adquirido fama de santo, algunas damas que se consideran virtuosas van a él para confesarse; y a veces las damas virtuosas tienen que esperar a que pasen todos los negros, que están formando cola para recibir su absolución y sus consejos.
En Cartagena, Claver es acusado de infectar las iglesias con sus negros, con el olor de sus negros. Casi todos los ricos y poderosos de la ciudad le desprecian. Pero él no se inmuta. Se ha trazado un camino y piensa seguirlo hasta la muerte.
En 1650 se declara en la población una peste. Los más atacados por su virulencia son, precisamente, los negros. Claver se desvive, va de un lado para otro, ejerciendo sus ministerios, socorriendo a todos en lo posible y en todas formas.
Pero, al fin, sucumbe también él y cae víctima de una parálisis rara, desconocida. Es la última prueba que Dios le deparaba. Ya no puede visitar a sus enfermos... y sus enfermos se olvidan de él.
Pero, al fin, sucumbe también él y cae víctima de una parálisis rara, desconocida. Es la última prueba que Dios le deparaba. Ya no puede visitar a sus enfermos... y sus enfermos se olvidan de él.
Pedro Claver pasa cuatro años abandonado de todo el mundo, sin poderse mover. Los mismos que están en torno suyo lo maltratan. Y con paciencia imponente lo resiste todo, porque cree merecer aquello como castigo de Dios por sus pecados.
El día 6 de septiembre de 1654 corre por la ciudad una noticia: el Padre Claver se está muriendo. Y es entonces cuando empiezan a surgir de nuevo cuantos le deben la vida o la fe, todos aquellos a quienes él en otros tiempos favoreció.
La estancia del Padre Pedro se llena de negros y de blancos. De todas partes acude gente que lo quiere ver, que lo quiere oír por última vez, que quiere tocar sus manos. Así dos días. Al octavo del mes, languidece el Santo irremediablemente y su alma se evade del peso de su cuerpo para ir a gozar de la bienaventuranza eterna. ¡Había cumplido setenta años!
La estancia del Padre Pedro se llena de negros y de blancos. De todas partes acude gente que lo quiere ver, que lo quiere oír por última vez, que quiere tocar sus manos. Así dos días. Al octavo del mes, languidece el Santo irremediablemente y su alma se evade del peso de su cuerpo para ir a gozar de la bienaventuranza eterna. ¡Había cumplido setenta años!
En la mañana del 9 de septiembre de 1654, con gran paz se fue al cielo. Beatificado el 16 de julio de 1850 por Pío IX. Canonizado el 15 de enero de 1888 por León XIII junto con Alonso Rodríguez.
El 7 de julio de 1896 fue proclamado patrón especial de todas las misiones católicas entre los negros, por su entrega a aliviar el sufrimiento de los esclavos del puerto de Cartagena de Indias (Colombia). El Papa Juan Pablo II rezó ante los restos mortales de San Pedro Claver en la Iglesia de los Jesuitas en Cartagena. En 1985, el Congreso de la República de Colombia lo declaró "Defensor de los Derechos Humanos".
Fuente - Texto tomado de SANPEDROCLAVERCARTAGENA.ORG:
http://www.sanpedroclavercartagena.org/index.php?option=com_content&view=article&id=44&Itemid=54
http://www.sanpedroclavercartagena.org/index.php?option=com_content&view=article&id=44&Itemid=54
Fuente - Texto tomado de WIKIPEDIA.ORG:
Fuente - Texto tomado de MULTIMEDIOS.ORG - BEC: