
Por INFOVATICANA | 1 de Diciembre de 2025
En una entrevista concedida al programa «The World Over», emitido el 30 de octubre y conducido por Raymond Arroyo, el cardenal Gerhard Müller —prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe— afirmó que las tensiones actuales en la Iglesia no provienen del apego a la tradición, sino de lo que definió como “progresismo” teológico y moral. Según el purpurado alemán, son estos sectores quienes “no siguen la doctrina de la Iglesia”, adoptan “compromisos morales” y “relativizan el sacramento del matrimonio” mediante la bendición de parejas del mismo sexo.
Müller sostuvo que la división no nace del interés por la liturgia tradicional, sino de posturas que, a su juicio, se alejan del magisterio. Subrayó que la fidelidad doctrinal no puede ser presentada como un problema cuando el origen de las tensiones —afirmó— está en corrientes que cuestionan elementos centrales de la enseñanza católica.
Críticas a las restricciones al Rito Romano tradicional
El cardenal abordó también la situación de la Misa en su forma tradicional, objeto de limitaciones en diversos lugares. Müller aseguró no comprender los argumentos de quienes pretenden restringirla: “No hay ninguna justificación teológica para limitar su celebración”, afirmó, señalando que la única respuesta ofrecida por sus detractores sería la apelación a la autoridad. Si realmente se considerara problemático el rito, añadió, debería explicarse cuál sería su error teológico, algo que —remarcó— no se ha demostrado.
Asimismo, rechazó las declaraciones del cardenal Blase Cupich, arzobispo de Chicago, quien había calificado la Misa tradicional como un “espectáculo”. Para Müller, no es razonable sugerir que los papas y obispos que la celebraron durante siglos estuvieran motivados por una búsqueda de teatralidad; consideró esas críticas como afirmaciones más orientadas a generar titulares que a ofrecer un juicio teológico serio.
Al ser citado un comentario reciente del papa León XIV —publicado por Crux— según el cual la Misa podría celebrarse en latín en cualquier parte, siempre que fuera según el rito moderno, Müller respondió que el Concilio Vaticano II nunca dispuso la creación de una nueva liturgia por considerar errónea la anterior, sino que buscó facilitar la comprensión de la celebración para quienes no sabían latín.
Una “controversia inútil” que debe superarse
El purpurado calificó la disputa en torno a la Misa tradicional como una controversia “inútil” que debería ser superada. “Podemos debatir con quien niega la divinidad de Cristo —dijo—, pero no con quien prefiere la Misa en el rito antiguo”. Criticó además que algunos obispos aconsejen a los fieles ligados a la liturgia tradicional permanecer en casa o acudir a la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, actitud que —advirtió— solo aumenta la división. Frente a ello, pidió abrir espacios de diálogo para reducir tensiones.
Advertencia sobre un “relativismo teológico” en el Vaticano
Müller alertó también sobre lo que describió como un “creciente relativismo teológico” presente en ciertos ámbitos del Vaticano, especialmente en algunos enfoques del diálogo interreligioso. En este contexto, criticó la creación de una sala de oración musulmana dentro de la Ciudad del Vaticano, calificándola como un gesto de “autorreducción” motivado por un deseo de parecer “abiertos” más que por una reflexión teológica sólida.
Según el cardenal, no está claro que esta decisión haya sido consultada con los organismos competentes, y advirtió que algunos grupos musulmanes podrían interpretarla como un signo de “superioridad reconocida”. Subrayó, además, que no se pueden colocar al mismo nivel doctrinas religiosas con concepciones divergentes sobre paz, libertad o dignidad humana. “No podemos mezclarlas. No somos ‘Fratelli tutti’”, declaró.
Fuente - Texto tomado de INFOVATICANA.COM:






