SANTA ANA Y SAN JOAQUÍN JUNTO A SU HIJA LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA |
Santa Ana era natural de Belén. Descendía del rey David y de Leví (casta sacerdotal).
San Joaquín, según la tradición católica y ortodoxa, fue el padre de la Virgen María y marido de Santa Ana. San Joaquín era natural de Nazareth.
Según el Protoevangelio de Santiago, Joaquín y Ana eran una pareja acomodada, pero estéril. Joaquín fue rechazado al llevar su ofrenda al templo por no tener descendencia. Apenado, Joaquín no volvió a su casa, sino que se dirigió a una montaña, donde rogó a Dios que le diera un hijo ayunando durante 40 días y 40 noches; Ana, mientras tanto, lloraba su dolor. Entonces un ángel se les apareció simultáneamente, anunciando que sus ruegos habían sido escuchados y que concebirían un hijo.
Ana prometió dedicar al niño al servicio de Dios y cumplidos los nueve meses dio a luz a una niña a la que llamó Miriam (María). Al cumplir los tres años, Joaquín y Ana llevaron a María al templo para consagrarla a Dios como habían prometido. María vivió en el templo hasta que cumplió los 12 años, edad en la que fue entregada a José como esposa.
Santa Ana es la Madre de la Virgen María, predestinada desde toda la eternidad para ser Madre de Dios, la santificada desde su concepción, Virgen sin mancilla y mediadora de todas las gracias. Nieto de Santa Ana fue el Hijo de Dios hecho hombre, el Mesías, el Deseado de las naciones. La santidad de Santa Ana es tan grande por las muchas gracias que Dios le concedió. Su nombre significa "gracia". Dios la preparó con magníficos dones y gracias. Como las obras de Dios son perfectas, era lógico que Él la hiciese madre digna de la criatura más pura, superior en santidad a toda criatura e inferior sólo a Dios.
Santa Ana tenía celo por hacer obras buenas y esforzarse en la virtud. Amaba a Dios sinceramente y se sometió a su santa voluntad en todos los sufrimientos, como fue su esterilidad por veinte años, según cuenta la tradición. Esposa y madre, fue fiel cumplidora de sus deberes para con el esposo y su encantadora hija María. Tenemos muchos motivos para escoger a Santa Ana como nuestra intercesora ante Dios. Como abuela de Jesucristo, nuestro hermano según la carne, es también nuestra abuela y nos ama a nosotros sus nietos. Nos ama mucho porque su nieto Jesús murió por nuestra salvación y María, su hija, fue proclamada Madre nuestra bajo la Cruz.
Oraciones
a San Joaquín y Santa Ana
a San Joaquín y Santa Ana
Oración 1
Gloriosísimos padres de María Santísima,
amados abogados míos:
me alegro con vosotros
de aquel consuelo que tuvisteis cuando,
después de muchos ruegos y oraciones,
os avisó el Ángel que habíais
de tener una hija tan santa.
Miradme aquí postrado
a vuestros pies, os suplico me recibáis
por vuestro humildísimo siervo
para que como tal os reverencie y ame.
Es verdad que no merezco esta gracia,
pero confío lo haréis por el amor
de María Santísima, vuestra benditísima hija,
y por los méritos de Jesús. Acordaos
de mi ahora, y sobre todo
en la hora de mi agonía;
asistidme entonces,
junto con Jesús, María y José.
amados abogados míos:
me alegro con vosotros
de aquel consuelo que tuvisteis cuando,
después de muchos ruegos y oraciones,
os avisó el Ángel que habíais
de tener una hija tan santa.
Miradme aquí postrado
a vuestros pies, os suplico me recibáis
por vuestro humildísimo siervo
para que como tal os reverencie y ame.
Es verdad que no merezco esta gracia,
pero confío lo haréis por el amor
de María Santísima, vuestra benditísima hija,
y por los méritos de Jesús. Acordaos
de mi ahora, y sobre todo
en la hora de mi agonía;
asistidme entonces,
junto con Jesús, María y José.
Amén.
Oración 2
Gloriosísimos padres de María Santísima,
felicísimos abuelos de Jesús,
modelos perfectísimos de casados,
y dulces abogados míos,
yo me alegro con vosotros
de aquel gozo y consuelo
que tuvisteis cuando,
después de una larga esterilidad
y de fervorosas oraciones,
os avisó el Ángel que tendrías
tan santa Hija.
¡Oh, quién supiera
imitar vuestras
heroicas virtudes!
¡Quién fuera, como vosotros,
frecuente en la oración,
compasivo con los pobres,
amante de la soledad,
sufrido en los trabajos
y callado en los improperios!
A lo menos por las gracias
con que os previno el cielo
para tan eminente dignidad,
alcanzadme que,
haciendo siempre la voluntad divina,
y venciendo mis pasiones
logre la dicha de gozar
de vuestra amable compañía
en la gloria. Os lo pido
por el amor de vuestra
benditísima Hija,
y por los méritos
de vuestro santísimo
Nieto Jesús.
Amén.
felicísimos abuelos de Jesús,
modelos perfectísimos de casados,
y dulces abogados míos,
yo me alegro con vosotros
de aquel gozo y consuelo
que tuvisteis cuando,
después de una larga esterilidad
y de fervorosas oraciones,
os avisó el Ángel que tendrías
tan santa Hija.
¡Oh, quién supiera
imitar vuestras
heroicas virtudes!
¡Quién fuera, como vosotros,
frecuente en la oración,
compasivo con los pobres,
amante de la soledad,
sufrido en los trabajos
y callado en los improperios!
A lo menos por las gracias
con que os previno el cielo
para tan eminente dignidad,
alcanzadme que,
haciendo siempre la voluntad divina,
y venciendo mis pasiones
logre la dicha de gozar
de vuestra amable compañía
en la gloria. Os lo pido
por el amor de vuestra
benditísima Hija,
y por los méritos
de vuestro santísimo
Nieto Jesús.
Amén.
Textos tomados de EWTN y WIKIPEDIA: