Entre cielo y tierra no hay nada oculto: ni el pecado ni el delito.
DIOS LO SABE, LO VE Y LO PUEDE TODO...
Cuando los hijos ilegítimos con trampas fraudulentas se apoderan injustamente de la herencia y propiedades que tenían los difuntos padre o madre, con la “complicidad y burla” de algunos familiares del difunto, quienes como si fueran "buitres o hienas" se abalanzan sobre los bienes materiales o de valor sentimental (que les pertenecían a sus hijos verdaderamente legítimos).
La Justicia de Dios es perfecta... no se puede corromper ni se pueden dar justificaciones o falsos testimonios... A Dios nadie lo puede engañar...
Su Justicia Divina siempre llega...