¿La Iglesia Católica con dos Papas?
Ana Catalina describe un período en que habrá dos Papas coexistiendo, uno verdadero y otro falso que es el líder de lo que llama la iglesia de las tinieblas:
"Veo que la falsa iglesia de las tinieblas está progresando y veo la terrible influencia que tiene en la gente"
E incluso llega a tener una visión (13 de mayo de 1820) de una misa ecuménica en Roma:
"Volví a ver al Papa actual y la iglesia oscura de su tiempo en Roma. Parecía ser una casa grande y antigua, como un ayuntamiento con columnas al frente. No vi altar en él, solo bancos, y en medio de él algo como un púlpito. Predicaron y cantaron, pero nada más, y solo muy pocos asistieron.
¡Y he aquí, una vista más singular!
Cada miembro de la congregación sacó un ídolo de su pecho, lo colocó ante él y le oró. Era como si cada hombre sacara sus pensamientos o pasiones secretas bajo la apariencia de una nube oscura que, una vez afuera, tomó una forma definida. Eran precisamente las figuras que había visto alrededor del cuello de la novia ilícita en la Casa Nupcial, figuras de hombres y animales.
El dios de uno era corto y ancho, con una cabeza crujiente y numerosos brazos extendidos listos para agarrar y devorar todo lo que estaba a su alcance.
La de otro era bastante pequeña, con miembros miserables y encogidos.
Otro tenía simplemente un bloque de madera sobre el que miraba con los ojos en blanco; éste tenía un animal horrible; el otro un largo palo.
Lo más singular de todo fue que los ídolos llenaban el lugar: la iglesia.
Aunque los adoradores eran muy pocos, estaba llena de ídolos.
Cuando terminó el servicio, todos los dioses volvieron a entrar en su pecho.
Toda la iglesia estaba cubierta de negro, y todo lo que tenía lugar estaba envuelto en tinieblas"
(Rev K.E. Schmoger, “Vida y Revelaciones de Anne Catherine Emmerich” Volumen 2).
Fuente - Texto tomado de FOROSDELAVIRGEN.ORG:
A continuación les presento
el texto con la Visión (Completa):
Visión del 13 de mayo de 1820
He visto de repente Roma en los tiempos antiguos y he visto a un Papa (Bonifacio IV, año 608) y a un emperador del cual no sé el nombre (Focas). Yo no podía reconocer ya las calles y los lugares de la ciudad: todo estaba cambiado y diverso era también el oficio divino, aunque vi que era católico. He visto un vasto edificio redondo como una cúpula. Era un templo de ídolos, lleno de bellas estatuas y de imágenes de aquellos dioses. No tenía ventana alguna, pero en el techo curvado y vacío había una abertura y sobre él un artificio para impedir que penetrase lluvia. Parecía como si allí se hubiesen reunido las imágenes de todos los ídolos existentes. Estaban en toda clase de posiciones y muchas de ellas eran bellísimas. Había también imágenes de cosas bien curiosas: así, por ejemplo, vi dentro ciertos gansos que ellos honraban. En medio de aquel templo de ídolos surgía un palco alto, en forma de pirámide, todo cubierto de imágenes. No se celebraba allí ningún culto idolátrico, pero todo se había conservado en la misma forma que estaba antes.
He visto enviados del Papa Bonifacio dirigirse al emperador para obtener la transformación del templo en una iglesia cristiana. Oí distintamente su respuesta, esto es, que el Papa debía dejar intactas aquellas antiguas imágenes de los ídolos y ponerles la cruz encima, que el emperador haría esa cruz y la honrará con los más grandes honores. Ese proyecto me pareció muy simple y sin malicia. He visto volverse los enviados y Bonifacio comenzó a pensar cómo podría en alguna manera satisfacer la voluntad del emperador. Después, mientras él reflexionaba, he visto a un simple y piadoso sacerdote estar en oración delante de la cruz. Llevaba una larga y amplia vestidura que tenía posteriormente un arrastre. He visto también a su lado a un ángel, que luego se levantó y fue a donde estaba el Papa Bonifacio y le dijo que no consintiera en la voluntad del emperador. He visto a los enviados ir de nuevo a la corte, y cómo el emperador accedió a que el templo fuese vaciado. He visto acudir la gente del emperador y cómo muchas de las estatuas e imágenes idolátricas fueron quitadas y llevadas a la ciudad imperial; muchas sin embargo, quedaron en Roma. He visto también la ceremonia de la consagración del templo; todos los santos mártires estaban con María allí presente. El altar no fue colocado en el medio, sino apoyado contra el muro. He visto más de treinta coches, cargados de santos huesos y reliquias, ser puestos en aquella iglesia. Muchas de estas reliquias fueron incrustadas en las paredes; otras se podían ver, pues en los muros había aberturas redondas delante de las cuales había un cristal como defensa.
Después que vi este cuadro en sus más pequeñas circunstancias, vi al Papa actual y vi cómo debajo de él surgía en Roma otra iglesia oscura (la capilla de la legación protestante).
Estaba esta iglesia colocada en un vasto palacio antiguo semejante a una casa de consejo municipal y tenía delante columnas. No he visto en esta iglesia ningún altar y ninguna cosa sagrada. He visto solamente bancos y en medio un púlpito. Allí sólo se predicaba y se cantaba; ninguna otra cosa se veía dentro. Había poquísima gente. He visto una maravillosa comedia. Cada uno de los circunstantes extrajo del pecho un ídolo y se lo puso delante y lo adoró. Parecía como si cada uno extraía su propia pasión bajo la forma de una negra nubecilla y que apenas esta había salido fuera, tomaba una forma determinada: eran todas figuras como aquellas que yo había visto pendiendo del collar de la falsa esposa en la mansión de bodas, esto es, toda clase de figuras de hombres y animales. El dios de unos era bastante encrespado y ancho, abría muchos brazos y quería atrapar y devorar todo. El dios de otros era pequeño y encogido. Otro tenía sólo un tronco pequeño de madera, torcido y contrahecho. Un cuarto tenía por dios una bestia fea. Un quinto sólo un bastón largo. Lo más maravilloso es que estos ídolos llenaban todo el espacio y que esa iglesia, aunque poco frecuentada, estaba tan llena de ídolos que no se encontraba lugar vacío. Apenas terminó la función cada ídolo entró de nuevo allí de donde había salido y solía habitar. La casa entera era negra y oscura, y todo cuanto allí sucedía, oscuro y negro.
Entonces me fue mostrada también una comparación de los dos Papas, del verdadero y de este, y de este y de aquel templo. Me duele haber olvidado los números y datos; me fue dicho y mostrado cuán débil era el verdadero Papa (en los principios) y cuán desprovisto de ayuda estaba; pero fuerte en la voluntad para derribar tantos ídolos (supe el número de ellos) y tantos falsos cultos y reunirlos a todos en uno verdadero. Por el contrario, cuán fuerte por el número de adeptos, pero débil de voluntad era este Papa (o jefe de secta) pues había dejado al único y verdadero Dios y al solo y legítimo culto, permitiendo que se cambiasen en tantos ídolos y tantos falsos cultos, y habiéndose erigido ese falso templo.
Me fue mostrado cómo aquellos paganos humildemente adoraban a otros dioses, además de los suyos propios, y cómo en su simplicidad, habían querido tomar también el culto de un Dios único, de la Santísima Trinidad, y cómo el culto de los paganos era mejor que el culto de estos sectarios, los cuales se adoran a sí mismos en miles de ídolos y con todos ellos no dejan ningún lugar a la adoración pura del Señor. Todo esto yo lo he visto en números y con exactitud en aquellos tiempos primeros, que eran de reunir y de crecer, mientras ahora son de destruir y disipar. En la totalidad de la visión era más ventajosa la escena de los tiempos antiguos que la de estos tiempos. He visto también cuán perniciosas serán las consecuencias de esta pseudo-iglesia. La vi crecer, y vi muchos herejes de toda condición ir hacia Roma y establecerse allí"
Fuente - Texto tomado de saulo.isael.blogspot.com:
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