En el año 1572, el Papa San Pío V ordenó que en todo el mundo católico se rezara en las letanías la oración:
"María Auxiliadora, rogad por nosotros"
Porque en ese año Nuestra Señora libró prodigiosamente en la batalla de Lepanto a toda la cristiandad, que venía a ser destruida por un ejército mahometano de 282 barcos y 88.000 soldados.
Gozos
Consuelo del cristiano,
María Auxiliadora.
Al alma que te implora
escucha con piedad.
1. La nave de San Pedro
en esta mar bravía,
con mano fuerte guía
al puerto hasta llegar.
Sostén al gran piloto,
protege al Padre Santo.
Sobre él tiende tu manto
que es manto tutelar.
Consuelo del cristiano,
María Auxiliadora.
Al alma que te implora
escucha con piedad.
2. Cual planta delicada
que la corriente mece,
en este mundo crece
la tierna juventud.
Oh Madre, no permitas
que se aje su belleza,
concédele pureza
y amor a la virtud.
Consuelo del cristiano,
María Auxiliadora.
Al alma que te implora
escucha con piedad.
3. Acude en mi socorro,
oh Virgen poderosa,
si pérfida me acosa
maligna tentación.
Ahuyenta del demonio
el silbo traicionero,
servirte sólo quiero,
te doy mi corazón.
Consuelo del cristiano,
María Auxiliadora.
Al alma que te implora
escucha con piedad.
4. Jamás se oyó en el mundo
en la extendida esfera,
que alguno a ti acudiera
sin ver tu compasión.
Por eso hoy a tu trono
me llego con confianza,
pues sé que mi esperanza
no encierra una ilusión.
Consuelo del cristiano,
María Auxiliadora.
Al alma que te implora
escucha con piedad.
5. Y luego allá en el día
de mi postrera hora,
María Auxiliadora
tu auxilio invocaré.
Y entonces confiado
envuelto entre tu manto,
con sueño dulce y santo
en paz me dormiré.
Consuelo del cristiano,
María Auxiliadora.
Al alma que te implora
escucha con piedad.