Camina junto al Señor
desde el Domingo de Ramos
al Domingo de Pascua
En el corazón de la fe cristiana está el Misterio Pascual: la Pasión, la Muerte, la Resurrección, y la Ascensión de Jesucristo. Toda la historia de la salvación nos conduce y se pone en marcha desde estos eventos salvadores.
El propósito de este artículo es describir la última semana de Jesús. A esta semana la llamamos “Semana Santa” pues el ministerio público de Jesús culmina con su sufrimiento, muerte y resurrección.
A continuación una breve descripción de cada día de la Semana Santa. Espero que puedas imprimirlo y lo leas cada día de esta semana. Camina en oración con Jesús en su semana más difícil y, sin embargo, gloriosa.
Me doy cuenta de que algunos exegetas se burlan de la idea que podamos construir un diario de cada día sobre la última semana de Jesús. Existen lagunas históricas y cosas en las narraciones que no coinciden perfectamente.
Además, San Juan plantea un escenario completamente diferente (quizá como una interpretación teológica) de la Última Cena y cómo se relaciona con la Pascua Judía. La secuencia a continuación sigue principalmente la narración sinóptica (Mateo, Marcos y Lucas), en términos de ritmo.
A pesar de las dudas de algunos exegetas, la narración realmente coincide muy bien si usamos un poco de imaginación y vemos las diferencias no como diferencias en sí, sino sólo en los detalles.
Lee esta cronología como un posible, aunque no seguro, escenario de la última semana de Jesús. Sigue siendo una gran bendición tomar en cuenta la última semana del Señor y caminar con Él.
Planea asistir a algunas o todas las celebraciones litúrgicas del Domingo de Ramos, Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo en tu parroquia. Al celebrarlas en comunidad, las hacemos presentes hoy y volvemos a aprender, de una manera nueva, la realidad de nuestro Salvador Jesucristo, vivo entre nosotros.
Domingo de Ramos: Nuestra celebración de la Semana Santa comienza este domingo, como sabemos, donde hacemos presente la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén que da comienzo a su semana final y al inicio de su Pasión.
Los cuatro evangelios relatan esta entrada triunfal ese domingo por la mañana de hace tanto tiempo, pero que conmemoramos nosotros hoy.
Al recibir las palmas, toma en cuenta que eres parte de esa multitud. ¿Cómo caminarás esta semana con Jesús? Deja que la palma te recuerde de alabarlo con tu devota presencia durante el sagrado Triduo.
De acuerdo a Mc 11,11 Jesús regresó esa tarde a Betania, un suburbio de Jerusalén. Quizá se quedó con sus amigos Marta, María y Lázaro. Ora con Jesús esta tarde de cara a los difíciles días que le esperan.
Lunes Santo: Según Mt 21, Mc 11 y Lc 19, Jesús regresó a Jerusalén este día y, al ver una serie de prácticas vergonzosas alrededor del Templo, lo limpió. El Evangelio de Juan también cuenta que reprendió la incredulidad de la multitud. Mc 11,19 describe que regresó a Betania esta noche. Ora con Jesús pues está deseoso de purificarnos.
Martes Santo: De acuerdo con Mateo, Marcos y Lucas, Jesús nuevamente regresa a Jerusalén donde es confrontado por el líder del Templo por lo que hizo el día anterior. Cuestionan su autoridad. Él también enseña ampliamente con parábolas y otras formas. Está la parábola de la viña (cf Mt 21,33-46), la parábola del banquete de bodas, (cf Mt 22,1). También está la enseñanza del pago de impuestos (cf Mt 22,15) y la reprimenda a los saduceos que negaban la resurrección (cf Mt 22,23). También está la temerosa profecía sobre la destrucción de Jerusalén si los habitantes no se convierten.
Advierte que no quedará piedra sobre piedra (cf Mt24). Sigue rezando con Jesús y escucha detenidamente sus enseñanzas finales justo antes de su Pasión.
Miércoles Santo: Tradicionalmente, este día era llamado Miércoles del espía pues fue este miércoles antes de la crucifixión que Judas conspiró para entregar a Jesús. Por ello, fue pagado con 30 monedas de plata (cf Mt 26,14). Jesús posiblemente pasó el día en Betania. Por la tarde, María de Betania ungió a Jesús con un costoso perfume. Judas objetó pero Jesús lo reprendió y le dijo que María lo había ungido para su entierro (cf Mt 26,6). Los malvados están acorralando a Jesús y conspirando contra él. ¿Estás orando?
Jueves Santo: Este día marca el comienzo del sagrado Triduo, o “tres días”. Al inicio del día, Jesús dio instrucciones a los discípulos sobre cómo prepararse para la comida más sagrada, que será su última cena. A lo largo del día hicieron los preparativos (cf Mt 26,17).
En la misa de la Cena del Señor llevada a cabo en nuestras parroquias, recordamos y celebramos esa Última Cena que Jesús compartió con sus discípulos. Estamos en el Cenáculo con Jesús y los apóstoles haciendo lo que ellos hicieron.
A través del ritual de lavar los pies (Jn 13,1) de los 12 parroquianos, nos unimos en servicio unos a otros. A través de nuestra celebración de esta primera misa y santa eucaristía (Mt 26,26), nos unimos a Jesús y recibimos su Cuerpo y su Sangre como si fuera la primera vez.
En esta eucaristía, agradecemos especialmente a Dios por el don del sacerdocio ministerial. Tras la Última Cena (Primera Misa) los apóstoles y Jesús hicieron un corto viaje a lo largo del Valle de Cedrón al jardín donde les pidió orar y experimenta su agonía (cf Mt 26,30).
Nosotros también realizamos una procesión en la iglesia con Jesús Sacramentado a un jardín (el altar de reposo) que ha sido preparado. La liturgia termina en silencio.
Es una costumbre antigua pasar esta noche una hora frente al reposado Santísimo Sacramento. Estamos con Jesús en el jardín y oramos mientras atraviesa su agonía.
Muchas de nuestras parroquias permanecen abiertas hasta la medianoche. Fue cerca de la medianoche cuando Jesús fue traicionado por Judas, arrestado y llevado a la casa del Sumo Sacerdote (cf Mt 26,47).
Viernes Santo: Jesús pasó toda la noche en el calabozo de la casa del Sumo Sacerdote. En la mañana temprano fue llevado frente a Pilato quien lo mandó con Herodes. Herodes lo mandó de regreso a Pilato quien, en algún momento de la mañana, se sometió ante la presión del líder del Templo y la multitud, y condenó a Jesús a la horrible muerte en la cruz.
Al final de la mañana, Jesús fue llevado por los soldados a través de la ciudad hasta el monte Gólgota. Al mediodía fue clavado en la cruz donde estuvo colgado en agonía durante tres horas. Murió alrededor de las tres de la tarde. Es bajado de la cruz y colocado en la tumba rápidamente antes del atardecer.
Hoy es un día para la oración, el ayuno y la abstinencia. Cuando es posible, los cristianos son instados a quedar libres de trabajar, de los compromisos sociales, de la diversión y dedicarse a una oración y adoración comunitaria.
Al mediodía muchas parroquias se reúnen para las estaciones de la cruz y para rememorar las últimas siete palabras de Jesús. Muchas parroquias también ofrecen las estaciones de la cruz a las tres de la tarde, la hora de la muerte de Jesús.
En la tarde, nos reunimos en silencio en nuestras parroquias para entrar en el tiempo de oración mientras reflexionamos sobre la muerte de Jesús en la cruz.
También rezamos por las necesidades del mundo. Reconocemos el poder de la cruz en nuestras vidas hoy, uno por uno nos acercamos a venerar la cruz con un beso. Nuestra hambre por este día de ayuno es satisfecho con la Sagrada Comunión distribuida al final de la liturgia.
Contempla también cómo los apóstoles se reunieron esa noche con miedo y en oración reflexionando sobre todo lo que había ocurrido.
Sábado Santo: El cuerpo de Jesús está en la tumba pero su alma está entre los muertos para anunciar el reino. “En verdad, en verdad os digo: llega la hora (ya estamos en ella), en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán” (Jn 5,25). Ten en cuenta lo que debió ser para los muertos en el Sheol despertar con la voz de Jesús.
Mientras tanto, los discípulos, con el corazón roto por la muerte de Jesús, observaron el Sabatt judío con tristeza. Se habían olvidado de la promesa de Jesús que resucitaría. Nosotros no podemos olvidar su promesa. No podemos olvidar.
Esta noche en nuestras parroquias después del atardecer nos reunimos para la Vigilia Pascual donde viviremos la resurrección de Jesús de entre los muertos.
Nos reunimos en la oscuridad. Él es la luz del mundo. Entramos a la iglesia y atentamente escuchamos las historias bíblicas que describen la salvación de Dios en el pasado. Repentinamente, las luces de la iglesia se encienden y se canta el Gloria mientras celebramos el momento de la resurrección de Cristo. ¡Vive!
En la alegría de la resurrección celebramos el sacramento del Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía para nuestros catecúmenos y los candidatos que se han preparado durante muchas semanas para esta noche.
Como iglesia cantamos el Aleluya por primera vez en cuarenta días. Haz lo que puedas por estar presente en esta noche e invita a tus amigos y familia a unirse también.
¡Nuestra vigilia que marca el inicio de una Pascua gozosa que no termina nunca!
Mons. Charles Pope es sacerdote de Holy Comforter-St Cyprian en Washington, DC. Asistió al Seminario Mount Saint Mary y tiene una maestría en Teología y Teología Moral. Fue ordenado sacerdote en 1989 y nombrado monseñor en 2005. Ha dirigido un estudio bíblico semanal en el Congreso y la Casa Blanca, durante dos y cuatro años, respectivamente.
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Fuente - Texto tomado de ES.ALETEIA.ORG: