REDACCIÓN CENTRAL, Junio 10 de 2015 / 01:46 p.m. (ACI).
¿Cómo una nación de profundas raíces cristianas como México puede quedar a merced de los demonios? El P. José Antonio Fortea, que elaboró el rito de Exorcismo Magno realizado hace unos días en San Luis Potosí contra la violencia demoníaca del narcotráfico y el aborto, lo explica en una entrevista con ACI Prensa.
El pasado 20 de mayo en la Catedral de San Luis Potosí se realizó el primer Exorcismo Magno en la historia de México. La ceremonia fue presidida por el Arzobispo Emérito de Guadalajara, Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, y participaron el Arzobispo de San Luis Potosí, Mons. Jesús Carlos Cabrero, y un reducido grupo de sacerdotes y laicos.
El carácter reservado de la ceremonia, según explicó Mons. Cabrero, buscaba, entre otras cosas, evitar el morbo y las malas interpretaciones sobre el ritual.
¿Pero cómo es que un país entero
llega a estar infestado por demonios
y es necesario recurrir a un Exorcismo Magno?
El P. José Antonio Fortea tiene una clara explicación
“En la medida en que en un país aumenta desmedidamente el pecado, en esa medida la acción tentadora de los demonios resulta más fácil”, indicó.
El sacerdote español advirtió que “mientras que en una nación se realicen más actos de brujería y más satanismo, en esa misma medida van a suceder más hechos extraordinarios provenientes de esos poderes de las tinieblas”.
El P. Fortea explicó que “el exorcismo realizado en San Luis Potosí es el primero que se ha realizado en México, en el que exorcistas venidos de distintos lugares de la nación se reúnen para exorcizar a los poderes de las tinieblas no de una persona, sino de todo un país”.
“De este modo ritual, bello, lleno de ceremonias, nunca antes había tenido lugar en ninguna parte del mundo. Si bien, de un modo privado sí que lo habían hecho santos como San Francisco en el caso de la ciudad italiana de Arezzo”, indicó. Pero la celebración de este ritual, señaló el exorcista español, no cambiará de forma automática la difícil situación que vive México de un día para otro.
“Sería un error pensar que por realizar un gran exorcismo a toda la nación, ya automáticamente todo cambiará. El pecado tiene muchas causas, no sólo el demonio”, dijo.
Sin embargo, el P. Fortea destacó que “si con el poder recibido de Cristo alejamos a los demonios de una nación, ciertamente eso repercutirá positivamente, puesto que hacemos que se marchen una gran cantidad de tentadores, si bien ese alejamiento es parcial”.
“Con una sola ceremonia no expulsamos a todos los malos espíritus de un país. Pero aunque no se marchen todos, los que han sido alejados ya no están”.
El P. Fortea destacó que “un exorcismo sobre los demonios de una nación realizado por los exorcistas de ese país tiene que ser hecho en fe. No se va a ver nada, no se va a sentir nada, no tiene por qué suceder ningún fenómeno extraordinario. Tenemos que tener fe en que Dios entregó un poder a los Apóstoles y que podemos usar ese poder”.
“De todas maneras, si este ritual se realizase en más países una vez al año, antes o después, sí que acabaría sucediendo algún hecho extraordinario que nos mostraría la rabia del demonio. Porque, sin duda, a los demonios no les gusta que se les expulse de un lugar o que se les ate con el poder de Cristo”.
El exorcista español señaló que “sería muy de desear que cuando hay una reunión anual de exorcistas de una nación, realizaran un ritual como éste del exorcismo magno” realizado en México.
Además, destacó que “un Obispo también puede autorizar que se realice con sus sacerdotes en su catedral una vez al año”.
“El Obispo es el pastor y él puede usar el poder recibido para alejar a los lobos invisibles de las ovejas, pues Satanás como león rugiente ronda buscando a quien devorar, y los pastores pueden alejar al depredador de la víctima”, finalizó.
Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM: