Cristianos quemados vivos en Pakistán. Cardenal Tauran: barbarie, no permanecer pasivos.
Noviembre 7 de 2014 - Radio Vaticana (RV).
La Santa Sede interviene en el trágico caso de los dos jóvenes esposos cristianos, padres de 4 hijos, quemados vivos en Pakistán por una multitud enfurecida. La pareja había sido injustamente acusada de blasfemia por un líder religioso musulmán. Sobre este trágico suceso, habló para Radio Vaticano, el Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, el Cardenal Jean-Louis Tauran:
"Estoy conmocionado y sin palabras ante tal acto de barbarie” dijo el purpurado, ante el micrófono de nuestra colega Hélene Destombes. "Estoy conmocionado, nos quedamos sin palabras obviamente de frente a tales actos de barbarie. Lo que es aún más grave es que se ha invocado la religión, en modo específico. Una religión no puede justificar tales crímenes. Existe esta ley sobre la blasfemia, que es un problema, ¿la comunidad internacional no debería intervenir?” "Por un lado, están ciertamente las creencias religiosas que deben ser respetadas, pero también es necesario salvaguardar un mínimo de humanidad y solidaridad. Por lo tanto -dijo el prelado- creo que se impone el diálogo: pero, por desgracia, esto no se repite jamás con la suficiente frecuencia. Mientras más delicada es la situación –recalcó- más se requiere el diálogo". Y al preguntarle si se puede pedir la intervención de la comunidad internacional, específicamente de las Naciones Unidas, dijo:
“Yo me pregunto: ¿podemos quedarnos así, pasivos de frente a crímenes declarados legítimos por la religión?” “Después de la introducción de la ‘ley sobre la blasfemia’ -continuó el cardenal Tauran- han tenido lugar casi 60 ejecuciones”. “Y esto no toca solamente a los cristianos: son golpeadas también otras minorías, como abogados, opositores al régimen que han sido asesinados en modo cruel. Nos encontramos, por lo tanto, de frente a un gran problema”. Pensando que muchos cristianos se encuentran actualmente en los brazos de la muerte en Pakistán y recordando, obviamente, a Asia Bibi y a tantos otros, se plantea la necesidad de una acción para solicitar la reforma de esta ley:
“Sí, pero al punto en el que estamos ahora, no se puede intervenir en los asuntos internos de un Estado, pero por lo menos, es necesario ayudar a los responsables de la política a encontrar soluciones dignas del hombre y de la civilización”. La Comisión de Justicia y Paz de Pakistán ha reaccionado ante este drama, denunciando la falta de voluntad por parte de la política y afirmando que todo esto vuelve a las minorías todavía más vulnerables:
“Pienso que, efectivamente, la Iglesia local es muy valiente. Es necesario apoyarla y sobre todo denunciar, denunciar vigorosamente que no hay ninguna justificación en este género de cosas. En el fondo, es humillada la humanidad entera”. Son muchas las voces que se han levantado para denunciar la falta de reacción del gobierno y una cierta complicidad de parte de las fuerzas de policía y de los tribunales: “Sí, también yo lo he escuchado, pero no tengo los elementos para afirmar esto o para confirmarlo, pero es cierto que hay (incontestablemente) una connivencia. A cuál nivel, esto no lo sé. En todo caso, mi opinión es que se deba denunciar públicamente este tipo de actitud, sobre todo para que nuestros cristianos perciban la solidaridad de la Iglesia, que es su familia”.
Y con respecto a la posibilidad de una reacción de parte de los líderes musulmanes, expresó: “¡Lo espero! ¡Claro que lo espero! Esto es lo que habíamos deseado ya desde agosto pasado. Por esto, es necesario reconocer que las primeras víctimas son los musulmanes, porque estos crímenes dan al islamismo una imagen terrible. Por lo tanto, deberían tener todo el interés en denunciar, incluso de una manera fuerte". El purpurado afirmó asimismo que no había conocido jamás una tal atmósfera: “Creo que hemos llegado al paroxismo, a lo que San Pablo define ‘el misterio de la iniquidad’, es decir, al mal al ‘estado puro’. ¡Ni siquiera los animales se comportan de esta manera!”
“Nos encontramos verdaderamente -continuó Tauran- en una época de precariedad total, en la cual todo puede suceder, la persona humana no es respetada, la vida no cuenta nada”.
(MCM-RV) - From Vatican Radio.
Fuente - Texto tomado de NEWS.VA: