Su nombre era María, que significa "preferida por Dios", y era natural de Magdala en Galilea; de ahí su sobrenombre de Magdalena. Magdala, ciudad a la orilla del Mar de Galilea, o Lago de Tiberiades.
María, hermana de Marta y Lázaro, era pública pecadora, hasta que tocada un día por la gracia, vino a rendirse a los pies del Señor. "No te acerques a Mí, porque estoy puro", le dirían los soberbios; pero el Señor, al contrario, la recibe y perdona. Por eso Jesús, "acoge bondadoso la ofrenda de sus servicios", y le ofrece para siempre un sitial de honor en su corte real. La contrición transforma su amor. "Por haber amado mucho, se le perdonan muchos pecados". Movido por sus ruegos resucita Jesús a Lázaro, su hermano, y cuando Jesús es crucificado, le asiste, más muerta que viva; preguntando, como la esposa de los Cantares, a dónde han puesto su esposo Divino, Cristo la llama por su propio nombre, y mándale llevar a los discípulos la nueva de su Resurrección.
Fuente - Texto tomado de EWTN:
Lectura del Santo Evangelio Según San Juan 20, 1-2; 11-18
1. El primer día de la semana, al amanecer, cuando todavía estaba oscuro, fue María Magdalena al sepulcro, y vio quitada de él la piedra.
2. Y sorprendida echó a correr, y fue a estar con Simón Pedro y con aquél otro discípulo amado de Jesús, y les dijo:
"Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto".
11. Entretanto María Magdalena estaba fuera llorando, cerca del sepulcro. Con las lágrimas, pues, en los ojos se inclinó a mirar al sepulcro.
12. Y vio a dos ángeles, vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera, y otro a los pies, donde estuvo colocado el cuerpo de Jesús.
13. Dijéronle ellos:
"Mujer, ¿por qué lloras?
Respondióles:
"Porque se han llevado de aquí a mi Señor; y no se dónde le han puesto".
14. Dicho ésto volviéndose hacia atrás, vio a Jesús en pie; mas no conocía que fuese Jesús.
15. Dícele Jesús:
"Mujer, ¿por qué lloras?; ¿a quién buscas?"
Ella suponiendo que sería el hortelano, le dice:
"Señor, si tú le has quitado, dime dónde le pusiste; y yo me le llevaré".
16. Dícele Jesús:
"María".
Volvióse ella al instante, y le dijo:
"Rabboni" (que quiere decir, Maestro mío).
17. Dícele Jesús:
"No me toques, porque no he subido todavía a mi Padre; mas anda, ve a mis hermanos, y diles de mi parte:
Subo a mi Padre y vuestro Padre; a mi Dios y vuestro Dios".
18. Fue, pues, María Magdalena a dar parte a los discípulos, diciendo:
"He visto al Señor, y me ha dicho esto y esto".
Palabra de Dios.
Gloria a Ti, Señor Jesús.