37. Quien ama al padre o a la madre más que a Mí, no merece ser mío; y quien ama al hijo o a la hija más que a Mí, tampoco merece ser Mío.
39. Quien a costa de su alma conserva su vida la perderá; y quien perdiere su vida por amor mío, la volverá a hallar.
40. Quien a vosotros recibe, a Mí me recibe; y quien a Mí me recibe, recibe a Aquel que me ha enviado a Mí.
41. El que hospeda a un profeta en atención a que es profeta, recibirá premio de profeta; y el que hospeda a un justo en atención a que es justo, tendrá galardón de justo.
42. Y cualquiera que diere de beber a uno de estos pequeñuelos un vaso de agua fresca solamente por razón de ser discípulo mío, os doy mi palabra que no perderá su recompensa.
Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús