4 de octubre de 2019 / 12:48 pm
Realizan ritual indígena en el Vaticano en presencia del Papa
Redacción ACI Prensa
Este 4 de octubre el Papa Francisco plantó un árbol de Asís en los Jardines Vaticanos, en un evento en el que algunos asistentes realizaron un ritual indígena en presencia del Santo Padre.
Los organizadores del evento fueron la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), el Movimiento Católico Mundial por el Clima y la Orden de los Franciscanos Menores.
El ritual, que no fue explicado por los organizadores, pareció ser un “pago a la tierra”, pero que no ha sido confirmado o desmentido por la Oficina de Prensa del Vaticano hasta el cierre de esta edición.
El pago a la tierra es una ceremonia indígena que se realiza en algunos países de América Latina, en los que se agradece a la “madre tierra” por sus frutos o se le hace algún pedido. Por lo general no contiene elementos de la fe cristiana.
Durante el ritual, algunos participantes obsequiaron tres objetos al Santo Padre: un collar, una imagen de una mujer semidesnuda embarazada descrita por el canal de Vatican News en portugués como “Nuestra Señora de la Amazonía”; y un anillo negro que parece ser el anillo tucum.
La Oficina de Prensa del Vaticano tampoco respondió si se trata del anillo tucum. En el video se puede apreciar que luego de que se lo colocan, el Papa intenta cubrirlo con la otra mano.
El anillo tucum es conocido en Brasil y otras partes de Latinoamérica como un signo de la causa de los pobres y los indígenas. Era usado por los indígenas tapiraré en Brasil en sus ceremonias, y fue luego adoptado por los esclavos traídos de África en sus matrimonios. Aunque se le conoce en algunos ámbitos como el “anillo de coco”, está hecho de un árbol de palma originario de la región amazónica de Brasil, llamada Tucum.
El obispo brasileño Pedro Casaldáliga, uno de los más conocidos exponentes de la teología de la liberación en América Latina, difundió el anillo en una cinta titulada “O anel de Tucum”.
En ésta, el Prelado de 91 años señala: “El anillo de tucum es un signo de la alianza con la causa indígena y las causas populares. Significa que quien usa este anillo ha asumido estas causas y sus consecuencias” y que el anillo “representa el matrimonio con las causas indígenas”.
Según otro obispo brasileño, Mons. Amaury Castanho, usar el anillo se convirtió en un signo del compromiso con la teología de la liberación. “El anillo de tucum implícita y explícitamente porta consigo opiniones no ortodoxas a favor de una Iglesia considerada una Iglesia popular, opuesta a la Iglesia jerárquica, la que estableció Cristo”, afirma.
Luego de entregar los objetos, los indígenas y otros asistentes al evento hicieron una ronda en la que cantaron y bailaron ante la mirada de los demás participantes, tras lo cual se procedió con el resto de la ceremonia.
Estaba previsto que el Santo Padre pronunciara un discurso pero prefirió no hacerlo y dirigió el rezo del Padre Nuestro con los presentes.
Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:
Video tomado de YOUTUBE:
https://www.youtube.com/watch?v=B5-AiCRqOuM
Bergoglio asiste a un ritual amazónico pagano en los jardines vaticanos
Por Carlos Esteban | 04 octubre, 2019
Plantar un árbol es un hermoso gesto. Es una simbólica apuesta por la vida, incluso tiene ese aspecto de generosidad altruista de un acto cuyo resultado solo se verá a lo largo de los años, que quizá uno no llegue a contemplar y disfrutar. Tomado con seriedad -es decir, no como mero ritual simbólico-, ha convertido una Europa que a principios del siglo pasado había perdido buena parte de su masa arbolada en un bosque nuevo, con una superficie forestal mucho mayor. Como rito, se ha extendido rápidamente por todo el mundo, promovido en parte por la rápida desaparición de los rituales religiosos, y en parte por la ‘fiebre verde’ que nos consume.
Pero eso es el mundo. La Iglesia, la más antigua ya de las instituciones de Occidente, tiene sus propios ritos, ritos consagrados por la sabiduría magisterial y el filtro del tiempo y centrados en traducir todas las ocasiones de celebración en adoración a Dios y recordatorio de nuestro último destino, que es Cristo y la vida eterna con Él.
El Sínodo de la Amazonía, que se abre este domingo, se ha consagrado este viernes, festividad de San Francisco de Asís, en los jardines vaticanos plantando un árbol, una encina de Asís, en una ceremonia en la que han participado indígenas amazónicos ataviados como es costumbre en sus tribus, no para arrodillarse ante Cristo, sino para completar la celebración con sus aspersiones y danzas paganas.
Vatican Media
Vatican News, el órgano oficial de información vaticana en la red, hace hincapié en que “el Papa ya plantó un árbol allí mismo el 8 de junio de 2014 con ocasión del encuentro que promovió para la paz en Oriente Medio, que contó con la participación del Patriarca de Constantinopla Bartolomé I y los Presidentes israelí Shimon Peres y palestino Abu Mazen”. Pero esos fueron encuentros civiles, políticos. Y esto es la inauguración de un sínodo de obispos para tratar cuestiones que afectan a la vida de los cristianos en su fe.
En virtud de esa comprensión que exige la misericordia, de esa escucha a la que nos anima siempre Su Santidad, y siguiendo esa ‘parresia’, libertad de expresión y crítica, que siempre ha elogiado, creo que puede entenderse que muchos fieles vean consagrar así un sínodo de la Iglesia y le tiente concluir que esto es otra religión, distinta de la que siempre ha sido.
La iniciativa, cuenta Vatican News, tiene la intención de «enviar un poderoso mensaje al mundo sobre el compromiso de la Iglesia en el cuidado de nuestro hogar común». La ‘casa común’, esa expresión que se ha vuelto ya manida en un tiempo récord, para referirse a nuestro planeta, es desconcertante. Para el católico, el hogar definitivo y eterno, esas moradas preparadas para nosotros, es la Gloria, y nuestra verdadera ‘casa común’, la Iglesia.
San Francisco, cuya figura imita tan fielmente a la de su Maestro que, como Él, ha sufrido mil distorsiones e instrumentalizaciones sesgadas, es, desde que lo decidiera San Juan Pablo II, patrón de la Ecología. Pero traicionaríamos su memoria y su mensaje si entendiéramos su encendido amor por la Creación con algo remotamente parecido al panteísmo pagano de Gaia o la Pachamama, incluso con una especial ‘reverencia’ hacia la tierra y sus criaturas. Francisco hablaba del “hermano sol y la hermana luna”, no del “padre sol” o la “madre tierra”. Ambos, junto a toda la Creación, eran importantes meramente como referencia a su Creador.
Vatican Media |
Sucede con esto algo similar a lo que se ha querido hacer de su visita, solo y desarmado, al sultán en plena cruzada. Se ha hablado de ‘diálogo’, cuando lo que le pidió Francisco al sultán fue que se bautizara y renunciara a las falsedades de su religión.
La singular ceremonia no ha hecho más que avivar temores mucho más acuciantes sobre lo que viene ahora, sobre un sínodo en el que todo -la motivación, el Instrumentum laboris, los responsables, los participantes, los trabajos preparatorios, las declaraciones previas- parece anunciar cambios en la Iglesia aún más sísmicos y radicales que todo lo que hemos visto en estos seis años vertiginosos.
Por Carlos Esteban.
Favor leer el siguiente enlace:
URGENTE - Cruzada de Oración y Ayuno (Sept. 17 a Oct. 26) contra la herejía en el Sínodo para la Amazonía
Fuente - Texto tomado de INFOVATICANA.COM:
https://infovaticana.com/2019/10/04/plantan-un-arbol-en-la-ceremonia-inaugural-del-sinodo-amazonico/