San Longinos o Longino de Cesarea fue, según algunas tradiciones cristianas, el soldado romano que traspasó el costado del cuerpo de Jesús con su lanza; conocida como La Santa Lanza. El individuo no tiene nombre en los evangelios que relatan el hecho, pero suele identificarse con el centurión que, ante la muerte de Jesús, exclamara:
“En verdad este era el Hijo de Dios”
La leyenda de Longino se originó en la Baja Antigüedad y el Medioevo, agregando datos sobre su vida, su nacimiento en Lanciano (Italia), su conversión al cristianismo y su muerte, hasta llegar a ser considerado un santo por la Iglesia Católica y otras comuniones cristianas.
El evangelio (San Marcos 15, 29) narra que un centurión traspasó con su lanza el Corazón de Jesús del que brotó Sangre y Agua. Según la tradición ese centurión se llama Longino y es de la ciudad de Lanciano.
La escritora Sabina Baring Gould comenta, a propósito del tema, que “El nombre de Longino no aparece en autores griegos anteriores al Patriarca Germano, en 715”. Es casi seguro que el nombre sea una latinización del griego λόγχη (lonjé), la palabra utilizada por el texto de Juan y apareció por primera vez un manuscrito iluminado de la Crucifixión detrás de un lancero. Dicho manuscrito, una versión siríaca del Evangelio según Juan ilustrada por un tal Rabulas, data del 586 y se conserva en la Biblioteca Laurenciana de Florencia; allí se lee en letras griegas la palabra Longinos escrita tal vez en la misma época en que se realizó la figura.
Versiones posteriores de la leyenda de Longino aseguran que era ciego, y que el contacto con la sangre del Salvador le devolvió la vista. También dicen que ayudó a lavar el cuerpo de Jesús después del descenso de la Cruz.
El destino de Longino no es seguro, pero se lo veneró como mártir, fijando su muerte en la localidad de Gabbala, Capadocia. Su cuerpo pasaba por haber sido hallado en Mantua (Italia), en el año 1303, junto con la Santa Esponja empapada de la Sangre de Cristo; se le atribuía, extendiendo su papel en el Gólgota, el haber acercado dicha esponja a los labios sedientos del Redentor. La reliquia favoreció su culto en el siglo XIII enlazándose con los romances del Grial y las tradiciones locales de milagros eucarísticos, construyéndose una capilla consagrada a San Longino y la Santa Sangre en la iglesia del monasterio benedictino de Santa Andrea, bajo el patronato de los Bonacolsi. En cuanto a las reliquias, fueron divididas a diversos lugares de Europa, Praga entre ellos, y el cuerpo llevado a la iglesia de San Agustín, en el Vaticano. Sin embargo también en Cerdeña se creía poseer el cuerpo del centurión romano que confesara la divinidad de Jesús.
Durante la Edad Media, y en tiempos posteriores, la lanza de Longino fue un objeto de profundo interés, se la relacionó con las leyendas del Santo Grial y se especuló con sus poderes ocultos; algunos la llamaron, por ello, La Lanza del Destino.
Revelación
a Ana Catalina Emmerich
sobre Longino
Según Ana C. Emmerich, Longino el centurión que le traspasó el Corazón de Nuestro Señor con la lanza, era un joven de más o menos 25 años de edad, un poco débil y nervioso, que tenia problemas graves de la vista. La mayoría de los soldados se burlaban de él, al verlo tan débil físicamente.
Él fue iluminado por la gracia de Dios, para sentir compasión de las santas mujeres que se encontraban presente al pie de la Cruz, que sufrían pensando que Jesús todavía estaba vivo sufriendo dolores espantosos. Longino quería mostrarles, que Jesús estaba realmente muerto, para que se tranquilizaran, y consolarlas un poco.
Sin darse cuenta fue instrumento, para que la profecía se cumpliera. Buscó una lanza que estaba cerca y con las dos manos la tomó, traspasó el Costado de Nuestro Señor. Llegó a traspasar su Corazón físico, de tal manera, que según Ana C. Emmerich, la lanza traspasó su Corazón hasta llegar al lado opuesto, izquierdo de Nuestro Señor.
Según los evangelios apócrifos, cuando Longino, sacó la lanza del Costado de Nuestro Señor, una cantidad enorme de Agua y Sangre salió de Él. Longino fue empapado por toda su cara y cuerpo de la Sangre y Agua de Nuestro Señor. Ésto fue una gracia similar a la del Bautismo. Gracia y salvación entró en el alma de Longino. En este momento se arrodilló pidiendo perdón en público por sus pecados, proclamando que creía en la Divinidad de Jesús. Longino fue sanado de la enfermedad de sus ojos, y empezó a ver perfectamente.
La Santísima Virgen, lucía en su apariencia como si ella también hubiera sido traspasada. Según Ana C. Emmerich, el Agua y la Sangre continuaban corriendo y tocando otras personas, y cayendo en rocas cercanas. La Santísima Virgen y María Magdalena recogieron la Sangre de Nuestro Señor en varias vasijas.
Aunque estos acontecimientos vienen de revelaciones privadas, podemos sacar mucho provecho de ellos, ya que no van en contra de la Tradición de la Iglesia.
Longino vio el Corazón traspasado de Jesús y fue sanado y convertido. Él dejó el ejército, se fue a Capadocia y fue martirizado por la fe. Ahora es conocido como San Longino.
Veneración
La Iglesia Católica, la Ortodoxa Oriental y la Armenia veneran a Longino como mártir. En el Martirologio Romano se lee: Día 16 de octubre; En Jerusalén, conmemoración de San Longino, quien es venerado como el soldado que abrió el costado del Señor crucificado con una lanza. No se mencionan ni lugar del martirio, ni fecha. Los armenios lo conmemoran el día 22 de octubre. En la Basílica de San Pedro, Vaticano, se halla una estatua de Longino esculpida por Bernini. En la misma basílica se conserva el fragmento de una punta de hierro que, según se asegura, pertenece a la Santa Lanza.
Fuente - Texto tomado de ES.WIKIPEDIA.ORG:
Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG: