
Algunos están diciendo que Benedicto XVI
fue el último Papa, basándose
especialmente en las profecías
de Garabandal y San Malaquías
y que los demás no pueden
llamarse papas. Pero, ¿realmente es así?
Las profecías sobre los papas
son una de las áreas más fascinantes,
pero también de las más malinterpretadas
y a veces dan pie para que aparezcan teorías extravagantes.
Aquí vamos a hablar
sobre por qué Benedicto XVI
no fue el último papa de la Iglesia,
apelando precisamente a estas profecías
que están siendo malinterpretadas.
Quédate porque aclararemos
cosas que te van a interesar.
Uno de los conceptos más erróneos
es la idea de que Benedicto XVI
es el último papa basado en las profecías
de Garabandal y San Malaquías.
Este malentendido ha causado
teorías extravagantes y SedeVacantistas.
En realidad, tanto las profecías
de los papas de Malaquías y Garabandal
como la de las estrellas del manto
de la Virgen de Guadalupe
utilizan la referencia de la secuencia
de los papas para identificar el momento
en que vendrá una gran purificación
en el mundo y la iglesia, o sea,
en el final de los tiempos.
Y allí la iglesia y el papado continuarán
durante un período de pruebas
en el que habrá papas legítimos y antipapas
y luego habrá un período de restauración
bajo el liderazgo del Papa Angélico en una era de paz.
En Mateo 16:18, Jesús le dijo a Pedro:
"Y yo te digo que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella".
Esta declaración no solo estableció a Pedro
como la base del liderazgo de la Iglesia,
que luego se llamó Papa, sino que también
garantizó la continuidad del papado
a través de la permanencia de la Iglesia.
Jesús prometió que su iglesia
nunca desaparecería sin importar
las pruebas que enfrentara.
Esto significa que aunque la iglesia
pasará por momentos de gran tribulación
y persecución, el papado y la iglesia seguirán
adelante tal como Cristo lo estableció.
Hay tres profecías que a menudo se aluden
para fundamentar que en determinado momento
no habrá más papas.
El 3 de junio de 1963, tras recibir la noticia
de la muerte del Papa Juan XXIII, Conchita González
le dijo a su madre que la Virgen le había dicho:
"Después de este Papa solo habrá tres y después de eso vendrá el fin de los tiempos".
Que aclaró que no es sinónimo
de fin del mundo y luego le aseguró:
"Habrá otro Papa, pero su pontificado será tan breve que no lo incluyo en la lista".
Entonces, según la profecía de Garabandal,
los cuatro papas que gobernarían
hasta el fin de los tiempos fueron los siguientes:
- Pablo VI
- Juan Pablo I
- Juan Pablo II y
Conchita no dijo que luego de Benedicto XVI
no iba a haber más papas, sino que
a partir de allí vendría otro período histórico
que llamó el final de los tiempos,
en el que ubicaría el aviso o iluminación de conciencia,
el milagro y el castigo.
La Virgen utilizó la secuencia de papas
para señalar cuándo sería el inicio
del tiempo de purificación para la Iglesia
y señaló cuáles serían las herramientas de la purificación.
Y más adelante, la misma Conchita se encargaría
de decir que habría más papas en el final de los tiempos,
cuando la Virgen le dijo que el Papa
vería el gran milagro donde quiera que estuviera.
Y el gran milagro se ubica en el final
de los tiempos. Otra profecía a la que se alude
es la de San Malaquías, que presenta
una lista de papas con breves descripciones
que corresponden a sus características.
El último lema con número es el que correspondería
a Benedicto XVI. Y luego viene un último lema
con un texto más largo que los demás
y sin número, encabezado por el título
Petrus Romanus. El texto termina
con la expresión "EL FIN" y habla
de que Petrus Romanus pastoreará
el rebaño dentro de muchas
tribulaciones. Roma será destruida y
habrá un juicio de Dios.
Claramente está describiendo el período
de la tribulación del final de los tiempos.
Por lo tanto, debe tomarse a Petrus Romanus
como una categoría de papas, no uno solo,
que estarán en el final de los tiempos
signado por la tribulación y el juicio de Dios.
Mientras en el manto de la Virgen de Guadalupe
se representan solo 46 estrellas de todas
las que habían en el cielo
el 12 de diciembre de 1531.
Y esto coincide con los 46 papas
que hubo desde Paulo I, que asumió
en 1534 y aprobó la aparición y llamó
al concilio de Trento hasta Benedicto XVI.
De modo que podemos interpretar que
desde la aparición de la Guadalupana, la
Iglesia estaría bajo el manto
del Concilio de Trento, que representó
la contrarreforma y una iglesia estructurada
y doctrinalmente firme,
en contraposición a lo que vendría después,
la desestructuración y la tribulación
que casualmente suceden luego de Benedicto XVI.
Por lo tanto, tenemos una tercera profecía
que indica cuándo viene la tribulación,
el juicio de Dios y el final de los tiempos
medido a través de la secuencia
de papas. Y María Julia Jahenny fue quien
habló con más detalle de una gran tribulación
que afectará a la iglesia y al mundo,
incluida una guerra mundial,
la invasión de Europa por Rusia
y los musulmanes y
estallido de bombas atómicas.
Su visión describe un futuro de caos,
especialmente en Europa.
Y una de las predicciones más importantes
de Jahenny es la destrucción de Roma.
Algo que también fue mencionado
en la profecía de San Malaquías
en el lema Petrus Romanus.
Cuando se formalicen los eventos graves
de esa tribulación, Jahenny predice
que surgirán al menos dos antipapas
y que su reinado será breve.
Y además habrá un papa fiel
que será martirizado por defender la fe
y la doctrina de la Iglesia.
Por lo tanto, vemos que habrá pontificados aún
durante la tribulación del final de los tiempos,
pero no sabemos cuántos habrá
hasta que se produzcan
los eventos concretos de la guerra.
Y esta tribulación culminará
con la restauración de la Iglesia
y la llegada del Papa Angélico,
quien guiará la Iglesia
hacia una nueva era de paz y santidad.
Luego de los tres días de oscuridad
que marcarían el final de la purificación
y el final de los tiempos
o un tiempo antes,
aparecerían el papa angélico y el gran monarca,
que son figuras centrales
en las profecías sobre la restauración
de la Iglesia y el mundo.
El Papa Angélico será un Papa fiel,
profundamente santo
y guiado por la gracia divina.
Su misión será restaurar la pureza de la fe
y la liturgia tradicional en la Iglesia.
Guiando a los fieles hacia un tiempo
de paz y santidad. Qué será un tiempo
de restauración completa donde la iglesia
y la sociedad estarán alineadas con la voluntad de Dios.
Será un tiempo de unidad,
de regreso a la verdadera moral cristiana
y el mundo experimentará una estabilidad espiritual
y política que permitirá que los fieles
vivan su fe sin los obstáculos
que habían impuesto los tiempos de tribulación.
Bueno, hasta aquí vimos
cómo todas las profecías apuntan
que después de Benedicto XVI comenzaba
el final de los tiempos.
Pero eso no significa que no haya papas,
sino que serán los papas de la tribulación
y de la restauración.
Y me gustaría preguntarte:
Si efectivamente habías oído esta confusión
de que Benedicto XVI era el último Papa o no.
Bendiciones y que el Señor guíe y proteja su Iglesia.
https://www.youtube.com/watch?v=23xH3tx0NvU

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