"¡Oh rey!, ¿no has mandado que cualquiera persona que hasta pasado el espacio de treinta días rogase a algún dios o algún hombre, sino a ti, ¡oh rey!, fuera echado en el lago de los leones?"
A lo que respondió el rey diciendo:
"Verdad es, según ley de los medos y persas, la cual no es lícito quebrantar".
13. Entonces repusieron, y dijeron al rey:
"Daniel, uno de los hijos cautivos de Judá, no ha hecho caso de tu ley ni del edicto que tú pusiste; sino que tres veces al día hace oración a su manera".
14. Al oír ésto quedó el rey muy contristado, y resolvió en su corazón salvar a Daniel; y hasta que el sol se puso trabajó por librarle.
15. Mas aquellos hombres, conociendo el ánimo del rey, le dijeron:
"Sepas, ¡oh rey!, que es ley de los medos y de los persas, que sea inmutable todo edicto puesto por el rey".
16. Entonces dio el rey la orden, y trajeron a Daniel, y le echaron en el lago de los leones. Y dijo el rey a Daniel:
"Tu Dios, a quien siempre adoras, Él te librará".
17. Y trajeron una piedra, y la pusieron sobre la boca del lago; y la selló el rey con su anillo y con el anillo de sus magnates, a fin de que nada pudiese intentarse contra Daniel.
18. Volvióse luego el rey a su palacio, se acostó sin cenar, ni se puso delante de él comida alguna, y además no pudo conciliar el sueño.
19. Al otro día, levantándose el rey muy de mañana, fue a toda prisa al lago de los leones.
20. Y arrimándose a la fosa llamó a Daniel, con voz llorosa, diciendo:
"¡Daniel, siervo del Dios vivo!, el Dios tuyo a quien sirves siempre, ¿ha podido acaso librarte de los leones?"
21. Y Daniel respondió al rey, diciendo:
"¡Oh rey, vive para siempre!
22. Mi Dios envió su Ángel, el cual cerró las bocas de los leones, y no me han hecho daño ninguno; porque he sido hallado justo delante de Él; mas ni tampoco para contigo, ¡oh rey!, he cometido delito alguno".
23. Llenóse entonces el rey de la mayor alegría por amor a Daniel, y mandó que sacasen a Daniel fuera del lago, y sacado que fue, no se halló en él lesión ninguna porque tuvo confianza en su Dios.
24. Luego por orden del rey fueron traídos aquellos que habían acusado a Daniel, y fueron echados en el lago de los leones ellos, y sus hijos, y sus mujeres; y aún no habían llegado al suelo del lago, cuando ya los leones los arrebataron, y desmenuzaron todos sus huesos.
25. Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, tribus y lenguas, que habitan sobre la tierra:
"La paz abunde más y más en vosotros:
26. Ha sido decretado por mí que en todo mi imperio y reino se respete y tema al Dios de Daniel; porque Él es el Dios viviente y eterno para siempre; y su reino no será destruído, y eterno es su poder.
27. Él es el libertador y el salvador, el que obra prodigios y maravillas en cielo y tierra; Él es el que ha librado a Daniel del lago de los leones".
28. Conservóse después Daniel en grande honor durante el reinado de Darío y el reinado de Ciro, rey de los persas.