jueves, 3 de julio de 2025

Santa Isabel de Portugal - Reina - Madre de Familia - Pacificadora - Año 1336 - Fiesta Julio 4

   



Nacida en Aragón (España) en 1271, Santa Isabel es la hija del rey Pedro III de ese reino y nieta del rey Jaime El Conquistador, biznieta del emperador Federico II de Alemania. Le pusieron Isabel en honor a su tía abuela, Santa Isabel de Hungría. Su formación fue formidable y ya desde muy pequeña tenía una notable piedad. Le enseñaron que, para ser verdaderamente buena debía unir a su oración, la mortificación de sus gustos y caprichos. Conocía desde pequeña la frase:





"Tanta mayor libertad de espíritu tendrás cuando menos deseos de cosas inútiles o dañosas tengas"


Se esmeró por ordenar su vida en el amor a Dios y al prójimo, disciplinando sus hábitos de vida. No comía nada entre horas.

La casaron cuando tenía 12 años con el rey Dionisio de Portugal. Esta fue la gran cruz de Santa Isabel ya que era un hombre de poca moral, siendo violento e infiel. Pero ella supo llevar heroicamente esta prueba. Oraba y hacía sacrificios por él. Lo trataba siempre con bondad. Tuvo dos hijos: Alfonso, futuro rey de Portugal y Constancia, futura reina de Castilla. Santa Isabel llegó hasta educar a los hijos naturales de su esposo con otras mujeres.

El rey por su parte la admiraba y le permitía hasta cierto punto su vida de cristiana auténtica. Ella se levantaba muy temprano y leía 6 salmos, asistía a la Santa Misa y se dedicaba a regir las labores del palacio. En su tiempo libre se reunía con otras damas para confeccionar ropas para los pobres. Las tardes las dedicaba a visitar ancianos y enfermos. Hizo construir albergues, un hospital para los pobres, una escuela gratuita, una casa para mujeres arrepentidas de la mala vida y un hospicio para niños abandonados. También construyó conventos y otras obras para el bien del pueblo. Prestaba sus bellos vestidos y hasta una corona para la boda de jóvenes pobres.




Santa Isabel frecuentemente distribuía Monedas del Tesoro Real a los pobres para que pudieran comprar el pan de cada día. En una ocasión, el rey Dionisio, sospechando de sus actos, comenzó a espiarla. Cuando la reina comenzó a distribuir monedas entre los pobres, el rey lo observó y enfurecido fue a reclamarle. Pero el Señor intervino, de manera que, cuando el rey le ordenó que le enseñara lo que estaba dando a los pobres, las monedas de oro se convirtieron en rosas.


Forjadora de la paz


SANTA ISABEL DE PORTUGAL


El hijo de Isabel, Alfonso, tenía como su padre un carácter violento. Se llenaba de ira por la preferencia que su padre demostraba por sus hijos naturales. En dos ocasiones promovió la guerra civil contra su padre. Isabel hizo todo lo posible por la reconciliación. En una ocasión se fue en peregrinación hasta Santarém lugar del Milagro Eucarístico, y vestida de penitente imploró al Señor por la paz. Llegó hasta presentarse en el campo de batalla y, cuando los ejércitos de su esposo y su hijo se disponían a la guerra, la reina se arrodillaba entre ellos y de rodillas ante su esposo e hijo, les pedía que se reconciliasen.




Se conservan algunas de las cartas, las cuales reflejan el calibre evangélico y la audacia de nuestra santa.


A su esposo


"Como una loba enfurecida a la cual le van a matar a su hijito, lucharé por no dejar que las armas del rey se lancen contra nuestro propio hijo. Pero al mismo tiempo haré que primero me destrocen a mí las armas de los ejércitos de mi hijo, antes de que ellos disparen contra los seguidores de su padre"


A su hijo


"Por Santa María Virgen, te pido que hagas las paces con tu padre. Mira que los guerreros queman casas, destruyen cultivos y destrozan todo. No con las armas, hijo, no con las armas, arreglaremos los problemas, sino dialogando, consiguiendo arbitrajes para arreglar los conflictos. Yo haré que las tropas del rey se alejen y que los reclamos del hijo sean atendidos, pero por favor recuerda que tienes deberes gravísimos con tu padre como hijo, y como súbdito con el rey"


Consiguió la paz en más de una ocasión y su esposo murió arrepentido, sin duda por las oraciones de su santa esposa.


Entra en el convento
de las Clarisas
después de enviudar




Por el amor tan grande que Santa Isabel le tenía a la Eucaristía, se dedicó a estudiar la vida de los santos más notables por su amor a la Eucaristía, en especial Santa Clara. Después de enviudar, Santa Isabel se despojó de todas sus riquezas. Emprendió un peregrinaje a Santiago de Compostela, donde le entregó la corona al Arzobispo para recibir el hábito de las Clarisas como terciaria. El Arzobispo fue tan movido por este acto de la santa, que él le entregó su callado pastoral para que le ayudara en su regreso a Portugal. Vivió los últimos años en el convento, dedicada a la Adoración Eucarística. Cuando estalló la guerra entre su hijo y su yerno, el rey de Castilla, Santa Isabel, a pesar de su ancianidad, emprendió un larguísimo viaje por caminos muy peligrosos y logró la paz. Sin embargo el viaje le costó la vida. Al sentir próxima la muerte pidió que la llevasen al convento de las Clarisas que ella misma había fundado. Allí murió invocando a la Virgen Santísima el 4 de julio de 1336. Dios bendijo su sepulcro con milagros. Su cuerpo se puede venerar en el convento de las Clarisas en Coimbra. Fue canonizada en 1625. Es patrona de los territorios en guerra.


Santa Isabel de Portugal,
ruega por la paz en nuestros países


Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:

¡ATENCIÓN! Cardenal Zen: Dios está 'disgustado' por el comportamiento homosexual



El obispo emérito de Hong Kong dijo que la homosexualidad “socava el plan de Dios” y causa daño social, pidiendo a la Iglesia que diga la verdad con caridad y no ceda a la presión mundana


Michael Haynes, corresponsal sénior en el Vaticano


Miércoles 2 de Julio de 2025 - 11:23 a. m. EDT


CIUDAD DEL VATICANO ( LifeSiteNews ) — El cardenal Joseph Zen emitió una fuerte crítica contra la actividad homosexual y también advirtió contra apresurarse a analizar “cada acción o palabra” del Papa León XIV.

En un breve comentario publicado en línea, Zen instó a los católicos a ser pacientes al intentar producir análisis y opiniones sobre el Papa León, alentándolos a apoyarlo con oraciones:

Sigamos orando por el Papa, sin apresurarlo ni presionarlo, sin crear noticias falsas y sin sobreanalizar cada una de sus acciones o palabras. Ayudémosle a disipar la confusión y a restaurar la unidad, no solo dentro de la Iglesia, sino también entre los cristianos, para que la unidad de los cristianos se haga pronto realidad.

Zen, obispo emérito de Hong Kong, de 93 años, participó en las congregaciones generales previas al cónclave que eligió a Leo, ya que era demasiado mayor para participar en la votación. Ha sido una voz constante en la defensa de la doctrina católica, en particular ante las preocupaciones sobre la Fiducia Supplicans y las "bendiciones" entre personas del mismo sexo, las restricciones a la misa en latín y el Sínodo sobre la Sinodalidad.

Citando uno de ellos, Zen señaló que “el caos y las divisiones dentro de la Iglesia en los últimos años (especialmente causadas por la Fiducia Supplicans, nos hacen sentir como si Jesús estuviera dormido. Afortunadamente, nosotros, los de la 'poca fe', todavía lo despertamos”.

“Se despertó y nos dio un Papa que podía calmar la tormenta”, dijo Zen sobre Leo.

Al dirigirse a las congregaciones generales antes del reciente cónclave papal, Zen advirtió que el tan promocionado concepto de “reforma” en la Iglesia debía tener sus raíces en los elementos fundadores de la Iglesia, de lo contrario “no sería una verdadera reforma”.

Lamentando el manejo de los abusos y los reproches al “clericalismo”, Zen opinó que en la Iglesia “no podemos evitar ver un esfuerzo equivocado por adaptarse al espíritu del mundo en lugar de oponernos firmemente a él”.

En su último comentario, Zen abordó la enseñanza de la Iglesia sobre la homosexualidad.

Al comentar las lecturas de la Misa del rito Novus Ordo de la liturgia del martes, Zen señaló la condena bíblica de la actividad homosexual.


“El Dios misericordioso está profundamente disgustado con las relaciones homosexuales porque este delito se aleja demasiado del plan de Dios para la humanidad”, escribió. “Su plan es que un hombre y una mujer se unan en un solo cuerpo con un solo amor eterno y cooperen con Dios. Una nueva vida puede nacer y crecer en el calor de la familia”.


Reafirmando la enseñanza católica de que las tendencias homosexuales no son pecaminosas mientras que los actos en sí sí lo son:


Zen señaló cómo “el comportamiento entre personas del mismo sexo no solo socava el plan de Dios, sino que también daña claramente a la sociedad y es más probable que cause una tragedia personal”.


“La Iglesia, por supuesto, ama a todas las personas y las acoge, independientemente de su estado de comprensión, pero no puede dejarlas en la ignorancia”, comentó. “Debe brindarles la oportunidad de conocer el plan de Dios en la Iglesia, de encontrar fuerza en la oración y los sacramentos para vencer la tentación, de recorrer el camino de la castidad y de aspirar a la vida eterna”.


El comentario de Zen se hace eco de la enseñanza de la Iglesia Católica sobre la homosexualidad. El documento de 1986 de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), « Sobre la atención pastoral a las personas homosexuales », afirma que «un enfoque verdaderamente pastoral reconocerá la necesidad de que las personas homosexuales eviten las ocasiones cercanas de pecado».

La CDF –ahora conocida como Dicasterio para la Doctrina de la Fe– añadió que la enseñanza de la Iglesia no debe sacrificarse en aras de ser “pastoral”, ya que los verdaderos motivos pastorales tienen en mente el beneficio del alma:

Pero queremos dejar claro que apartarse de la enseñanza de la Iglesia, o guardar silencio al respecto, en un esfuerzo por brindar atención pastoral, no es ni cuidado ni pastoral. Solo lo que es verdadero puede, en última instancia, ser pastoral. El descuido de la postura de la Iglesia impide que los hombres y mujeres homosexuales reciban la atención que necesitan y merecen.


Por lo tanto, se debe prestar especial atención y atención pastoral a quienes padecen esta condición, para evitar que se les haga creer que vivir esta orientación en la actividad homosexual es una opción moralmente aceptable. No lo es.


El Catecismo de la Iglesia Católica #2357 enseña: «Los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados. Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una auténtica complementariedad afectiva y sexual. En ningún caso pueden ser aprobados».


Sin dejarse intimidar por la edad, Zen ha mantenido un flujo constante de actividad, tanto con sus escritos en línea como con su ministerio local ofreciendo charlas.

Más recientemente, ofreció una misa tradicional para la fiesta del Corpus Christi y encabezó una procesión por las calles de Hong Kong.


Fuente - Texto tomado de LIFESITENEWS.COM:

Catecismo de la Iglesia Católica - 6° Mandamiento - No cometerás actos impuros

    



Castidad y homosexualidad


2357 La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.

2358 Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.

2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.


Fuente - Texto tomado de VATICAN.VA: