domingo, 30 de abril de 2023

San Peregrino (Peregrini) Laziosi - Patrono de los enfermos con cáncer (1260-1345) - Fiesta Mayo 1


La historia de San Peregrino


El rebelde que se convirtió en Santo


Peregrino Laziosi (1265-1345) nació en Forli, Italia, hijo único de una familia pudiente. En su adolescencia, se unió a los enemigos del Papa en su ciudad natal y pronto se convirtió en cabecilla de los rebeldes.

El Papa Martín IV colocó a Forli en un interdicto espiritual, que provocó el cierre de las iglesias en la ciudad, con la esperanza de hacer entrar en razón a sus ciudadanos. Tras el fracaso de esta medida, envió a Felipe Benicio, de la Orden de los Siervos de María, como su embajador personal para intentar llevar la paz a los furiosos rebeldes.

Sin embargo, el delegado papal no fue bien recibido. Mientras se dirigía a una multitud disconforme, fue arrastrado, golpeado con garrotes y apedreado. Peregrino lo derribó con un fuerte golpe en la cara. Felipe ofreció la otra mejilla. Peregrino quedó impresionado y se arrepintió. Poco después, afligido por el remordimiento, el joven se echó a los pies del lastimado y sangriento cura pidiendo perdón, que le fue otorgado con una sonrisa, convirtiéndose al catolicismo. Ya convertido, San Peregrini fue un gran líder que llevó a muchos a Cristo.

Posteriormente, se convirtió en defensor incondicional de Felipe Benicio. Seguía las sugerencias de Felipe y, con frecuencia, oraba en la capilla de Nuestra Señora, en la Catedral. Peregrini hizo mucha penitencia, observando una vida de silencio y soledad. Mientras se encontraba arrodillado, tuvo una aparición de la Santa Madre sosteniendo en sus manos un hábito negro, como el que llevaban los Siervos de María.


“Ve a Siena”


Dijo María al asombrado Peregrino.


“Allí encontrarás hombres devotos que se hacen llamar mis Siervos. Únete a ellos”


Los Siervos de María le ofrecieron una cálida bienvenida. El propio Felipe Benicio lo vistió ceremoniosamente con el hábito religioso.

Uno de los lemas de Peregrino como Siervo de María podría haber sido:


“¡Hoy mejor que ayer, mañana mejor que hoy!”


Intentó cada día convertirse en un religioso más ferviente. Para expiar sus pecados, se trataba con severidad y se esforzaba por ayudar a los pobres y a los afligidos.

Fue un sacerdote modelo con gran fama de predicar con fervor y de confesor.

Comenzaron a llamarlo “Ángel del Buen Consejo”, en agradecimiento por sus sabios consejos.

Luego de ordenarse sacerdote, fundó en Forli un monasterio de los Siervos de María. Años más tarde, le apareció un tumor cancerígeno en el pie derecho. Era tan doloroso que finalmente accedió a que el cirujano se lo amputara.




La noche previa a la cirugía, Peregrino rezó durante horas. Luego se adormeció y soñó que Cristo lo tocaba y curaba su pie. La emoción lo despertó. Bajo la tenue luz de la luna, vio que su pie, que había sido cuidadosamente vendado unas horas antes, estaba completamente curado.


Los forlineses lo admiraron aún más al enterarse de su cura milagrosa. Cuando estaban enfermos, apelaban a sus oraciones. Algunos se curaban cuando él les susurraba “Jesús” al oído. Desde entonces, la Iglesia lo ha designado patrón de las personas con cáncer, dolencias en el pie o cualquier enfermedad incurable.

Peregrino murió el 1 de mayo de 1345 a la edad de 85 años y fue canonizado en 1726 por el Papa Benedicto XIII. Miles de visitantes le rinden especial homenaje el 1 de mayo de cada año.

Se destacó por su amor a la cruz.

Es patrón de los enfermos de cáncer, habiendo sido él mismo sanado de esa enfermedad. Su cuerpo está incorrupto.


Oración a San Peregrino
(Patrono de los enfermos de Cáncer)




Oh San Peregrino,
a quien llaman
"El Hacedor de Maravillas",
por los numerosos milagros
que obtienes de Dios
para todos los que recurren a ti:
tú que por muchos años
padeciste una cancerosa enfermedad
que carcomió tus tejidos
y destruyó las fibras de tu ser,
que tuviste alivio
cuando todos los recursos humanos
no te daban esperanza;
tú que fuiste favorecido
viendo a Jesús bajar de la cruz
para sanar tu enfermedad,
pide a Dios y a la Santísima Virgen
la cura para estas personas
a quienes ahora te encomiendo
(diga el nombre de las
personas enfermas). Ayudados así
por tu poderosa intercesión,
te pedimos nos ayudes
a alcanzar la bondad y misericordia
de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén
(Padrenuestro, Avemaría, Gloria)


Fuente - Texto tomado de FRANCISCANMISSIONASSOC.ORG:

Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:

San José Obrero - Fiesta Mayo 1

  



Hoy la Iglesia recuerda, en el día de los trabajadores, a San José, obrero. Pablo VI se ha expresado al respecto:


"Vosotros, los hijos del trabajo, que durante siglos habéis sido los esclavos de la labor, buscad a aquel que declara que la vida es sagrada, que el obrero es libre de las cadenas que la primacía del materialismo y del egoísmo económico ha soldado no sólo en torno de los puños de los trabajadores, sino en torno de su corazón y de su espíritu... Buscad un principio, una razón que haga a los hombres iguales, solidarios entre sí, y que les devuelva la fraternidad. Y ello no en el odio contra otros hombres... Ya que todos viven en una comunidad natural, que traten de formar una sociedad humana y que sientan la grandeza de ser un pueblo"


El mundo humano es el mundo del trabajo, hecho por la inteligencia, a través de las manos que en medio de la naturaleza señalaron el camino del progreso y la cultura. Dios concedió manos a otras especies, pero sólo a la mano del hombre le dio el carácter de herramienta. Toda la técnica sobre la cual se asienta la civilización es prolongación de esa mano que Dios otorgó al hombre.

Hoy celebramos al padre nutricio de Jesús, justo y humilde carpintero de Nazaret, que pasa la vida no sólo en la meditación y la oración, sino también en las fatigas de su artesanía. José es el símbolo de la prudencia, del silencio, de la generosidad, de la dignidad y de la aplicación en el trabajo; también lo es de los derechos y de los deberes respecto del trabajo. San José fue un auténtico obrero en el pleno sentido de la palabra, y el único hombre que compartió con el Hijo de Dios la tarea de todos los días. Recordamos hoy a todos los trabajadores de nuestra patria y del mundo, pidiendo al cielo para que sean instrumento de paz, de evangelización, de serena inteligencia, de valor y de confianza en si mismos, de esperanzas de bien y de ferviente voluntad, dignos y sin retaceos en la hermandad de los hombres. Hoy la Iglesia recuerda, en el día de los trabajadores, a San José, obrero.


San Juan Pablo II enseña que los hombres descubren pronto la cruz en su trabajo; precisamente por ello el esfuerzo humano es redentor, pues Cristo lo ha unido a su pasión: también Él fue obrero y predicó su evangelio del trabajo conociendo íntimamente esta realidad que tiene por protagonistas a todos los hombres y mujeres del mundo.




A finales del siglo XIX y principio del siglo XX, el 1 de mayo se convirtió en una fecha reivindicativa y revolucionaria a favor de la clase obrera. El Papa Pío XII, en 1955, quiso darle una dimensión cristiana, e instituyó la fiesta de San José Obrero, que no sólo fue trabajador artesano humilde, sino el modelo de todo trabajador cristiano, que se afanó durante años, como servidor de la Sagrada Familia, sumergido en una gran intimidad con Dios. De esta manera el Papa proyectaba una luz nueva sobre la dignidad del trabajo, que ofrece el medio de perfeccionar la creación, sirviendo a Dios y a los hombres, imitando a Dios Creador y al Hijo de Dios también artesano como su padre José, y uniendo los sufrimientos y contrariedades del propio trabajo a la cruz de Cristo.

Hoy celebramos su oficio de carpintero de Nazaret: el sencillo trabajador que tiene que trabajar cada día, para sostener a su familia, con el sudor de su frente en un trabajo bien humilde, y en una vida oculta y laboriosa.




El evangelio no recoge ni una sola palabra suya. San José, más que con sus palabras, habla con sus actitudes y gestos, con su silencio, su obediencia, su trabajo. Fue un obrero auténtico que trabajaba de sol a sol en su modesto taller de carpintería. Él es un trabajador que cumple el mandato de Dios:


"Tomó Dios al hombre y lo puso en el jardín del Edén, para que lo cultivara y guardara" (Gn. 2,15).


Para que trabajara, a imagen de Dios trabajador:


"Creador del cielo y de la tierra".  "Mi Padre trabaja siempre"


El sudor y la fatiga, que el trabajo necesariamente lleva en la condición actual de la humanidad, ofrecen al cristiano y a cada hombre, que ha sido llamado a seguir a Cristo, la posibilidad de participar en el amor en la obra que Cristo ha venido a realizar (Jn. 17,4). Esta obra de salvación se ha realizado a través del sufrimiento y de la muerte de cruz. Soportando la fatiga del trabajo en unión con Cristo crucificado por nosotros, el hombre colabora en cierto modo con el Hijo de Dios en la redención de la humanidad. Se muestra verdadero discípulo de Jesús llevando a su vez la cruz de cada día, en la actividad que ha sido llamado a realizar.




El trabajo será tu baluarte, será tu defensa, contra el mundo porque te humilla, cuando la materia o el pensamiento se resisten a ser dominados y sientes que no avanzas. Te defenderá del demonio, que no ataca al hombre trabajador y ocupado en su tarea con laboriosidad. Absorbido y tenaz. Te defenderá del ataque de la carne, porque el trabajo sojuzga y amortigua las pasiones, y con él expías tu pecado y los pecados del mundo con Cristo trabajador, creando gracia con Él y siendo redentor uniendo tu esfuerzo al suyo, de carpintero y de predicador entregado a la multitud.




Así es como el trabajo cristiano, se convierte en fuente de gracia y manantial de santidad. Pero si el hombre debe continuar creando con Dios, su trabajo debe ser entregado a la Iglesia y a la comunidad humana, llamada toda al Reino. El que trabaja, cumple un deber social. Ahora bien, si el trabajo es un deber, si el hombre debe trabajar, el hombre tiene el derecho ineludible de poder trabajar, de tener la posibilidad de ejercer el deber que le viene impuesto por la propia naturaleza, por el mismo Dios Creador, Trabajador, Redentor y Santificador. El derecho social al trabajo es consecuencia del deber del trabajo. Pío XII en la Sponsa Christi recuerda incluso a las monjas de clausura, el deber de trabajar con eficacia. Pero la realidad es que, así como hay en el mundo una injusticia social en el reparto de la riqueza, la hay también en el reparto del trabajo. Mientras haya parados, no puede haber hombres pluriempleados; por dos razones:






  1. Porque sus varios empleos quitan, roban puestos de trabajo a los que de él carecen.
  2. Porque los que tienen varios empleos, difícilmente los cumplirán bien y a tope.


La sociedad no puede desperdiciar energías, pero la Iglesia tiene que aprovechar todas las piedras vivas, para edificar el Cuerpo de Cristo.


"Dios todopoderoso, Creador del universo, que has impuesto la ley del trabajo a todos los hombres; concédenos que siguiendo los ejemplos de San José, y bajo su protección, realicemos las obras que nos encomiendas y consigamos los premios que nos prometes"

"Todo lo que de palabra o de obra realicéis, hacedlo con toda el alma, sabiendo bien que recibiréis del Señor en recompensa la herencia" (Colosenses 3,14)


Oración
a San José Obrero




Nos dirigimos a tí,
Oh bendito San José,
nuestro protector en la tierra,
como quien conoce el valor del trabajo
y la respuesta a nuestro llamado.

A través de tu Santa Esposa,
la Inmaculada Virgen Madre de Dios,
y sabiendo el amor paternal
que tuviste a Nuestro Señor Jesús,
te pedimos nos asistas 
en nuestras necesidades
y fortalezcas en nuestros trabajos.

Por la promesa de realizar dignamente
nuestras tareas diarias,
líbranos de caer en el pecado,
de la avaricia, de un corazón corrupto.

Sé tú el solícito guardián
de nuestro trabajo,
nuestro defensor y fortaleza
contra la injusticia y el error.

Seguimos tu ejemplo
y buscamos tu auxilio.
Socórrenos en todos nuestros esfuerzos,
para así poder obtener contigo
el descanso eterno en el Cielo.
Amén.


Oración
Modelo de Trabajador




Glorioso San José,
modelo de cuantos deben trabajar
con el sudor de su frente,
conseguidme la gracia de considerar
el trabajo como expiación,
para satisfacer tantos pecados.

Hacedme trabajar en conciencia,
prefiriendo el fiel cumplimiento
de mis deberes a mis
inclinaciones caprichosas;
haced que trabaje
con agradecimiento y alegría,
poniendo todo mi empeño y honor
en aprovechar y desarrollar,
por medio del trabajo,
todos los talentos
que he recibido de Dios.

Mandadme trabajar con tranquilidad,
moderación y paciencia
sin que me atemoricen
el cansancio y las dificultades.
Inspiradme a menudo
pensamientos en la muerte
y en la cuenta que he de rendir
del tiempo perdido,
de los talentos malgastados,
de las omisiones y de toda vana
complacencia en éxitos obtenidos,
tan contraria al honor de Dios.
¡Todo según vuestro ejemplo,
oh Patriarca San José!


Oración a San José
Para pedir un empleo




¡Oh bendito Patriarca San José!
insigne protector
de todo aquel que lo solicita,
modelo de hombre justo y paciente,
ejemplo de virtud y santidad;
varón dotado de un alma tan pura
y un enorme corazón bondadoso
que con fe aceptaste los designios de Dios,
y por amor fuiste el fiel Esposo
de la Madre del Señor.

Glorioso San José obrero,
que con el sudor de tu frente
y tus fuertes manos trabajadoras,
proporcionaste sustento a tu Familia,
en esta ocasión acudo con plena confianza
a ti para que a través de tu Santa Esposa,
la Inmaculada Virgen María,
y por el amor dulce y paternal
que demostraste a Nuestro Señor Jesucristo,
me asistas en esta gran necesidad
que hoy me desespera y agobia:
acudo a ti para que me ayudes
a conseguir un trabajo digno
y bien remunerado,
que me permita cubrir
las necesidades de mi hogar,
un trabajo que me fortalezca como ser humano,
me sirva de relación con Dios Nuestro Creador
y que sea un medio propicio
para mi santificación.

San José obrero,
santo mío por tu poderosa mediación
alcánzame de mi Dios
y Señor lo que tan urgente necesito,
y enséñame a amarle y servirle
como tú siempre lo hiciste.
Bienaventurado San José
concédeme también tu perpetua protección,
a fin de que, animado por tu ejemplo
y asistencia, pueda vivir santamente
y piadosamente morir,
y alcanzar la eterna beatitud
de la Patria Celestial.
Así sea.


Rezar:
3 Padrenuestros
3 Avemarías
3 Glorias 




Fuente - Texto tomado de EWTN:

Fuente - Texto tomado de DEVOCIONARIO.COM:
Fuente - Texto tomado de ENCUENTRA.COM:
http://encuentra.com/sin-categoria/la_fiesta_de_san_jose_obrero16315/

Fuente - Texto tomado del Libro "San José - Custodio del Redentor - Caballeros de la Virgen - Julio de 2007"

Santa Misa - IV Domingo de Pascua - Día del Sacerdote Buen Pastor - Abril 30 de 2023

 



Debido a la emergencia mundial por la pandemia del coronavirus, por la cuarentena obligatoria en la cual nos encontramos sometidos, y al lamentable cierre de los templos católicos en todo el mundo, me permito compartir con ustedes el video de la Santa Misa, que corresponde al IV Domingo de Pascua - Día del Sacerdote Buen Pastor - Abril 30 de 2023.










Con esta Santa Misa también, reparemos por las ofensas que están cometiendo los satanistas contra Dios y el Santísimo Sacramento, en Boston - EE.UU. (Abril 28 - 30 de 2023):




Igualmente, ofrezcamos el rezo del Santo Rosario y el Santo VíaCrucis a Dios, por intercesión de la Virgen María, por el fin de la pandemia del coronavirus, por los fenómenos naturales y terribles acontecimientos a nivel mundial. También por las intenciones de todos y cada uno de ustedes:












Unámonos todos como Iglesia Militante y Peregrina, y asistamos virtualmente a la Santa Misa, junto a Jesús en su Calvario, con profunda fe y recogimiento.


Elevemos a Dios nuestras oraciones y peticiones personales, también por las de nuestros familiares, amigos y el mundo entero.


Igualmente, pidamos perdón por nuestros pecados, procuremos la conversión de nuestras vidas, y cuando la Iglesia Católica lo permita y abra nuevamente las puertas de los templos, busquemos a Dios a través del Sacramento de la Reconciliación "Penitencia o Confesión", y recibamos la gracia de su perdón y su amoroso abrazo de Padre, que recibe a sus hijos pródigos que regresan a Él, ÚNICO PADRE que sí nos ama verdaderamente.


Recordemos lo más sublime: recibir en estado de gracia al Señor Dios en su Presencia Real, en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía (Hostia Consagrada), en la totalidad de su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, en el santísimo sacrificio incongruento, como memorial de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.









Dios nos colme de abundantes bendiciones a todos, la Santísima Virgen María interceda por nosotros, y San José, protector de la Iglesia Católica Universal, defienda a la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas del demonio y de todos sus enemigos, además de toda adversidad.


Muchas gracias a todos ustedes por su gentil atención.


Video tomado de YOUTUBE:
https://www.youtube.com/watch?v=1J-cnjPdz-4


Fuente - Texto de la Comunión Espiritual tomada de ACIPRENSA.COM:
https://www.aciprensa.com/recursos/comunion-espiritual-682