domingo, 23 de septiembre de 2012

San Pío de Pietrelcina - Fiesta Septiembre 23


Historia

El Padre Pío nació en el seno de una humilde y religiosa familia de agricultores, el 25 de mayo de 1887, en una pequeña aldea del sur de Italia, llamada Pietrelcina. Recibió su primera instrucción de un maestro privado y a la edad de 15 años hizo su ingreso en el Noviciado de los Padres Capuchinos en la ciudad de Morcone. De débil salud, pero de excepcional fuerza de voluntad, pudo completar sus estudios y gracias a una continua asistencia divina tuvo la ansiada ordenación sacerdotal.

El 10 de agosto de 1910 celebró su primera Misa, en la Catedral de Benevento. Ocho años más tarde, el 20 de septiembre de 1918, aparecieron visiblemente las llagas de Nuestro Señor en sus manos, pies y costado izquierdo del pecho, haciendo del Padre Pío, el primer sacerdote estigmatizado en la historia de la Iglesia (recuerden que San Francisco no era sacerdote).




Fue heroico en su apostolado sacerdotal, que duró 58 años. Grandes multitudes, de todas las nacionalidades pasaron por su confesionario. Las conversiones fueron innumerables. Diariamente recibía centenares de cartas de fieles, que pedían su consejo iluminado y su dirección espiritual, la cual ha significado siempre un retorno a la serenidad, a la paz espiritual y al coloquio con DIos. Toda su vida no ha sido otra cosa que una continua oración y penitencia, lo cual no impedía que sembrase a su alrededor felicidad y gran alegría entre aquellos que escuchaban sus palabras, que eran llenas de sabiduría o de un extraordinario sentido del humor.

A través de sus cartas al Confesor, se descubren tremendos e insospechables sufrimientos espirituales y físicos, seguidos de dicha inefable, derivada de su íntima y continua unión con Dios, que fomentaba su ardiente amor por la Eucaristía y por la Santísima Virgen.



El Papa Juan Pablo II lo conoció personalmente en 1947, poco después de su ordenación sacerdotal. Según rumores, el Padre Pío profetizó que aquel joven sacerdote sería un día Papa. El Señor lo llamó a recibir el premio celestial el 23 de septiembre de 1968. Tenía 81 años. Durante cuatro días su cuerpo fue expuesto ante millares de personas que formaban una enorme columna que no conoció interrupción hasta el momento del funeral, al cual asistieron más de cien mil personas.

Millones visitan su tumba en el pueblo de San Giovanni Rotondo, Italia. Entre ellos el Papa Juan Pablo II. El Padre Pío está sepultado en la cripta del Santuario de Nuestra Señora de las Gracias. San Giovanni Rotondo es visitado por un número siempre creciente de peregrinos de todo el mundo.

Los preliminares de su Causa de Beatificación y Canonización se iniciaron en noviembre de 1969. Declarado Venerable el 18 de diciembre de 1997 y Beato, el 2 de mayo de 1999. Será declarado Santo el 16 de junio de 2002, en la Plaza de San Pedro en Roma, por S.S. Juan Pablo II.



El 24 de abril de 2008, se veneró en San Giovanni Rotondo (Italia) el cuerpo incorrupto del   Padre Pío.

¿Sufrió el Padre Pío ataques del demonio?

Repetidas veces, al entrar en su celda, el Padre Pío encontraba sus cosas en desorden, las mantas de su lecho y sus libros desparramados, y la pared llena de manchas de tintas. Espíritus extraños se le aparecían bajo distintos aspectos, a menudo vestidos de frailes. Una noche se dio cuenta de que su cama estaba rodeada de monstruos horribles que lo recibieron con estas palabras:

"Mirad, el santo va a acostarse".

"Sí, con vuestro desprecio", fue la respuesta del Padre Pío.

Entonces los monstruos lo empujaron, lo zarandearon, lo arrojaron al suelo y contra las paredes, como tantas veces lo hicieron al Cura de Ars, San Juan Bautista Vianney.

Cierta noche vio entrar en su celda a un monje que le recordó por su aspecto a Fray Agustín, su antiguo Confesor. El falso monje le dio consejos y lo exhortó a dejar esa vida de ascetismo y de privaciones, afirmando que Dios no podía aprobar tal sistema de vida. El Padre Pio, estupefacto de que el Padre Agustín le dijera tales cosas, le ordenó que gritase junto con él:

"¡Viva Jesús!".

El extraño personaje desapareció de inmediato, dejando tras de sí un olor pestilente, sulfuroso.

Don Salvador Panullo cuenta un incidente ocurrido en los primeros años de sacerdocio del Padre Pío, cuando aún no estaba estigmatizado. Don Salvador relata lo siguiente:

"Un día, le entregué al Padre Pío una carta del Padre Agustín, su superior. Sólo encontré una hoja en blanco dentro del sobre. Pensando que se trataba de una distracción del Padre Agustín, pedí al Padre Pío que escribiese a su superior para preguntarle qué había querido decirle. El joven Pío me contestó:

"Oh, esta es una de las bromas favoritas del diablo. No hay por qué preguntarle al Padre Agustín lo que escribió. Yo lo sé, porque me lo dijo mi ángel de la guarda".

Y a renglón seguido, reveló a Don Salvador el contenido de la carta. Éste, previas averiguaciones hechas al Padre Agustín, tuvo que reconocer la exactitud de las palabras del Padre Pío.

Don Salvador, abriendo otro día una carta del Padre Agustín, sólo encontró en ella una enorme mancha de tinta. Creyendo estar alucinando, llamó a su sobrina y ésta comprobó la misma cosa. Entonces roció el papel con agua bendita. Lentamente fue desvaneciéndose la mancha y de a poco apareció la escritura en rasgos muy firmes. 

En septiembre de 1947, una pobre italiana poseída por el demonio, fue llevada a la fuerza por sus hijos a la misa del Padre Pío. Apenas llegada a la iglesia, la desdichada se puso a dar alaridos como cada vez que veía un templo o una Cruz. Sus gritos y blasfemias rompieron el silencio en el preciso momento en que el Padre Pío daba la comunión a los fieles.

"Hacedla salir", ordenó el sacerdote.

"¡Antes me matarían!", vociferó la posesa.

Entonces, elevando la Hostia consagrada por sobre el copón, el Padre dijo solemnemente:

"Ya es tiempo de que ésto se termine".

La mujer cayó con violencia en tierra. ¿Muerta? No. El vencido era el demonio. Pocos segundos después la mujer se levantó perfectamente serena y fue a sentarse en un banco, liberada de las cadenas del maligno.

Fuente - Texto tomado de EWTN:

Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:

Link - Amor Eterno: