jueves, 9 de enero de 2025

PSICOLOGÍA: 10 Actitudes de las personas emocionalmente inteligentes

    



PSICOLOGÍA | 12/24/2016 - 1:22:00 PM


Diez actitudes de las personas emocionalmente inteligentes


A veces la clave de la vida no está en saberlo todo, sino en poder responder a situaciones difíciles. Los expertos aseguran que estos son los rasgos que llevan al verdadero éxito.

Desde hace un tiempo el coeficiente intelectual ha comenzado a ser revaluado como el único método para saber si las personas son inteligentes. La vida demuestra que a veces quienes sacaban las mejores notas en la universidad no terminan siendo a quienes mejor les va en la vida. Esto porque el éxito depende de una buena mezcla de disciplina, empatía y manejo de los momentos importantes. Semana.com habló con la sicóloga española Ana Vico quien asegura que solo “se puede vivir plenamente si tienes a las emociones como tu aliado en este camino que es la vida”. Estas son para ella las características de quienes logran tener ese equilibrio en su vida.


1. Los cambios no son un problema




Quienes son emocionalmente más inteligentes no temen al cambio, pues son personas flexibles que se logran adaptar a las innumerables situaciones que se les presentan en su cotidiano. Aceptan el cambio porque ven en éste una cercanía para llegar al éxito y a la felicidad. Para Vico, estas personas son más reconocidas en el ambiente laboral pues suelen adaptarse fácil a los ambientes de trabajo. “Los aspirantes con una alta inteligencia emocional son mejor valorados que las personas que a la primera de cambio se dejan vencer por las malas críticas o no toleran el estrés. Si supiéramos entrenar esa inteligencia emocional (que se puede), mejoraríamos tanto personal como profesionalmente. Todo son ventajas”, dice. 


2. Se conocen casi a la perfección




El saber sus fortalezas y debilidades es un rasgo característico de las personas emocionalmente inteligentes, saben resolver aprietos o dificultades al conocer su entorno y a sí mismos. Esta característica suele mejorar con los años. Un trabajo, publicado en la revista Physiological Science, derrumba el mito de que las personas pierden sus capacidades mentales con la edad. Según el estudio, liderado por Joshua Hartsworth, hay un proceso de desaceleración de ciertas funciones pero también hay áreas que con el paso de los años se vuelven más eficaces. En otras palabras, el foco de la inteligencia cambia y el cerebro se vuelve más lento pero más sabio a la vez.


3. Su empatía prima en todo su carácter




Tienen una gran capacidad para entender las situaciones de las demás personas, las entiende por lo que están pasando. Esto ayuda a que sean personas con las que se pueda comunicar más fácil y que proyectan un mayor nivel de cercanía. “Las personas con alta inteligencia emocional aprenden de los errores en vez de sentirse víctimas. También piden perdón cuando es necesario si han hecho algo que ha podido afectar a otras personas de manera negativa. Piden perdón de corazón y perdonan”, asegura Vico.


4. No se ofenden fácil




Al tener un amplio conocimiento de sí mismos, conocer sus habilidades, fortalezas y debilidades, muy difícilmente alguien los lastima. Son personas que están seguras de sí mismas, tienen la mente muy abierta y hasta incluso pueden burlarse de sí. “No se llevan las amenazas a lo personal y saben diferenciar entre hechos y opiniones. Diferencian las críticas constructivas de las críticas que sólo pretenden hundirlos y saben alejarse de comentarios despectivos que sólo traen destrucción. Saben distinguir entre los ataques y cómo reaccionan ante esos ataques y deciden hacerlo de la forma menos dolorosa para ellos mismos”, sostiene Vico. 


5. Saben cuándo y cómo decir que no




El autocontrol es algo que caracteriza a alguien emocionalmente inteligente. Usualmente las personas no saben cuándo o como decirlo, produciendo en ellos un nivel de estrés. Las personas emocionalmente inteligentes no utilizan las frases "no creo que pueda" o "no estoy seguro" para decir que no, simplemente van al grano. “Estas personas ponen límites cuando es necesario y defienden sus valores ante todo. La asertividad es saber decir aquello que sientes y quieres respetando tus derechos y los de los demás”, dice Vico.


6. Se enfocan en lo positivo




Una persona inteligente emocionalmente centra su atención en el lado positivo de cada situación que se le presente, aún cuando hay problemas. Buscan generar unas soluciones desde distintos puntos de vista a las adversidades que se les presentan, pues son conscientes que sólo de ellos depende el estar bien o tener bajo control el momento.


7. Son curiosas por naturaleza




Están constantemente preguntándose por todo lo que los rodea, principalmente por el alto grado de empatía que poseen, pues al preocuparse más por las personas que están cerca, se genera un creciente nivel de curiosidad


8. Prefieren alejarse de las personas "tóxicas"




Tienen muy claro con qué personas deben relacionarse, las características de las personas que los rodean son principalmente tres, optimistas, con una energía positiva y gente muy alegre. En estas personas ven una buena influencia que los ayuda a tener una vida estable y una visión de mundo más sana; además de favorecer la creatividad de las personas con alta inteligencia emocional. “Al tener buenas vibraciones y rodearse de gente positiva, ven el mundo desde una perspectiva más sana y que favorece la creatividad. Suelen relacionarse con personas que sean buenas influencias y que les llenen”, concluye Vico en su portal. 


9. Un enfoque de proactividad




La proactividad se define como la acción o intervención activa de una situación que lo exija. Alguien con una inteligencia emocional alta decide qué hacer en cada momento y actúan antes de que la situación lo exija. Tienen una gran capacidad de reacción por su constante relación con el entorno, son proactivos, más no reactivos. “Saben gestionar su tiempo de trabajo y su tiempo de ocio, su tiempo de estudio y su tiempo de relax. Establecen horarios, planifican tareas y definen objetivos. No les importa cancelar planes si con ese tiempo pueden hacer algo prioritario para ellos. Conocen cuáles son sus valores y los riegan continuamente. Emplean su tiempo y sus días en aquello que les apasiona y lo dan hacia los demás como un regalo”, agrega Vico


10. Un vocabulario emocional bastante amplio




Las personas emocionalmente inteligentes tienen un vocabulario lo suficientemente extenso para definir con precisión su estado actual, cosa que sólo un 36 por ciento de la gente puede realizar sin ningún mal entendido. Estas personas tienden a dominar de una mejor forma sus emociones, pues mientras que algunas personas definen su estado anímico con "me encuentro mal", los emocionalmente inteligentes se determinan con un sin número de sinónimos, frustrado, oprimido, ansioso, cansado, irritado y muchos más. “No se callan sus emociones, las escuchan y conocen qué quiere decir cada emoción en cada contexto. Saben regular la intensidad de sus emociones y expresarlas en la forma justa, tal y como ellos quieren. Son los dueños de su expresión emocional, no meros peleles a merced de sus emociones desbocadas”, asegura Vico en su web.


Fuente - Texto tomado de SEMANA.COM:
https://www.semana.com/vida-moderna/articulo/inteligencia-emocional-10-comportamientos-de-personas-emocionalmente-inteligentes/509673

¡BURLA Y OFENSAS GRAVES CONTRA DIOS! El Vaticano y su nuevo circo: entre animales, bailarines y decisiones que desconcierta



Por redaccioninfovaticana | 8 de Enero de 2025


Esta mañana en el Aula Pablo VI, durante la tradicional audiencia de los miércoles, los asistentes se encontraron con un espectáculo insólito al cierre del evento: un circo literal. Bailarines, malabaristas y hasta animales hicieron su aparición en el escenario donde minutos antes el Papa Francisco había compartido su catequesis.

Lo que debería haber sido un momento de reflexión espiritual terminó con un show que, para muchos, simboliza a la perfección lo que se ha convertido el Vaticano en los últimos años: un verdadero circo.

La escena es casi demasiado obvia como para no trazar un paralelismo. No es solo que los elefantes y los acróbatas compartieran espacio con el pontífice; es que esta imagen parece encapsular perfectamente una serie de decisiones recientes que han llevado a algunos a preguntarse si el Vaticano ha perdido su norte.


Una peregrinación arcoíris para el Jubileo 2025


Entre los movimientos más sonados de este pontificado está la reciente decisión de autorizar oficialmente una peregrinación LGTB durante el Jubileo de 2025. Este gesto, que el Papa Francisco ha defendido como una muestra de apertura y acogida, no ha dejado de generar controversia.

No se trata de un acto de inclusión, sino de un paso que confunde al rebaño, dando la sensación de que el magisterio de la Iglesia se acomoda al espíritu del tiempo en lugar de mantenerse firme en la fe y la tradición.


McElroy, el «arzobispo de los bordes»


Otro momento digno de atención es el nombramiento del cardenal Robert McElroy como arzobispo de Washington. Su opinión favorable hacia cambios doctrinales en temas como la moral sexual o la inclusión de grupos marginados ha sido motivo de debate.

Para algunos, McElroy representa el rostro de una Iglesia que busca dialogar con las periferias; para otros, es la señal de que Roma está dispuesta a sacrificar claridad doctrinal en favor de la narrativa de inclusión.


La «limpieza» en Fréjus-Toulon


El caso del obispo Dominique Rey, obligado a presentar su dimisión como pastor de la diócesis de Fréjus-Toulon, también deja un regusto amargo. Rey, conocido por su defensa de las vocaciones tradicionales y su apertura a comunidades de rito extraordinario, parece haber sido desplazado en un nuevo gesto que suena a purga contra los sectores más conservadores de la Iglesia. La explicación oficial habla de problemas en la gestión diocesana, pero pocos se tragan esa versión.

Ya sabemos que la Santa Sede es experta en hacer malabares para vender lo contrario de lo ocurrido edulcorando la realidad para que la cruda verdad no trascienda.


El desconcierto con el cardenal Artime


Finalmente, está el misterioso caso del salesiano Ángel Fernández Artime. Inicialmente llamado a un alto cargo en la Curia Romana, fue colocado como «pro-prefecto» del Dicasterio para la Vida Consagrada, una figura cuya función real no está clara.

Lo curioso es que también se le ha pedido ser una especie de «sombra» de la nueva prefecta, la religiosa sinodalista sor Simona Brambilla. Este movimiento ha dejado a muchos confundidos: ¿es este un paso hacia la transparencia o simplemente otro ejemplo de las maniobras internas que generan más preguntas que respuestas?


¿El Vaticano, una pista de circo?


Volvamos al Aula Pablo VI. Los malabaristas y animales de esta mañana no son solo una anécdota curiosa; son un símbolo de cómo perciben algunos el rumbo de la Iglesia bajo el liderazgo de Francisco.

Algunos como James Martin o Austen Ivereigh ven que estas decisiones y gestos del Papa Francisco son signos de una Iglesia en salida, que busca tender puentes y abrazar a todos, incluso a los que han estado alejados. La cruda realidad que muchos denuncian desde dentro (aunque por miedo no se atreven a hacerlo en público) es que el Vaticano no solo se ha convertido en un circo literal, sino también en uno figurado, donde las prioridades espirituales se sacrifican en el altar de la opinión pública y la corrección política.

Mientras tanto, el rebaño mira perplejo desde las gradas, preguntándose si este circo tiene director o si, como dicen algunos, el Vaticano ha perdido definitivamente el equilibrio sobre el alambre de su propia identidad.


Fuente - Texto tomado de INFOVATICANA.COM:




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