sábado, 20 de diciembre de 2025

Cuarto Domingo de Adviento - Diciembre 21 de 2025

  





Liturgia de las Horas:
Cuarta Semana del Salterio


Color: Morado


Lecturas de la liturgia


Primera Lectura
Isaías 7, 10-14


Y el Señor siguió hablando a Ajaz:

—Pídele al Señor, tu Dios, un signo, en el fondo del sheol o en lo alto del cielo.

Pero Ajaz dijo:

—No lo pediré y no tentaré al Señor.

Entonces respondió:

—Escuchad, casa de David: «¿Os parece poco cansar a los hombres para que canséis también a mi Dios?

Pues bien, el propio Señor os da un signo. Mirad, la virgen está encinta y dará a luz un hijo, a quien pondrán por nombre Emmanuel.


Salmo Responsorial:
Salmo 24, 1-6


R. Va a entrar el Señor, Él es el Rey de la Gloria.


De David. Salmo.

Del Señor es la tierra y cuanto hay en ella,
el orbe y los que lo habitan.
Él la cimentó sobre los mares
y la asentó sobre los ríos. R/.

¿Quién podrá subir al monte del Señor?
¿Quién podrá estar en su lugar santo?
El de manos inocentes y de corazón puro,
el que no dirige su alma a la vanidad, ni jura en falso. R/.

Él recibirá la bendición del Señor,
y la justificación de Dios, su Salvador.
Tal es la estirpe de quienes le buscan,
de los que buscan tu rostro, Dios de Jacob. R/.


Segunda Lectura:
De la Carta del apóstol San Pablo
a los Romanos
1, 1-17


Pablo, siervo de Jesucristo, apóstol por vocación, designado para el Evangelio de Dios, que Él de antemano prometió por sus profetas en las Santas Escrituras acerca de su Hijo Jesucristo, Señor nuestro, nacido del linaje de David según la carne, constituido Hijo de Dios con poder según el Espíritu de santificación por la resurrección de entre los muertos, por quien hemos recibido la gracia y el apostolado para la obediencia de la fe entre todas las gentes para gloria de su nombre, entre las que estáis también vosotros, elegidos de Jesucristo, a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: gracia y paz a vosotros de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.


Santo Evangelio
San Mateo 1, 18-24


La generación de Jesucristo fue de esta manera:

María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:

«José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».

Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que habla dicho el Señor por medio del profeta:

«Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”».

Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer.


Fuente - Texto tomado de EWTN.COM: