lunes, 2 de diciembre de 2024

Germán el Sabio - Un santo discapacitado despreciado por la humanidad pero amado por Dios y la Virgen María

   



El pequeño monstruo que se convirtió en Germán el Sabio,
por Fabrice Hadjadj


Por INFOVATICANA | 27 de Noviembre de 2021


¿Quién habría imaginado que las incomprensibles palabras de Hermannus Contractus serían escuchadas por papas y emperadores?

(Tempi)- Hoy en día no le dejarían nacer, ya sea por compasión forzada, ya sea porque una flor que no está destinada a abrirse no debe convertirse en un capullo. Dirían que su cuerpo expresa el rechazo al nacimiento. Con sus piernecitas plegadas como las de una rana, sus bracitos retraídos como alas de pollo, se encoge como si, fuera del vientre de su madre, quisiera conservar la posición fetal. «¿Por qué me dejaste salir?», acusa en silencio. «¡Mírame! Fui hecho para ser concebido en una calavera, similar a una idea que muere sin convertirse en algo en el mundo, similar a los proyectos que pasan como sueños…». Pero ocurre que la propia pesadilla se convierte en una feliz realidad. Aquí está, un montón de carne tirada en el establo de un monasterio en el lago de Constanza. Tiene quizás cuarenta años. Hace el gesto acordado para que el hermano Bertoldo lo lleve a su celda como si fuera un bebé. Ha escuchado en su interior las primeras palabras y notas de un cántico a la Virgen. Las dictará a través de la masa de una boca que forma más saliva que sílabas.

En el siglo XI no existían las ecografías, ese gravoso conocimiento de nuestro tiempo por el que pretendemos ver en el vientre de las madres como en una bola de cristal. El 18 de julio del año de gracia de 1013, cuando Hiltrude de Alsthausen dio a luz podía esperar cualquier cosa, incluso su propia muerte. Pero no se esperaba esta bolita morada con los muslos tan apretados que pasa un rato antes de que la comadrona declare con voz todavía vacilante: «Es un niño…».

Pronto se da cuenta de que nunca podrá caminar. A decir verdad, nunca será capaz de sentarse. Y sus labios crispados ante su primer grito emitirán sonidos que un oído poco atento tomará por gemidos a medio camino entre el bramido de un ciervo y el gruñido de un cerdo. Su madre no duda en sentirse unida a él. Aunque parece carecer de fuerza, ella le da el nombre de Hermann, que significa «el hombre fuerte». Su padre, el señor suabo Wolfrad, decide confiarlo a los monjes de Reichenau. Lo acogieron como un hombre pobre y, al mismo tiempo, como el hijo de un hombre rico. Es dura esta ley de Dios que obliga a reconocer a un hermano en semejante deshecho, es dura, pero se consuelan con el hecho de que Wolfrad paga por él una rica pensión. Nadie se imagina que el deshecho pronto demostrará ser una rara perla. ¿Quién iba a imaginar que Hermannus Contractus, Hermann el Contrahecho (o el Cojo) sería también llamado Germán el Sabio, y que tanto el papa León IX como el emperador Enrique III acudirían a él en busca de consejo?

«Sus miembros estaban tan rígidos», escribe Bertoldo, «que no podía moverse sin ayuda, ni siquiera ponerse de lado. Aunque su lengua estaba paralizada y solo era capaz de pronunciar palabras inconexas y apenas inteligibles, era, para sus alumnos, un maestro inspirado y entusiasta». Su sabiduría debió de ser profunda y gozosa para que tanta gente compitiera en la interpretación de la efervescencia de sus babas.

Como en el cuento, la rana se transformó en príncipe; pero a diferencia de él, conservó la apariencia de rana. Hermann es el inventor de un astrolabio, una calculadora, numerosos relojes y varios instrumentos de cuerda. En la biblioteca hay un tratado suyo sobre geometría, otro sobre los vicios (que Bertoldo define como jucundulus, es decir, «jovial»), y un tercero sobre música, ya que, silbando el «la» y batiendo el ritmo con el dedo meñique, es un gran maestro de coro. También está su Chronicon, una historia desde el nacimiento de Cristo hasta la época de Hermann, porque al fin y al cabo cada uno de nosotros constituye el final último del tiempo. Todos los hechos del pasado han confluido para que seamos nosotros, los encargados del presente, responsables de todo lo padecido y celebrado para llevarlo al día más allá de los días.

Por último, y lo más importante, Hermann escribió un epitafio para su madre, la que dio a luz al monstruo, y compuso la Salve Regina, la que dio a luz a Dios. Morirá un año después. Nace en él este canto: Salve Regina, mater misericordiæ… Madre de misericordia. Es casi redundante. «Misericordia» en hebreo se dice rahamim, que significa «entrañas», «vientre». Y la misericordia es para los miserables. Las entrañas de María son para las entrañas de Hiltrude. Poco importaría que el pequeño monstruo se hubiera convertido en un hijo pródigo. Si los labios de Hermann no hubieran sido más elocuentes que dos caracoles que no dejan ningún rastro, aun así el Verbo se haría carne por él y aún así toda la historia confluiría hacia su improbable nacimiento, para que la misericordia vuelva a agarrarnos por las entrañas.


Publicado por Fabrice Hadjadj en Tempi.


Traducido por Verbum Caro para InfoVaticana.


Fuente - Texto tomado de INFOVATICANA.COM:


Breve biografía


San Hermann Contractus


Fiesta: 25 de septiembre


Nacido el 18 de febrero de 1013 en Altshausen (Suabia), St. Hermann Contractus nació lisiado e incapaz de moverse sin ayuda. Fue una inmensa dificultad para él aprender a leer y escribir, sin embargo persistió y pronto se manifestaron su voluntad de hierro y su notable inteligencia.

Al descubrir la brillantez de la mente de su hijo, su padre, el Conde Wolverad II, lo envió a la edad de siete años a vivir con los monjes benedictinos en la isla de Reichenau al sur de Alemania.

Vivió toda su vida en la isla, tomando sus votos monásticos en 1043.

Estudiantes de todas partes de Europa acudieron en masa al monasterio de la isla para aprender de él, pero era igualmente famoso por sus virtudes monásticas y su santidad.

Hermann hizo una crónica de los primeros mil años del cristianismo, fue matemático, astrónomo y poeta, y también fue el compositor de la Salve Regina y Alma Redemptoris Mater, ambos himnos a la Virgen María. 

Murió en la isla el 21 de septiembre de 1054.




Fuente - Texto tomado de CATHOLICNEWSAGENCY.COM:


Video tomado de YOUTUBE:




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Día Internacional de la Discapacidad - Diciembre 3

   



Día Internacional de las personas con discapacidad

Diciembre 3


Reflexionemos:


Son hijos amados de Dios y nos dan fortaleza para luchar por ellos.

Seamos comprensivos y amables con ellos, nos enseñan mucho más de lo que pensamos.

Como dijo Nick Vujicic:

"El miedo es la más grande discapacidad de todas"

Recordemos las palabras de Jesús:


Lectura del Santo Evangelio
Según San Lucas 12, 1-7




1. Entretanto, habiéndose juntado alrededor de Jesús tanto concurso de gentes que se atropellaban unos a otros, empezó a decir a sus discípulos: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.

2. Mas nada es tan oculto que no se haya de manifestar; ni tan secreto que al fin no se sepa.

3. Así es que lo que dijisteis a oscuras, se dirá en la luz del día; y lo que hablasteis al oído en las alcobas, se pregonará sobre los terrados.

4. A vosotros, empero, que sois mis amigos, os digo yo ahora: No tengáis miedo de los que matan al cuerpo, y esto hecho ya no pueden hacer más.

5. Yo quiero mostraros a quien habéis de temer: Temed al que, después de quitar la vida, puede arrojar al infierno, a éste es, os repito, a quien habéis de temer.

6. ¿No es verdad que cinco pajarillos se venden por dos cuartos, y con todo ni uno de ellos es olvidado de Dios?

7. Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. Por tanto no tenéis que temer que Dios os olvide: más valéis vosotros que muchos pajarillos.


Palabra de Dios
Gloria a Ti, Señor Jesús

San Francisco Javier - Misionero - Año 1552 - Fiesta Diciembre 3

   



Francisco nació cerca de Pamplona (España) en el castillo de Javier, en el año 1506. Fue enviado a estudiar a la Universidad de París, y allá se encontró con San Ignacio de Loyola, el cual se le hizo muy amigo y empezó a repetirle la famosa frase de Jesucristo:




"¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si se pierde a sí mismo?"


Este pensamiento lo fue liberando de sus ambiciones mundanas y de sus deseos de orgullo y vanidad, y lo fue encaminando hacia la vida espiritual. Aquí se cumplió a la letra la frase del Libro del Eclesiástico:




"Encontrar un buen amigo es como encontrarse un gran tesoro"


La amistad con San Ignacio transformó por completo a Javier. Francisco fue uno de los siete primeros religiosos con los cuales San Ignacio fundó la Compañía de Jesús o Comunidad de Padres Jesuitas. Ordenado sacerdote colaboró con San Ignacio y sus compañeros en enseñar catecismo y predicar en Roma y otras ciudades. El Sumo Pontífice pidió a San Ignacio que enviara algunos jesuitas a misionar en la India. Fueron destinados otros dos, pero la enfermedad les impidió marchar, y entonces el santo le pidió a Javier que se quisiera embarcar para tan remotas tierras. Él obedeció inmediatamente y emprendió el larguísimo viaje por el mar. En el barco aprovechó esas interminables semanas, para catequizar lo más posible a los marineros y viajeros.


San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier


Con San Javier empezaron las misiones de los jesuitas. Son impresionantes las distancias que Francisco Javier recorrió en la India, Indostán, Japón y otras naciones. A pie, solamente con el libro de oraciones, como único equipaje, enseñando, atendiendo enfermos, obrando curaciones admirables, bautizando gentes por centenares y millares, aprendiendo idiomas extraños, parecía no sentir cansancio. Por las noches, después de pasar todo el día evangelizando y atendiendo a cuanta persona le pedía su ayuda, llegaba junto al altar y de rodillas encomendaba a Dios la salvación de esas almas que le había encomendado. Si el sueño lo rendía, se acostaba un rato en el suelo junto al sagrario, y después de dormir unas horas, seguía su oración. De vez en cuando exclamaba:


"Basta Señor: si me mandas tantos consuelos me vas a hacer morir de amor"


Con razón su palabra tenía efectos fulminantes para convertir. Era que llegaba precedida de muchas oraciones y acompañada de costosos sacrificios. Algunas noches no era capaz de levantar su mano derecha. Tan cansada estaba de tanto bautizar a los que se habían convertido con sus predicaciones. La gente lo consideraba un verdadero santo y le llevaban sus enfermos para que los bendijera. Cuando se conseguían curaciones milagrosas, él consideraba que ésto se debía a otras causas y no a su santidad, o a su poder de intercesión. Desde 1510 Goa era una ciudad portuguesa en la India. Y allá puso su centro de evangelización nuestro santo (en esa ciudad se conservan ahora sus restos). Empezó a ganarse la buena voluntad de las gentes con su gran amabilidad, a uno de sus compañeros le escribía:




"Hágase amar y así logrará influir en ellos. Si emplea la amabilidad y el buen trato verá que consigue efectos admirables"


Estableció clases de catecismo para niños y adultos. Popularizó la costumbre de confesarse y comulgar. Enseñaba la religión por medio de hermosos cantos que los fieles repetían con verdadero gusto. Por 13 veces consecutivas hizo larguísimos viajes por la nación enseñando la religión cristiana a esos paganos, que nunca habían oído hablar de ella. Francisco se esmeraba por asemejarse lo más posible a la vida pobre de las gentes que le escuchaban. Visitó muchas islas y en cada una de ellas enseñó la religión cristiana. Sus viajes eran penosos y sumamente duros, pero escribía:




"En medio de todas estas penalidades e incomodidades, siento una alegría tan grande y un gozo tan intenso que los consuelos recibidos no me dejan sentir el efecto de las duras condiciones materiales y de la guerra que me hacen los enemigos de la religión"


Podría repetir la frase de San Pablo:


"Sobreabundo en gozo en medio de mis tribulaciones"


Su gran anhelo era poder misionar y convertir a la gran nación china. Pero allá estaba prohibida la entrada a los blancos de Europa. Al fin consiguió que el capitán de un barco lo llevara a la isla desierta de San Cian, a 100 km. de Hong-Kong, pero allí lo dejaron abandonado, y se enfermó y consumido por la fiebre, en un rancho tan maltrecho, que el viento entraba por todas partes, murió el 3 de diciembre de 1552, pronunciando el nombre de Jesús. Tenía sólo 46 años. Cuando más tarde quisieron llevar sus restos a Goa, encontraron su cuerpo incorrupto (y así se conserva). Francisco Javier fue declarado santo por el Sumo Pontífice en 1622 (junto con Santa TeresaSan IgnacioSan Felipe Neri y San Isidro).

El Papa Pío X nombró a San Francisco Javier como Patrono de todos los Misioneros, porque fue sin duda uno de los misioneros más grandes que han existido. Ha sido llamado: "El gigante de la historia de las misiones". La oración del día de su fiesta dice así:


"Señor, tú has querido
que varias naciones
llegaran al conocimiento de la
verdadera religión por medio de la
predicación de San Francisco Javier"


Ésto es un gran elogio. Empezó a ser misionero a los 35 años y murió de sólo 46. En 11 años recorrió la India (país inmenso), el Japón y varios países más. Su deseo de ir a Japón era tan grande que exclamaba:


"Si no consigo barco, iré nadando"


Fue un verdadero héroe misional.


Francisco Javier:
maravilloso misionero,
pídele a Dios que conceda
un espíritu como el tuyo
a todos los misioneros del mundo.

Piensa en el final de tu vida y
evitarás muchos pecados
(S. Biblia Ecl. 7, 36)


Fuente - Texto tomado de EWTN:
https://www.ewtn.com/es/catolicismo/santos/francisco-javier-14878