martes, 3 de septiembre de 2024

San Moisés - Libertador del Pueblo Elegido y Profeta del Antiguo Testamento - Fiesta Septiembre 4

  



La historia de Moisés se encuentra en el segundo libro de la S. Biblia, el Libro del Éxodo, uno de los libros más hermosos y emocionantes de toda la literatura universal. Ningún buen cristiano debería quedarse sin leer el Éxodo no sólo una vez sino muchas veces. Su lectura le hará un gran provecho a su alma.

Cuenta el libro del Éxodo que empezó a gobernar a Egipto un faraón que no quería a los israelitas y dio una ley, mandando que todo niño varón que naciera había que matarlo. Y un día nació un bellísimo niño de la tribu de Leví. Sus padres lo escondieron para que no lo fueran a matar los soldados del faraón, pero como el niño lloraba y podían oírlo desde la calle, dispuso entonces la madre echarlo entre un canasto, que ella había forrado con brea por fuera, y dejarlo flotando sobre las aguas del río Nilo.




Y sucedió que fue la hija del faraón a bañarse al río Nilo y al ver el canasto sobre el agua mandó un nadador a que lo sacara. Y allí encontró el hermoso niño que lloraba. Se compadeció de él y en ese momento llega la hermanita del niño, que estaba escondida entre los matorrales de la orilla observando, y le propuso que ella le podía conseguir una señora para que criara al niño. La hija del rey aceptó y fue llamada la mamá a quien la princesa le pagó para que criara al pequeño, al cual le puso por nombre MOISÉS, que significa salvado de las aguas.




La hija del faraón adoptó a Moisés como príncipe y lo hizo educar en el palacio del rey, donde se educaban los que iban a ser gobernantes de la nación. Esta educación tan esmerada le sirvió mucho después para saber gobernar muy bien al pueblo de Israel.




Cuando Moisés fue mayor, un día vio que un egipcio atormentaba a un israelita y por defender al israelita hirió gravemente al egipcio. Lo supo el rey y lo iba a mandar matar, y entonces Moisés salió huyendo hacia el desierto. En el desierto encontró a unas pastoras que no podían dar de beber a sus rebaños porque unos pastores asesinos se lo impedían. Como él era un buen luchador las defendió y les permitió dar de beber a sus ovejas. Las muchachas le contaron ésto a su padre y el buen hombre mandó llamar a Moisés y lo encargó de cuidar sus rebaños en el desierto. Allí estuvo por siete años, dedicado a la meditación y a la oración, y ese tiempo le fue muy útil porque pudo conocer muy bien el desierto por donde más tarde iba a conducir al pueblo de Israel. Moisés se casó con Séfora, la hija del dueño de las ovejas, y de ella tuvo dos hijos: Eliécer y Gerson.

Un día mientras cuidaba las ovejas en el desierto vio Moisés que un montón de espinas ardían entre llamaradas pero no se quemaban. Lleno de curiosidad se acercó para ver qué era lo que pasaba y una Voz le dijo:

"Moisés, Moisés, quítate las sandalias porque el sitio que estás pisando es sagrado"


Le preguntó:


"¿Quién eres Tú Señor?"


La Voz le respondió:


"Yo Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. He oído las lamentaciones de mi pueblo de Israel y he dispuesto bajar a ayudarlos. He dispuesto liberarlos de la esclavitud de Egipto y llevarlos a una tierra que mana leche y miel. Yo te enviaré al faraón para que los deje salir en libertad"


Moisés preguntó:


"¿Señor, y si me preguntan cuál es Tu Nombre, qué les diré?"


El Señor le respondió:


"Yo Soy Yavhé. Yo Soy el que Soy. Irás a los israelitas y les dirás: 'Yavhé, que es el Dios de Abraham, Isaac y Jacob me envía a vosotros'. Luego reunirás a los ancianos de Israel, y con ellos irás al faraón a pedirle que deje salir libre al pueblo. El faraón se negará pero Yo haré toda clase de prodigios para que los dejen salir"


Moisés dijo al Señor:


"¿Y qué demostración les voy a hacer para que sepan que sí voy de parte de Dios?"


El Señor le respondió:


"Echa al suelo tu vara de pastor"


Moisés lanzó al suelo su vara o bastón que se convirtió en serpiente. Dios le dijo:


"Toma la serpiente por la cola"


La agarró y se volvió otra vez bastón. Dios le dijo:


"Ésta será una de las señales con las cuales Yo te voy a apoyar para que te crean"


Moisés le dijo a Nuestro Señor:


"Yo tengo dificultad para hablar. ¿Por qué no mandas a otro?"


El Señor le dijo:


"Tu hermano Aarón, que sí tiene facilidad para hablar, te ayudará"


Moisés se volvió a Egipto y junto con su hermano Aarón reunió a los ancianos de Israel y les contó lo que le había mandado el Señor Dios. Y convirtió el bastón en serpiente para demostrarles que sí venía de parte de Dios. Se fueron donde el faraón a pedirle que dejara salir en libertad al pueblo de Israel, pero el faraón no quiso aceptar sino que más bien esclavizó más a los israelitas y les puso trabajos más pesados, haciendo ladrillos. El pueblo clamó a Dios y Dios los escuchó y mandó las terribles 10 plagas de Egipto.



La primera plaga consistió en que las aguas del Nilo se convirtieron en sangre, al ser tocadas por el bastón de Moisés. La segunda plaga fue una espantosa invasión de ranas por todas las casas. El faraón se asustó, pero apenas Moisés obtuvo que se acabara la plaga, ya no dejó salir al pueblo. La tercera, una nube inmensa de mosquitos que molestaban a todo el mundo. La cuarta, unos tábanos o abejones que picaban muy duro. La quinta plaga, una peste que mató el ganado. La sexta, úlceras por todo el cuerpo en la gente. La séptima plaga, una terrible granizada que destruyó los cultivos. La octava, las langostas que llegaron por millones y arrasaron con todo. La novena, tres días de tinieblas. Y la décima y más terrible, la muerte de todos los hijos mayores o primogénitos de las familias de Egipto. Ante esta calamidad, el faraón se asustó y dejó salir al pueblo de Israel.


Cuando el faraón asustado dio la orden de que los israelitas podían salir de Egipto donde estaban como esclavos, todos ellos se apresuraron a abandonar el país con sus animales y cuanto tenían dirigidos por Moisés. Pero al llegar al Mar Rojo vieron que el ejército egipcio venía a perseguirlos. Asustados clamaron a Dios y entonces el Señor mandó a Moisés que tocara con su bastón el mar. Inmediatamente se abrieron las aguas en dos grandes murallas y el pueblo pasó a pie por terreno seco hasta la otra orilla.




El ejército del faraón quiso pasar también, pero por orden de Dios, Moisés tocó otra vez con su bastón las aguas y éstas se cerraron y ahogaron a todo el ejército perseguidor. En ese día el pueblo aumentó su fe en Dios y creyó en Moisés su profeta.

En el desierto faltó el agua y el pueblo se moría de sed. Moisés, por orden del Señor, golpeó con su bastón una roca y de ella brotó una fuente de agua en la cual bebió todo el pueblo y bebieron sus ganados. La gente empezó a sufrir hambre y a protestar. Entonces Dios hizo llover del cielo un pan blanco y agradable. La gente al verlo decía:


"¿Maná?" (que en su idioma significa, ¿qué es ésto?)




Dios le dijo a Moisés:


"Éste es el pan con el cual los voy a alimentar mientras se encuentran en el desierto"


Y así durante 40 años el maná fue el alimento prodigioso que los libró de morirse de hambre. Moisés subió al Monte Sinaí y allí Dios le dio los Diez Mandamientos, escritos en dos tablas de piedra. Y prometió que quien los cumpla tendrá siempre sus bendiciones y su ayuda.




Moisés tuvo que sufrir mucho porque el pueblo era rebelde y muy inclinado al mal, pero Dios se le aparecía y hablaba con él como un amigo de mucha confianza. Inspirado por Nuestro Señor dio Moisés al pueblo unas leyes sumamente sabias, que fueron después muy útiles para conservarlos en las buenas costumbres y preservarlos en la fe. Cuando el pueblo pecaba y Dios se proponía castigarlo, Moisés oraba por el pueblo pecador y Dios los perdonaba. 

Cuando los enemigos venían a atacarlos, Moisés se iba al Monte a rezar. Mientras él rezaba con las manos levantadas triunfaba el ejército de Israel. Pero cuando Moisés dejaba de rezar, era derrotado el pueblo de Dios. Por eso entre dos hombres le tenían los brazos levantados para que no dejara de orar mientras duraba la batalla. Es que por ser tan amigo de Dios, conseguía de Él cuanto le pedía en la oración.




Dios lo hizo subir a un Monte desde donde pudo ver la Tierra Prometida. Y allí murió y lo enterraron los ángeles. Nunca más hubo otro hombre que hablara con Dios de tú a tú, como Moisés y que hiciera tantos milagros y prodigios. Hasta que llegó Nuestro Señor Jesucristo, nuevo Moisés, pero muchísimo más poderoso y santo que él, porque Jesús es a la vez Dios y hombre.

Memoria de San Moisés, profeta, a quien Dios eligió para liberar al pueblo oprimido en Egipto, y conducirlo a la tierra de promisión. También se le reveló en el monte Sinaí, diciéndole:


"Yo Soy el que Soy"


Y le propuso la ley para regir la vida del pueblo elegido. Murió lleno de días en el monte Nebo, en tierra de Moab, a las puertas de la tierra de promisión.

Moisés juntamente con Abraham son los dos personajes centrales del Antiguo Testamento. Es el libertador del pueblo elegido, y el mediador de la Alianza renovada en el Sinaí, y conforme a ella es el organizador de la teocracia hebrea. Los días del Éxodo habían quedado como los tiempos heroicos de la historia israelita, y el principal protagonista de las gestas, Moisés, quedó en la memoria de todas las generaciones como el amigo de Dios por excelencia.


Vida y milagros
de San Moisés Profeta




Salvado de las aguas. Criado junto al Faraón. Elegido para salvar a su pueblo. Instrumento de Dios en las plagas. Caudillo desde el Mar Rojo. Y ya en el desierto, el hombre de la Alianza: Amigo de Dios, padre del pueblo, legislador, juez, guerrero, libertador...

Es el hombre fuerte como un titán que se resiste a aceptar las debilidades de su pueblo. Dios permite su fracaso. Viendo ya la Tierra Prometida, muere con la esperanza incumplida de entrar en la tierra de Canaán.

El que extendió su mano en el mar y lo secó o hizo brotar agua de la roca en el desierto, o consiguió de Dios el maná y las codornices para quitar la hambruna, no disfruta su máximo proyecto humano: entrar en la Tierra de Promisión.

El sinsabor de la derrota humana es permitido por Dios para que reconozcamos nuestra flaqueza. El fracaso en lo humano marca la dependencia del Creador.


Los 10 Mandamientos
de la Ley de Dios


1° Amarás a Dios sobre todas las cosas. 
2° No tomarás el Nombre de Dios en vano. 
3° Santificarás el día del Señor. 
4° Honrarás a tu padre y a tu madre. 
5° No matarás. 
6° No cometerás actos impuros. 
7° No robarás. 
8° No levantarás falsos testimonios ni mentirás. 
9° No consentirás pensamientos ni deseos impuros. 
10° No codiciarás los bienes ajenos.




    Fuente - Texto tomado de EWTN.COM:
    https://www.ewtn.com/es/catolicismo/santos/moises-15021

    Fuente - Texto tomado de CATHOLIC.NET:

    Fuente - Texto tomado de SANTOPEDIA.COM:

    De la meditación de la muerte - Imitación de Cristo - Beato Tomás de Kempis

      



    1. Muy presto será contigo este negocio; mira cómo te has de componer. Hoy es el hombre y mañana no parece.

    En quitándolo de la vista, se va presto también de la memoria.

    ¡Oh torpeza y dureza del corazón humano, que solamente piensa en lo presente, sin cuidado de lo por venir!

    Así habías de conducirte en toda obra y pensamiento, como si hoy hubieses de morir.

    Si tuvieses buena conciencia, no temerías mucho la muerte.

    Mejor fuera evitar los pecados que huir de la muerte.

    Si no estás dispuesto hoy, ¿cómo lo estarás mañana?

    Mañana es día incierto; y ¿qué sabes si amanecerás mañana?

    2. ¿Qué aprovecha vivir mucho, cuando tan poco nos enmendamos? ¡Ah! La larga vida no siempre nos enmienda, antes muchas veces añade pecados.

    ¡Ojalá hubiéramos vivido un día bien en este mundo!

    Muchos cuentan los años de su conversión, pero muchas veces es poco el fruto de la enmienda.

    Si es temeroso el morir, puede ser que sea más peligroso el vivir mucho. Bienaventurado el que tiene siempre la hora de la muerte delante de sus ojos y se dispone cada día a morir.

    Si has visto alguna vez morir un hombre, piensa que por aquella carrera has de pasar.

    3. Cuando fuere de mañana, piensa que no llegarás a la noche, no te atrevas a prometer ver la mañana.

    Por eso está siempre prevenido, y vive de tal manera, que nunca te halle la muerte desapercibido.

    Muchos mueren de repente: porque en la hora que no se piensa vendrá el Hijo del hombre.

    Cuando viniere aquella hora postrera, de otra suerte comenzarás a sentir de toda tu vida pasada, y te dolerás mucho de haber sido tan negligente y perezoso.

    4. ¡Qué bienaventurado y prudente es el que vive de tal modo, cual desea le halle Dios en la hora de la muerte!

    El perfecto desprecio del mundo, el ardiente deseo de aprovechar en las virtudes, el amor de la austeridad, el trabajo de la penitencia, la prontitud de la obediencia, el renunciarse a sí mismo, la paciencia en toda adversidad por amor de nuestro Señor Jesucristo, gran confianza le darán de morir felizmente.

    Muchas cosas buenas podrías hacer mientras estás sano; pero cuando enfermo no sé qué podrás.

    5. No confíes en amigos, ni en vecinos, ni dilates para después tu salvación; porque más presto de lo que piensas estarás olvidado de los hombres.

    Mejor es ahora con tiempo prevenir algunas buenas obras que envíes adelante, que esperar en el socorro de otros.

    Si tú no eres solícito para ti ahora, ¿quién tendrá cuidado de ti después?

    Ahora es el tiempo muy precioso; ahora son los días de salud; ahora es el tiempo aceptable.

    Pero ¡ay dolor! que lo gastas sin aprovecharte, pudiendo en él ganar para vivir eternamente.

    Vendrá cuando desearás un día o una hora para enmendarte, y no sé si te será concedida.

    6. ¡Oh hermano! ¡De cuánto peligro te podrías librar, y de cuán grave espanto salir, si estuvieses siempre temeroso de la muerte y preparado para ella!

    Trata ahora de vivir de modo que en la hora de la muerte puedas más bien alegrarte que temer.

    Aprende ahora a morir al mundo, para que entonces comiences a vivir con Cristo.

    Aprende ahora a despreciarlo todo, para que entonces puedas libremente ir a Cristo.

    Castiga ahora tu cuerpo con penitencia, porque entonces puedas tener confianza cierta.

    7. ¡Oh necio! ¿Por qué piensas vivir mucho, no teniendo un día seguro?

    Cuántos que pensaban vivir mucho, se han engañado, y han sido separados del cuerpo cuando no lo esperaban!

    ¿Cuántas veces oíste contar que uno murió a cuchillo, otro se ahogó, otro cayó de alto y se quebró la cabeza, otro comiendo se quedo pasmado, a otro jugando le vino su fin?

    Uno murió con fuego, otro con hierro, otro de peste, otro pereció a manos de ladrones; y así la muerte es fenecimiento de todos, y la vida de los hombres se pasa como sombra rápidamente.

    8. ¿Quién se acordará de ti, y quién rogará por ti después de muerto?

    Haz ahora, hermano, lo que pudieres; que no sabes cuándo morirás, ni lo que acaecerá después de la muerte.

    Ahora que tienes tiempo, atesora riquezas inmortales.

    Nada pienses fuera de tu salvación, y cuida solamente de las cosas de Dios.

    Granjéate ahora amigos venerando a los Santos de Dios, e imitando sus obras, para que cuando salieres de esta vida te reciban en las moradas eternas.

    9. Trátate como huésped y peregrino sobre la tierra, a quien no le va nada en los negocios del mundo.

    Guarda tu corazón libre y levantado a Dios, porque aquí no tienes domicilio permanente.

    A El dirige tus oraciones y gemidos cada día con lágrimas, porque merezca tu espíritu, después de la muerte, pasar dichosamente al descanso del Señor.

    Amén.


    Fuente - Texto tomado de ENCUENTRA.COM:

    Jesús está atrayendo y llamando sutilmente a Elon Musk... ¿Aceptará su invitación?



    Elon Musk y su familia de 12 miembros DEBEN convertirse al catolicismo | He aquí por qué


    En la entrevista de Elon Musk con Jordan Peterson, este gigante tecnológico multimillonario dijo que había “prometido destruir el virus de la mente despierta” y habló con detalles desgarradores sobre cómo este “virus” había afectado a su familia.

    En este episodio de The John-Henry Westen Show, John-Henry envía un mensaje especial al propio Elon Musk:


    Que la única forma en que puede esperar destruir "el virus de la mente progresista" y asegurar justicia para su familia es convertirse a Cristo y hacerse católico.




    El cristianismo no es un conjunto de valores buenos que puedan ser buenos para la sociedad o admirados desde lejos. Los valores que Musk dice admirar solo tienen valor porque son verdaderos y solo pueden ser útiles si se cree en ellos.

    Aunque esto pueda sonar sorprendente para algunos, sólo la fe católica puede darle a Musk lo que necesita para entrar en el combate espiritual al que nos enfrentamos. Pero más que eso, sólo la fe católica y el propio Jesucristo pueden satisfacer las ambiciones más profundas y nobles del corazón de Musk, de las que ha hablado en muchas ocasiones.

    LifeSiteNews ora todos los días por la conversión de Musk, seguro de que si se somete a Cristo, entonces Cristo lo usará especialmente en el mundo que actualmente está en caída libre.


    Fuente - Texto tomado de LIFESITENEWS.COM:




    Soy “culturalmente cristiano”, dice Elon Musk en entrevista con Jordan Peterson


    Elon Musk y Jordan Peterson: Una Conversación Intensa sobre IA, Cristianismo y el «Virus Woke»


    AGOSTO 3 DE 2024 / 23:06


    (ZENIT Noticias / Washington, 03.08.2024).- Elon Musk se sentó con el renombrado psicólogo Jordan Peterson para una conversación de dos horas que rápidamente se volvió viral, alcanzando más de 18 millones de visitas en X apenas unas horas después de su publicación. La entrevista, realizada en la Gigafactory Texas y transmitida en The Daily Wire+, abarcó temas tan diversos como la inteligencia artificial, el cristianismo y los desafíos personales de Musk con su hijo transgénero. Uno de los momentos más impactantes de la entrevista fue cuando Musk habló sobre su hijo transgénero, Xavier, quien ahora se identifica como mujer. Musk describió la «atención que afirma el género» como «malvada» y la calificó de «mutilación y esterilización infantil». Compartió su experiencia personal, detallando cómo se sintió engañado para firmar documentos durante la transición de su hijo, debido a la confusión y el miedo al suicidio de su hijo exacerbados por la pandemia de COVID-19.

    «Me engañaron para que hiciera esto. No me explicaron que los bloqueadores de la pubertad son en realidad medicamentos esterilizantes. Perdí a mi hijo, básicamente. Lo llaman ‘deadnaming’ por una razón. La razón es porque su hijo está muerto, por lo que mi hijo, Xavier, está muerto, asesinado por el virus de la mente progresista», afirmó Musk, generando un gran debate en las redes sociales. En cuanto a la religión, Musk se declaró no religioso pero expresó su respeto por los principios del cristianismo. «Creo que las enseñanzas de Jesús son buenas y sabias», comentó, destacando la importancia del perdón. «Esta noción del perdón es esencial. Si no perdonas, todos se quedan ciegos. Por eso soy un gran creyente en los principios del cristianismo», añadió, identificándose como un «cristiano cultural». La conversación también abordó los peligros de la inteligencia artificial, un tema que Musk ha discutido extensamente en el pasado. Reveló sus preocupaciones surgidas tras una conversación con Larry Page, ex director ejecutivo de Google. «Me llamó especista. Soy un especista que defiende a los humanos en lugar de las máquinas. La opinión de Larry es que todos cargaremos nuestras mentes en la computadora y seremos robots», explicó Musk. «Es una locura no ser pro-humano. Si los humanos no van a estar en el equipo humano, ¿quién lo estará? Esa fue la gota que colmó el vaso. Pensé que realmente necesitamos una nueva empresa de inteligencia artificial para que haya un contrapeso a Google», concluyó, subrayando la necesidad de equilibrar el desarrollo tecnológico con la protección de la humanidad.

    La entrevista entre Musk y Peterson no solo capturó la atención por la profundidad de los temas tratados, sino también por la franqueza de Musk al abordar cuestiones personales y controversiales. Desde su postura sobre la identidad de género hasta sus reflexiones sobre la IA y el cristianismo, Musk ofreció una visión multifacética que ha generado intensos debates y reflexiones.


    Fuente - Texto tomado de ES.ZENIT.ORG: