miércoles, 8 de marzo de 2023

Santa Francisca Romana - Viuda y Religiosa - Fiesta Marzo 9

  



Nació en Roma el año 1384. Se casó muy joven (1396) con Lorenzo de Ponziani de quien tuvo tres hijos. En sus 40 años de matrimonio dio ejemplo de esposa fiel y devoción a sus responsabilidades domésticas. Soportó muchas pruebas severas, entre ellas la muerte de sus hijos y la confiscación de sus tierras. En la dura época que le tocó vivir repartió sus bienes entre los pobres, atendió a los enfermos y desempeñó una admirable actividad con los necesitados, destacando, sobre todo, por su humildad y paciencia. Instituyó en el 1425 la Congregación de Oblatas de Tor de'Specci, bajo la regla de San Benito. Murió el año 1440. Unos meses después de su muerte, durante la apertura de su tumba en Roma, se descubrió que su hermoso cuerpo había permanecido incorrupto, y que exhalaba, además, un perfume que resultaba conocido a aquellos que habían tratado con ella. Fue canonizada en 1608. En la iconografía se la presenta en hábito negro, velo blanco, con una cesta de comida en la mano y acompañada por su ángel custodio.




La biografía de Santa Francisca fue escrita por el Padre John Matteotti, su confesor por los últimos 10 años de su vida. Contiene visiones y revelaciones sobre su Ángel Guardián, a quien ella tenía gran devoción y podía ver desde pequeña caminar a su lado y guiarla.


Francisca y su Compañía Angélica
Las Actas de Canonización de Santa Francisca Romana, año 1608


Cuando pequeña, Santa Francisca tuvo la fortuna de ver a su Ángel de la Guarda, que velaba por ella día y noche. Jamás la dejó un solo instante, y en ocasiones, como favor especial, le permitía ver el esplendor de su figura. Ella lo describe así:


"Era de una belleza increíble, con un cutis más blanco que la nieve y un rubor que superaba el arrebol de las rosas. Sus ojos, siempre abiertos tornados hacia el cielo, el largo cabello ensortijado tenía el color del oro bruñido. Su túnica llegaba al suelo y era de un blanco algo azulado y, otras veces, con destellos rojizos. Era tal la irradiación luminosa que emanaba de su rostro, que podía leer maitines en plena media noche"


En una ocasión, el escéptico padre de Francisca la requirió el honor de ser presentado a esta criatura "imaginaria". Dicho y hecho. Ella tomó al Ángel de la mano, y uniéndola a la de su padre, los presentó, pudiendo el último verlo y así no volver a dudar.


La paciencia y caridad
de Santa Francisca
De la vida la santa, escrita por María Magdalena Anguillaria,
superiora de las Oblatas de Tor de'Specci,
(Caps. 6-7: Acta Sanctorum Martii 2, *188-*189)


Dios probó la paciencia de Francisca no sólo en su fortuna, sino también en su mismo cuerpo, haciéndola experimentar largas y graves enfermedades, como se ha dicho antes y se dirá luego. Sin embargo, no se pudo observar en ella ningún acto de impaciencia, ni mostró el menor signo de desagrado por la torpeza con que a veces la atendían. 

Francisca manifestó su entereza en la muerte prematura de sus hijos, a los que amaba tiernamente; siempre aceptó con serenidad la voluntad de Dios, dando gracias por todo lo que le acontecía. Con la misma paciencia soportaba a los que la criticaban, calumniaban y hablaban mal de su forma de vivir. Nunca se advirtió en ella ni el más leve indicio de aversión respecto de aquellas personas que hablaban mal de ella y de sus asuntos; al contrario, devolviendo bien por mal, rogaba a Dios continuamente por dichas personas.

Y ya que Dios no la había elegido para que se preocupara exclusivamente de su santificación, sino para que emplease los dones que Él le había concedido para la salud espiritual y corporal del prójimo, la había dotado de tal bondad que, a quien le acontecía ponerse en contacto con ella, se sentía inmediatamente cautivado por su amor y su estima, y se hacía dócil a todas sus indicaciones. Es que, por el poder de Dios, sus palabras poseían tal eficacia que con una breve exhortación consolaba a los afligidos y desconsolados, tranquilizaba a los desasosegados, calmaba a los iracundos, reconciliaba a los enemigos, extinguía odios y rencores inveterados, en una palabra, moderaba las pasiones de los hombres y las orientaba hacia su recto fin. Por ésto todo el mundo recurría a Francisca como a un asilo seguro, y todos encontraban consuelo, aunque reprendía severamente a los pecadores y censuraba sin timidez a los que habían ofendido o eran ingratos a Dios.




Francisca, entre las diversas enfermedades mortales y pestes que abundaban en Roma, despreciando todo peligro de contagio, ejercitaba su misericordia con todos los desgraciados y todos los que necesitaban ayuda de los demás. Fácilmente los encontraba; en primer lugar les incitaba a la expiación uniendo sus padecimientos a los de Cristo, después les atendía con todo cuidado, exhortándoles amorosamente a que aceptasen gustosos todas las incomodidades como venidas de la mano de Dios, y a que las soportasen por el amor de Aquel que había sufrido tanto por ellos. Francisca no se contentaba con atender a los enfermos que podía recoger en su casa, sino que los buscaba en sus chozas y hospitales públicos. Allí calmaba su sed, arreglaba sus camas y curaba sus úlceras con tanto mayor cuidado cuanto más fétidas o repugnantes eran.

Acostumbraba también a ir al hospital de Camposanto y allí distribuía entre los más necesitados alimentos y delicados manjares. Cuando volvía a casa, llevaba consigo los harapos y los paños sucios y los lavaba cuidadosamente y planchaba con esmero, colocándolos entre aromas, como si fueran a servir para su mismo Señor. Durante 30 años desempeñó Francisca este servicio a los enfermos, es decir, mientras vivió en casa de su marido, y también durante este tiempo realizaba frecuentes visitas a los hospitales de Santa María, de Santa Cecilia en el Trastévere, del Espíritu Santo y de Camposanto. Y, como durante este tiempo en el que abundaban las enfermedades contagiosas, era muy difícil encontrar no sólo médicos que curasen los cuerpos, sino también sacerdotes que se preocupasen de lo necesario para el alma, ella misma los buscaba y los llevaba a los enfermos que ya estaban preparados para recibir la penitencia y la eucaristía. Para poder actuar con más libertad, ella misma retribuía de su propio peculio a aquellos sacerdotes que atendían en los hospitales a los enfermos que ella les indicaba.


Fuente - Texto tomado CORAZONES.ORG:

REFLEXIÓN - MUJER



¿Quién es una "verdadera mujer"?




- Hija (obediente a Dios Padre y a sus padres terrenales Santa Ana y San Joaquín)



- Corredentora

- Mediadora

- Abogada

Fiel servidora de Dios y Nuestra Madre amorosa que nos busca, nos protege y nos cuida, para llevarnos junto a su Divino Hijo Jesús, y disfrutar de su Dulce Compañía en el Reino de los Cielos.


Yo no puedo seguir los grupos inmundos, que nos impone la sociedad diabólica de consumo y de medios de comunicación...


Yo no alabo, ni sigo estos grupos de "mujeres degeneradas y grotescas" de la actualidad:


- Mujeres pornográficas: que les gusta ver videos, practicar actos sexuales aberrantes e indignos a la naturaleza creada por Dios. Que venden o exponen sus cuerpos a todas las "bajezas más ruines", con tal de conseguir dinero y "ostentar lujos, viajes, joyas". Y sobresalir en este mundo terrenal.




- Mujeres bisexuales o lesbianas: que se revuelcan con mujeres, con hombres o animales. La forma rastrera satánica contraria a los preceptos y Mandamientos de Dios.

- Mujeres viciosas: adictas al sexo, drogas, alcohol y otras sustancias perjudiciales para su salud.

- Mujeres exhibicionistas: que usan modas o vestuario indecente, que buscan ser aceptadas y llamar la atención de los demás con sus vestimentas estrafalarias, y son provocativas con sus atuendos para hacer pecar a hombres y mujeres. Este es uno de los pecados que más gravemente ofenden a Dios, tal como lo dijo la Santísima Virgen María en Fátima, y que le transmitió a Santa Jacinta Marto.




- Mujeres inhumanas: que apoyan el "aborto" y la "eutanasia".




- Mujeres irresponsables: aquellas mujeres que no crían o educan a sus propios hijos. Igualmente, descuidan a sus propios padres o familiares, sin brindarles el amor, los cuidados o protección necesarias.

- Mujeres "con cuerpos prefabricados": que se hacen múltiples cirugías plásticas, se inyectan sustancias con el fin de remodelar sus cuerpos, para competir con otras mujeres y sobresalir. O peor aún, para utilizar sus propios cuerpos en el frenesí erótico y morboso del "desenfreno sexual y bestial" con hombres, mujeres o animales.

- Mujeres materialistas: en el consumismo, en la avaricia, en los lujos, viajes, joyas y todo tipo de riquezas. O que buscan enriquecerse a costa de sus propios familiares. Y aún sabiendo, que pueden tener familiares pobres, no les ayudan ni permiten que los demás les ayuden.

- Mujeres perversas: que practican ritos de brujería, consultan horóscopos, visitan chamanes o brujas y contratan hechizos contra sus propios familiares o amigos, para causarles daño o hasta la muerte. Como también para robar esposos o maridos ajenos, legalmente casados o con hijos.

- Mujeres vandálicas: que ante cualquier tipo de protesta o manifestación, salen a las calles para destruir o provocar daños en los bienes ajenos. Y peor aún, a los templos de la Iglesia Católica, y desnudan sus cuerpos para ofender gravemente a Dios, a la Santísima Virgen María y a todos los santos.


Por todo lo anterior:


#DíaDeLaMujer


#NoALasMarchasFeministas


Las #MarchasFeministas #NoMeRepresentan


#8DeMarzo #March8th


Recemos a la #VirgenMaría a Nuestra Madre y #Mujer más digna y poderosa intercesora ante #Dios:


Padrenuestro
Avemaría
Gloria
Amén


Cuídanos y protégenos...




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