martes, 4 de julio de 2023

DESTRUCCIÓN DE SODOMA Y GOMORRA - Del Libro del Antiguo Testamento - Lectura del Génesis 19, 1-38



CAPÍTULO XIX


Nefanda disolución de los sodomitas, los cuales son todos abrasados con fuego del cielo; de él libertan a Lot los dos ángeles, sus huéspedes. Castigo de la mujer de Lot; incesto; incesto de éste con sus dos hijas.


1. Entretanto los dos ángeles llegaron al caer de la tarde a Sodoma, y al tiempo que Lot estaba sentado a la puerta de la ciudad. El cual luego que los vio, se levantó y salióles al encuentro, y los adoró inclinándose hacia el suelo.


2. Y dijo:


"Ruégoos, señores, que vengáis a la casa de vuestro siervo, y os hospedéis en ella; lavaréis vuestros pies, y de madrugada proseguiréis vuestro viaje".


Ellos respondieron:


"No, pues nos quedaremos a descansar en la plaza"


3. A puras instancias en fin los obligó a que se encaminasen a su casa; y entrados que fueron en ella, les dispuso un banquete, y coció panes sin levadura, y cenaron.


4. Pero antes de que se fuesen a acostar, cercaron la casa los vecinos de la ciudad, todo el pueblo junto, desde el más muchacho hasta el más viejo.


5. Y llamando a Lot, le dijeron:


"¿En dónde están aquellos hombres que al anochecer entraron en tu casa? Sácalos acá fuera, para que los conozcamos".


6. Salió a ellos Lot, y cerrando tras sí la puerta, díjoles:


7. "No queráis, os ruego, hermanos míos, no queráis cometer esta maldad".


8. "Dos hijas tengo, que todavía son doncellas: éstas os las sacaré afuera, y haced de ellas lo que gustareis, con tal que no hagáis mal alguno a estos hombres, ya que se acogieron a la sombra de mi techo".


9. Mas ellos respondieron:


"Quita allá".


Y aún añadieron:


"Viniste poco a vivir entre nosotros como extranjero, ¿y quieres ya gobernar?; pues a ti te trataremos peor que a ellos".


Y forcejeaban contra Lot con grandísima violencia: y ya estaban a punto de forzar la puerta.


10. Cuando he aquí que los huéspedes alargaron la mano, y metieron a Lot dentro y cerraron otra vez la puerta.


11. Y a los de afuera, del menor hasta el mayor, hirieron de una especie de ceguera, que no pudieron atinar más con la puerta.


12. Enseguida dijeron a Lot:


"¿Tienes aquí alguno de los tuyos?: yerno, hijos, o hijas, a todos los tuyos sácalos de esta ciudad".


13. "Porque vamos a arrasar este lugar, por cuanto el clamor contra las maldades de estos pueblos ha subido de punto en la presencia del Señor, el cual nos ha enviado a exterminarlos".


14. Salió, pues, Lot, y habló a sus yernos que habían de casarse con sus hijas, y dijo:


"Levantaos, y salid de este lugar: porque va el Señor a asolar esta ciudad".


Mas a ellos les pareció que hablaba como chanceándose y no quisieron salir.


15. Y al apuntar el alba, metíanle prisa los ángeles, diciendo:


"Apresúrate, toma a tu mujer, y las dos hijas que tienes: no sea que tú también perezcas en la ruina de esta ciudad malvada".


16. Viendo que se entretenía, le agarraron de la mano a él, a su mujer, y a sus dos hijas, pues el Señor quería salvarle.


17. Y sacáronle, y le pusieron fuera de la ciudad; y allí le dijeron estas palabras:


"Salva tu vida; no mires hacia atrás, ni te pares en toda la región circunvecina; sino ponte a salvo en el monte, no sea que también tú perezcas juntamente con los otros".


18. Díjoles Lot:


"Ruégote, Señor mío..."


19. "...pues que tu siervo ha encontrado gracia en tus ojos, y has mostrado conmigo tan gran misericordia, poniendo en salvo mi vida, ya que no puedo arribar al monte, antes que quizá me alcance el azote, y muera:"


20. "... Ahí cerca está una ciudad pequeña, donde podré refugiarme, y en ella me salvaré. ¿No es ella de poca monta, y no estará allá segura mi vida?"


21. Respondióle el ángel:


"Mira, aún en esto te otorgo la súplica; no destruiré la ciudad por la cual me has hablado".


22. "Date prisa, y sálvate allí: pues nada podré hacer hasta que tú te pongas en cobro dentro de ella. Por esta razón se dio a la dicha ciudad el nombre de Segor".


23. Al rayar el sol sobre la tierra, entró Lot en Segor.


24. Entonces el Señor llovió del cielo sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego por virtud del Señor.


25. Y arrasó estas ciudades, y todo el país confinante, los moradores todos de las ciudades, y todas las verdes campiñas del territorio.


26. La mujer empero de Lot volviéndose a mirar hacia atrás, quedó convertida en estatua de sal.


27. Mas Abrahán, yendo muy de mañana al sitio en donde antes había estado con el Señor.


28. Se puso a mirar hacia Sodoma y Gomorra, y todo el terreno de aquella región; y vio levantarse de la tierra pavesas ardientes así como la humareda de un horno o calera.


29. Así, pues, que determinó Dios acabar con las ciudades de aquel país, se acordó de Abrahán, y por su respeto libró a Lot de la ruina de las ciudades en que había morado.


30. Temeroso Lot se retiró de Segor, y fue con sus dos hijas a refugiarse en el monte (pues no se daba por seguro en Segor) y se quedó en una cueva así él, como sus dos hijas.


31. Entonces dijo la mayor a la menor:


"Nuestro padre es viejo, y no ha quedado en la tierra ni un hombre que pueda casarse con nosotras según se acostumbra en todos los países".


32. "Ven, y emborrachémosle con vino y durmamos con él, a fin de poder conservar el linaje, por medio de nuestro padre".


33. Con eso le dieron a beber vino aquella noche; y la mayor se acostó y durmió con su padre; pero él no sintió, ni cuando se acostó su hija, ni cuando se levantó.


34. Así mismo al día siguiente dijo la mayor a la menor:


"Ya sabes que yo dormí ayer con mi padre, démosle también a beber vino esta noche, y dormirás tú con él para que conservemos la sucesión de nuestro padre".


35. Dieron, pues, del mismo modo a su padre a beber vino aquella noche, y acostada la hija menor, durmió con él, y ni tampoco entonces sintió cuándo ella se había acostado, o cuándo se había levantado.


36. Y sucedió que las dos hijas de Lot concibieron de su padre.


37. A su tiempo la mayor parió un hijo, y llamó su nombre Moab: este es el padre de los moabitas que subsisten hasta hoy.


38. La menor también parió un hijo, y púsole por nombre Amón, esto es hijo del pueblo mío: el cual es el padre de los amonitas que subsisten hasta el día de hoy.