miércoles, 12 de mayo de 2021

Solemnidad La Ascensión del Señor - Fiesta Mayo 13 de 2021 - Se celebra Domingo Mayo 16 de 2021




Después de su Pasión y Muerte, Jesús se presentó a los apóstoles que había elegido, dándoles muchas pruebas de que vivía, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca de lo referente al Reino de Dios. Les prometió que serían bautizados en el Espíritu Santo:




"Recibiréis -les dijo- la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra"


Y entre las muchas instrucciones que les fue dando, San Mateo recuerda que les habló así:




"Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que Yo os he mandado. Y he aquí que Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo"


Por último, a los cuarenta días de su Resurrección, el Señor Jesús llevó a sus discípulos fuera de Jerusalén, a la cima del Monte de Los Olivos, cerca de Betania, y, alzando sus manos, los bendijo. Y sucedió que, mientras los bendecía, se separó de ellos, fue elevado al cielo, una nube lo ocultó a sus ojos, y se sentó a la diestra de Dios.




Estando ellos mirando fijamente al cielo mientras Jesús se iba, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco que les dijeron:


"Galileos, ¿qué hacéis ahí mirando al cielo? Éste que os ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá así tal como le habéis visto subir al cielo"


Entonces se volvieron con gran gozo a Jerusalén y perseveraban todos constantes en la oración, con un mismo espíritu, en compañía de María, la Madre de Jesús.


¡Qué diferencia entre
la escena del Calvario
y ésta de la Ascensión! 




Pero aquélla era necesaria para llegar a ésta, pasando por la Resurrección. Son pasos fuertes de la vida de Cristo, que deben serlo también de la nuestra, no tanto en su cronología cuanto en su dimensión de factores y perspectivas de nuestro caminar cotidiano: morir con Cristo día a día a nuestro hombre viejo, para que crezca en nosotros nuestra nueva condición de hijos de Dios, lanzados hacia la casa del Padre por el camino que Jesús nos abrió.

A los discípulos, el acontecimiento debió dejarles un sabor agridulce:

  • De gozo y alegría por el triunfo del Señor, que ahora volvía al seno de la Trinidad, pero como Verbo Encarnado, hombre como nosotros, para interceder por nosotros.
  • Y de pena y tristeza por lo que tenía de despedida y separación. Además, Jesús les había prometido el Espíritu, y ellos tenían que prepararse a recibirlo permaneciendo unidos y constantes en la oración.

El deseo y la esperanza de que esa promesa se cumpliera se volvían más vivos y ardientes en su ánimo al recordar la misión que Jesús les había encomendado:




"Como el Padre me envió, así os envío Yo... Seréis mis testigos hasta los confines de la tierra... Id, evangelizad y bautizad a todas las gentes..."


¿Cómo ser fieles al Señor
y no defraudarle?


La respuesta no tiene otro punto de partida:


La perseverancia en la oración
y la gracia del Espíritu Santo




Ciertos acontecimientos de los hijos causan en sus madres sentimientos de satisfacción y pesadumbre a la vez, por lo que significan de logro y mejora, y de ausencia y distanciamiento. María, después de lo que sufrió al pie de la cruz, tuvo que gozar lo indecible al ver a su Hijo resucitado y al presenciar su gloriosa Ascensión a los cielos, para sentarse a la derecha del Padre, con el cuerpo que había recibido de su seno maternal; pero el triunfo del Hijo significaba también la separación y ausencia física, que no podían suplir ni los desvelos de ella hacia los discípulos ni las atenciones de éstos, y en particular de San Juan, hacia ella. Una vez más, la Virgen vivió la situación inmersa en un clima de plena confianza en Dios y de absoluto abandono a su voluntad, para secundar en todo sus designios.




A los 40 días después de la Resurrección habiendo instruido a sus Apóstoles sobre la nobilísima misión de establecer el Reino de Dios en el mundo. Jesús iba a subir al cielo, donde le esperaban las glorias celestiales. Bendijo a su querida Madre, a los Apóstoles y discípulos y se despidió de ellos. Una nube lo ocultó de sus miradas. Le acompañaban innumerables espíritus, los primeros frutos de la redención, que Él había sacado del Limbo. Las jerarquías angélicas salían al encuentro del Salvador del mundo.

Al situarse junto al Padre, toda la corte celestial entonó un himno glorioso de alabanza, como el que oyó Juan en sus visiones:




"Digno es el Cordero, que ha sido degollado, de recibir el poder y la riqueza, la sabiduría y la fuerza, la honra, la gloria y la alabanza" (Ap. 5, 12)


Jesús entró en los cielos para tomar posesión de su gloria. Mientras estaba en la tierra, gustaba siempre de la visión de Dios; pero únicamente en la Transfiguración se manifestó la gloria de su Humanidad Sacratísima, que, por la Ascensión, se colocó al lado del Padre celestial y quedó ensalzada sobre toda criatura humana. La noche antes de morir oraba Jesús al Padre diciendo:




"Te he glorificado en la tierra, cumpliendo la obra que me habías encargado. Ahora tú, Padre, dame junto a Ti la misma Gloria que tenía a tu lado desde antes que comenzara el mundo" (Juan 17, 4)


Por estar unida al Verbo Divino, que es la segunda persona de la Santísima Trinidad, la Humanidad de Jesús disfruta del derecho a la gloria eterna. Comparte con el Padre la infinita felicidad y poder de Dios. Justa recompensa por todo lo que hizo y mereció en la tierra. Humanidad elevada al Cielo por encima de toda criatura, porque en la tierra por debajo de todo se humilló. Cuando acabe la lucha en esta vida, Jesús nos dará la gracia de compartir eternamente el gozo de su victoria.




Jesús subió a los cielos para ser nuestro Mediador ante el Padre. Allí está intercediendo por nosotros. Subió para rendir cuentas al Padre celestial de la gran obra que había acabado en la tierra. La Iglesia nació, la gracia brota en abundancia de su Cruz en el Calvario y se distribuye por los Sacramentos, la duda de justicia es pagada, la muerte y el infierno son vencidos, el Cielo es abierto y el hombre es puesto en el camino de salvación, Jesús merecía este glorioso recibimiento, al regresar a su hogar.

La Ascensión, además, es garantía de nuestra propia subida al Cielo, después del Juicio de Dios. Fue a prepararnos sitio en su Reino y prometió volver a llevarnos con Él.


Lectura del Libro de los Hechos de los Apóstoles 1, 1-11




1. He hablado en mi primer libro, ¡oh Teófilo!, de todo lo más notable que hizo y enseñó Jesús, desde su principio.

2. Hasta el día en que fue recibido en el cielo, después de haber instruido por el Espíritu Santo a los apóstoles, que Él había escogido.

3. A los cuales se había manifestado también después de su pasión, dándoles muchas pruebas de que vivía, apareciéndoseles en el espacio de cuarenta días, y hablándoles de las cosas tocantes al reino de Dios.

4. Y por último, comiendo con ellos, les mandó que no partiesen de Jerusalén, sino que esperasen el cumplimiento de la promesa del Padre, la cual, dijo:


"Oísteis de mi boca:

5. Y es, que Juan bautizó con el agua, mas vosotros habéis de ser bautizados, o bañados, en el Espíritu Santo dentro de pocos días.


6. Entonces los que se hallaban presentes, le hicieron esta pregunta:


"Señor, ¿sí será éste el tiempo en que has de restituir el reino a Israel?"


7. A lo cual respondió Jesús:


"No os corresponde a vosotros el saber los tiempos y momentos que tiene el Padre reservados a su poder soberano.




8. Recibiréis, sí, la virtud del Espíritu Santo, que descenderá sobre vosotros, y me serviréis de testigos en Jerusalén, y en toda la Judea, y Samaria, y hasta el cabo del mundo"


9. Dicho ésto, se fue elevando a vista de ellos por los aires, hasta que una nube le encubrió a sus ojos.

10. Y estando atentos a mirar cómo iba subiéndose al cielo, he aquí que aparecieron cerca de ellos dos personajes con vestiduras blancas.

11. Los cuales les dijeron:


"Varones de Galilea, ¿por qué estáis ahí parados mirando al cielo?  Este Jesús, que separándose de vosotros se ha subido al cielo, vendrá de la misma suerte que le acabáis de ver subir allá".


Palabra de Dios
Gloria a Ti, Señor Jesús


Fuente - Texto tomado de EWTN:

Nuestra Señora de Fátima - Apariciones - Mensaje - Secretos - Fiesta Mayo 13

Apariciones y Mensaje
de la Virgen de Fátima




Primera Aparición
13 de mayo de 1917




Según las descripciones de la Hermana Lucía, era “una Señora vestida toda de blanco, más brillante que el sol, irradiando una luz más clara e intensa que un vaso de cristal lleno de agua cristalina, atravesado por los rayos del sol más ardiente. Su Semblante era de una belleza indescriptible, ni triste ni alegre, sino seria, tal vez con una suave expresión de ligera censura”. ¿Cómo describir con detalle sus trazos? ¿De qué color eran sus ojos y los cabellos de esa figura celestial? ¡Lucía nunca lo supo con certeza!




La Hermana Lucía continúa diciendo: “El vestido más blanco que la propia nieve, parecía tejido de luz. Tenía las mangas relativamente estrechas y el cuello cerrado, llegando hasta los pies que envueltos por una tenue nube, apenas se veían rozando la copa de la encina. La túnica era blanca, y un manto también blanco, con bordes de oro, del mismo largo que el vestido, le cubría casi todo el cuerpo.




Tenía las manos puestas en actitud de oración, apoyadas en el pecho, y de la derecha pendía un lindo rosario de cuentas brillantes como perlas, con una pequeña cruz de vivísima luz plateada. Como único adorno, un fino collar de oro reluciente, colgando sobre el pecho y rematado casi a la altura de la cintura, por una pequeña esfera del mismo metal”.




“Estábamos tan cerca, que quedábamos dentro de la luz que la cercaba, o que irradiaba. Tal vez a un metro y medio de distancia, más o menos. Entonces, Nuestra Señora nos dijo:


"No tengáis miedo, no os haré mal"


- ¿De dónde es Vuestra Merced? Le pregunté.


"Soy del Cielo"


- ¿Y qué quiere de mí Vuestra Merced?


"Vengo a pediros que volváis aquí durante seis meses seguidos, los días 13 y a esta misma hora. Después os diré quién soy y lo que quiero. Y volveré aquí aún una séptima vez"


- ¿Y yo también voy a ir al Cielo?


"Sí, vas"


- ¿Y Jacinta?


"También"


- ¿Y Francisco?


"También, pero tiene que rezar muchos Rosarios"




Me acordé entonces de preguntar por dos niñas que habían muerto hacía poco. Eran amigas mías y frecuentaban mi casa para aprender a tejer con mi hermana mayor.

- ¿María de las Nieves ya está en el Cielo?


"Sí, está"


- ¿Y Amalia?


"Estará en el Purgatorio hasta el fin del mundo. ¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que os quiera enviar, en reparación por los pecados con que Él es ofendido, y en súplica por la conversión de los pecadores?"


- Sí, queremos.


"Váis pues, a tener mucho que sufrir, pero la gracia de Dios será vuestro consuelo"




Fue al pronunciar estas últimas palabras (“la gracia de Dios”, etc.), cuando abrió las manos por primera vez, comunicándonos una luz tan intensa, como el reflejo que de ellas procedía, que, penetrándonos en el pecho y en lo más íntimo del alma, hacía vernos a nosotros mismos en Dios, que era esa luz, más claramente que como nosotros vemos en el mejor de los espejos. Entonces, por un impulso interior, también comunicado, caímos de rodillas y repetimos interiormente:


"Oh, Santísima Trinidad, yo te adoro. Dios mío, Dios mío, yo te amo en el Santísimo Sacramento"


Pasados los primeros momentos, Nuestra Señora añadió:




"Rezad el Rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra"


Enseguida comenzó a elevarse serenamente, subiendo en dirección al naciente, hasta desaparecer en la inmensidad de la distancia. La luz que la circundaba iba abriendo un camino en la oscuridad de los astros, motivo por el cual alguna vez dijimos que vimos abrirse el Cielo”.


Segunda Aparición
13 de junio de 1917


La Hermana Lucía describe así lo sucedido en aquella segunda aparición:

“Después de rezar el Rosario con Jacinta y Francisco, y las demás personas que estaban presentes, vimos de nuevo el reflejo de la luz que se aproximaba (lo que llamábamos relámpago); y, enseguida, a Nuestra Señora sobre la encina, igual (que en la aparición) de mayo.




- ¿Qué quiere Vuestra Merced de mí? Pregunté.


"Quiero que vengáis aquí el día 13 del mes que viene, que recéis el Rosario todos los días, y que aprendáis a leer. Después diré lo que quiero"


Lucía pide la curación de un enfermo.


"Si se convierte, se curará en el transcurso del año"


- Quería pedirle que nos llevara al Cielo.


"Sí, a Jacinta y a Francisco los llevaré en breve. Pero tú te quedarás aquí algún tiempo más. Jesús quiere servirse de ti para hacerme conocer y amar. Él quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. A quien la abrace, le prometo la salvación; y serán amadas de Dios estas almas, como flores puestas por mí para adornar su trono"


- ¿Y me quedo aquí sola?


"No, hija. ¿Y tú sufres mucho con eso? No te desanimes. Nunca te dejaré. Mi inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te conducirá a Dios"




Al decir estas últimas palabras, abrió las manos y nos comunicó, por segunda vez, el reflejo de aquella luz tan intensa. En ella nos veíamos como sumergidos en Dios. Francisco y Jacinta parecían estar en la parte que se elevaba hacia el Cielo y yo en la que se esparcía por la tierra. Delante de la mano derecha de la Santísima Virgen había un Corazón rodeado de espinas que parecían clavárseles por todas partes. Comprendimos que era el Inmaculado Corazón de María, ultrajado por los pecados de los hombres, que pedía reparación”.


Tercera Aparición
13 de julio de 1917


Es la Hermana Lucía quien nos narra de esta manera lo que sucedió en esta tercera aparición:

“Vimos el reflejo de la luz como de costumbre y, enseguida, a Nuestra Señora sobre la pequeña encina.




- ¿Qué quiere Vuestra Merced de mí? Pregunté.


"Quiero que vengáis el 13 del mes que viene, y que continuéis rezando el Rosario todos los días en honor de Nuestra Señora del Rosario, para obtener la paz del mundo y el fin de la guerra, porque sólo Ella los podrá socorrer"


- Quería pedirle que nos dijera quién es y que hiciera un milagro con el que todos crean que Vuestra Merced se nos aparece.


"Continuad viniendo aquí todos los meses. En octubre diré quién soy y lo que quiero, y haré un milagro que todos han de ver, para que crean"


Entonces hice algunos pedidos (de parte de varias personas). Nuestra Señora dijo que era necesario que rezasen el Rosario para alcanzar las gracias durante el año. Y continuó diciendo:


"Sacrificaos por los pecadores y decid muchas veces, sobre todo cuando hagáis algún sacrificio:




¡Oh! Jesús, es por vuestro amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María”


Primera parte del Secreto




“Al decir estas últimas palabras –narra la Hermana Lucía- abrió de nuevo las manos como en los dos meses anteriores. El reflejo (de los rayos de luz) pareció penetrar la tierra, y vimos como un mar de fuego y, sumergidos en ese fuego, a los demonios y las almas como si fuesen brasas transparentes y negras o bronceadas, con forma humana, que flotaban en el incendio llevados por las llamas que de ellas mismas salían juntamente con nubes de humo, cayendo hacia todos los lados –semejante al caer de las chispas en los grandes incendios- sin peso ni equilibrio, entre gritos y gemidos de dolor y desesperación que horrorizaban y hacían estremecer de pavor (debe haber sido ante esta visión que solté aquel “ay”, que dicen haberme oído exclamar). Los demonios se distinguían por formas horribles y asquerosas de animales espantosos y desconocidos, pero transparentes como negros carbones en brasa”.


Segunda parte del Secreto


“Asustados y como pidiendo socorro, levantamos los ojos hacia Nuestra Señora, que nos dijo con bondad y tristeza:


"Visteis el Infierno, a donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si hacen lo que yo os diga, se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra va a terminar. Pero, si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra peor. Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y de persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre.




Para impedirlo, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión reparadora en los primeros sábados. Si atienden mis pedidos, Rusia se convertirá y tendrán paz. Si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas. Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz. En Portugal se conservará siempre el dogma de la fe, etc.


Se siguió un instante de silencio, y pregunté:


- ¿Vuestra Merced no quiere nada más de mí?


"No, hoy no quiero nada más de ti"


Y como de costumbre, comenzó a elevarse en dirección al este, desapareciendo en la inmensa lejanía del firmamento”.


Tercera parte del Secreto


He aquí el texto, redactado en 1.944 por la Hermana Lucía:

“Hemos visto al lado izquierdo de Nuestra Señora un poco más en lo alto a un Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centellando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él, el Ángel señalando la tierra con su mano derecha, dijo con fuerte voz:


"¡Penitencia,
Penitencia,
Penitencia!"


Y vimos en una inmensa luz que es Dios: “algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan ante él” a un Obispo vestido de Blanco “hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre”.




También a otros Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la corteza: el Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas; y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones.

Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Ángeles cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en las cuales recogían la sangre de los Mártires y regaban con ella las almas que se acercaban a Dios”.




La Santísima Virgen retomó la palabra:


“Esto no se lo digáis a nadie. A Francisco si podéis decírselo. Cuando rezareis el Rosario, decid después de cada misterio:


¡Oh Jesús Mío! Perdonadnos, libradnos del fuego del Infierno, llevad todas las almas para el Cielo, principalmente aquellas que más lo necesitan”


Habiendo declarado que nada más necesitaba de Lucía, Nuestra Señora se elevó en dirección del naciente hasta desaparecer.


Cuarta Aparición
15 de agosto de 1917


Habían sido secuestrados y mantenidos tres días bajo vigilancia por el Administrador de Ourém, que a toda costa –y en vano- deseaba arrancarles el secreto confiado por la Virgen, los tres niños no pudieron comparecer a la Cova de Iría el día 13 de agosto, cuando se daría la cuarta aparición de la Santísima Virgen.

El relato de la Hermana Lucía sobre la cuarta aparición de la Madre de Dios, el día 15 de agosto:

“Andando con las ovejas, en compañía de Francisco y de su hermano Juan, en un lugar llamado Valinhos, y sintiendo que algo de sobrenatural se aproximaba y nos envolvía, sospechando que la Santísima Virgen nos fuese a aparecer, y teniendo pena de que Jacinta quedase sin verla, pedimos a su hermano Juan que la fuese a llamar.




Mientras tanto, vi con Francisco el reflejo de la luz, a la que llamábamos relámpagos y, llegada Jacinta un instante después, vimos a Nuestra Señora sobre una encina.
- ¿Qué quiere Vuestra Merced de mí?


"Quiero que continuéis yendo a Cova de Iría el día 13 y que continuéis rezando el Rosario todos los días. En el último mes haré el milagro para que todos crean"


- ¿Qué quiere Vuestra Merced que se haga con el dinero que la gente deja en Cova de Iría?


"Haced dos andas; una llévala tú con Jacinta y dos niñas más vestidas de blanco; la otra, que la lleve Francisco con tres niños más. El dinero de las andas es para la fiesta de Nuestra Señora del Rosario. Lo que sobre es para ayudar a una capilla que debéis mandar construir"


- Quería pedirle la curación de algunos enfermos.


"Sí, curaré a algunos en el transcurso de este año"




Y tomando un aspecto más triste, les recomendó de nuevo la práctica de la mortificación, diciendo al final:


"Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores, que muchas almas se van al Infierno por no haber quien se sacrifique y pida por ellas”


Tras pronunciar estas palabras, la Virgen María se retiró, como en las veces anteriores, en dirección hacia levante.


Quinta Aparición
13 de septiembre de 1917


Así narra la Hermana Lucía la quinta aparición:




“Al aproximarse la hora, fui allí con Jacinta y Francisco, entren numerosas personas que nos hacían caminar con dificultad. Los caminos estaban apiñados de gente. Todos querían vernos y hablar con nosotros, pidiendo que presentásemos a Nuestra Señora sus necesidades. (…)

Llegamos por fin a Cova de Iría, junto a la encina, y comenzamos a rezar el Rosario con la gente. Poco después vimos el reflejo de la luz y, enseguida, a la Santísima Virgen sobre la encina. Nos dijo:


"Continuad rezando el Rosario para alcanzar el fin de la guerra. En octubre vendrán también Nuestro Señor; Nuestra Señora de los Dolores y Nuestra Señora del Carmen, y San José con el Niño Jesús, para bendecir al mundo.

(Aquí Nuestra Señora hace alusión a que vendrá bajo otras advocaciones con que también es venerada la misma y única Virgen María)

Dios está contento con vuestros sacrificios, pero no quiere que durmáis con la cuerda, usadla sólo durante el día"


- Me han encargado que le pida muchas cosas: la cura de algunos enfermos, de un sordomudo.


"Sí, a algunos curaré, a otros no. En octubre haré un milagro para que todos crean"


Y comenzando a elevarse, desapareció como de costumbre”.


Sexta y última aparición
13 de octubre de 1917




Llegó, por fin, el día tan esperado de la sexta y última aparición de la Santísima Virgen a los tres pastorcitos. Por lo avanzado del otoño, la mañana estaba fría. Una lluvia persistente y abundante había transformado la Cova de Iría en un inmenso lodazal, y el frío calaba hasta los huesos a la multitud de 50 a 70 mil peregrinos que habían acudido de todos los rincones de Portugal.

Cerca de las once y media, aquel mar de gente abrió paso a los tres videntes que se aproximaban, vestidos con sus trajes de domingo.

Es la Hermana Lucía quien nos relata lo que sucedió:




“Llegados a Cova de Iría, junto a la encina, llevada por un movimiento interior, pedí al pueblo que cerrase los paraguas para rezar el Rosario. Poco después vimos el reflejo de la luz y, enseguida, a Nuestra Señora sobre la encina.




- ¿Qué quiere Vuestra Merced de mí?


"Quiero decirte que hagan aquí una capilla en mi honor; que soy la Señora del Rosario, que continuéis rezando el rosario todos los días. La guerra va a terminar y los militares volverán en breve a sus casas"


- Quería pedirle muchas cosas. Si curaba unos enfermos y convertía unos pecadores…


"A algunos sí, a otros no. Es preciso que se enmienden, que pidan perdón por sus pecados"


Y tomando un aspecto más triste, (Nuestra Señora agregó):


"No ofendan más a Dios Nuestro Señor, que ya está muy ofendido"


Enseguida, abriendo las manos, Nuestra Señora las hizo reflejar en el sol y, mientras se elevaba, su propia luz continuaba reflejándose en el sol.

Habiendo la Santísima Virgen desaparecido en esa luz que Ella misma irradiaba, se sucedieron en el cielo tres nuevas visiones, como cuadros que simbolizaban los misterios gozosos, dolorosos y gloriosos del Rosario.

Junto al sol apareció la Sagrada Familia: San José, con el Niño Jesús en los brazos, y Nuestra Señora del Rosario. La Virgen vestía una túnica blanca y un manto azul, San José estaba también de blanco y el Niño Jesús de rojo. San José bendijo al pueblo trazando tres veces en el aire una cruz, y el Niño Jesús hizo lo mismo.

Las dos escenas siguientes fueron vistas sólo por Lucía. Primero, vio a Nuestro Señor, transido de dolor en el camino del Calvario, y a la Virgen de los Dolores, sin la espada en el pecho. El Divino Redentor también bendijo al pueblo.

Por fin apareció, gloriosa, Nuestra Señora bajo la advocación del Carmen coronada Reina del Cielo y del Universo, con el Niño Jesús en brazos.

Mientras los tres pastorcitos contemplaban los personajes celestiales, se operó ante los ojos de la multitud el milagro anunciado.

Y tomando un aire de tristeza la Santísima Virgen dijo estas sus últimas palabras de las apariciones:


"QUE NO OFENDAN MÁS A DIOS QUE YA ESTÁ MUY OFENDIDO"

(Lucía afirma que de todas las frases oídas en Fátima, ésta fue la que más le impresionó)




La Santísima Virgen antes de despedirse señaló con sus manos hacia el sol y entonces los 70.000 espectadores presenciaron un milagro conmovedor, un espectáculo maravilloso, nunca visto: la lluvia cesó instantáneamente (había llovido desde el amanecer y era mediodía), las nubes se alejaron y el sol apareció como un inmenso globo de plata o de nieve, que empezó a dar vueltas a gran velocidad, esparciendo hacia todas partes luces amarillas, rojas, verdes, azules y moradas, y coloreando de una manera hermosísima las lejanas nubes, los árboles, las rocas y los rostros de la muchedumbre que allí estaba presente. De pronto el sol se detiene y empieza a girar hacia la izquierda despidiendo luces tan bellas que parece una explosión de juegos pirotécnicos, y luego la multitud ve algo que la llena de terror y espanto.




Ven que el sol se viene hacia abajo, como si fuera a caer encima de todos ellos y a carbonizarlos, y un grito inmenso de terror se desprende de todas las gargantas:


"Perdón, Señor, perdón"


Fue un acto de contrición dicho por muchos miles de pecadores. Este fenómeno natural se repitió tres veces y duró diez minutos. No fue registrado por ningún observatorio astronómico porque era un milagro absolutamente sobrenatural.

Luego el sol volvió a su sitio y los miles de peregrinos que tenían sus ropas totalmente empapadas por tanta lluvia, quedaron con sus vestidos instantáneamente secos. Y aquel día se produjeron maravillosos milagros de sanaciones y conversiones. 

El ciclo de las visiones de Fátima había terminado.




Y nosotros queremos recordar y obedecer los mensajes de la Santísima Virgen en Fátima:




"Rezar el Rosario. Hacer oración y sacrificios por la conversión de los pecadores y NO ofender más a Dios, que ya está muy ofendido".


Fuente - Texto tomado del Libro: FÁTIMA – Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará – Caballeros de la Virgen

Fuente - Texto tomado del Vaticano:

REFLEXIÓN - ¿Los vándalos requieren tratamiento psicológico / psiquiátrico o exorcismos?



Mi reflexión personal


Comenzamos con las mentes criminales (autores intelectuales), que les dan órdenes a los vándalos y orquestan todo su actuar delictivo. También podríamos incluir a los que "simpatizan" con este nefasto actuar y promueven su práctica... Todos necesitan urgentemente ¿tratamientos psicológicos / psiquiátricos o exorcismos?...


¿Por qué?


Porque cuando salen a "marchar pacíficamente", se encuentran en su camino lo siguiente:


Estatuas
Locales comerciales
Edificios
Puertas
Ventanas
Postes
Piedras
Peajes
Árboles
Metro
Buses
Entidades crediticias
Y todo lo que se atraviese...


Lo anterior será despiadadamente destruido, vandalizado y hecho trizas, sin importar a quién pertenezca (público o privado), y/o el daño que ocasione para la sociedad y ciudad o país, donde están ubicados estos elementos.

Es tan extraño lo que sucede, que por ejemplo si uno de los vándalos derriba una estatua, luego vocifera que dicho acto lo realizó por culpa de la policía o del ejército, porque la estatua se parecía a un policía y que tenía que derribarla, o por culpa de los decretos del gobierno de turno, por tal o cual razón...

Otra cuestión que es increíble... por ejemplo, cuando los vándalos derriban una estatua y les cayó encima un pedazo de escombro, que les ocasione alguna herida... entonces, dirán que fue culpa de la policía o del ejército que les ha ocasionado esta lesión. Y después empieza el juicio injusto contra cualquier policía o soldado, y serán llevados a la cárcel. ¿Esto es normal?

Se ha evidenciado que los "vándalos" venden sus conciencias, venden a su patria y a toda la ciudadanía, por unas monedas y unos sándwich...

Las "excusas" que dichos vándalos buscan para justificar sus actos son absurdas, fuera de lo común, sin ningún planteamiento lógico ni razonable, disparatadas, sin ningún argumento... si cada uno escuchara la explicación de su accionar, podría pensar que tienen enfermedades mentales, o que estén bajo los efectos del alcohol o de drogas ilícitas o alucinógenas, o considerar que estuviesen poseídos por satanás.


¿Qué culpa tienen todos los elementos anteriores?


Es tanta SU LOCURA O INFLUENCIA SATÁNICA que, los vándalos en todas estas cosas o "imaginarias" ven reflejados a sus enemigos, objeto de su ESQUIZOFRÉNICA OBSESIÓN... como ocurre por ejemplo en Colombia, que con sólo nombrar al expresidente Dr. Álvaro Uribe Vélez, podemos observar cómo cambia su comportamiento y mirada, y se desata toda una crisis nerviosa y enfermiza, porque se encienden sus ánimos y empiezan a proferir todo tipo de insultos y vulgaridades. Parece que con sólo nombrar al expresidente, se desatara un frenesí de locura... o como si el expresidente fuera el causante de toda su desgracia, su frustración mental, de su baja autoestima, o de su obsesión. Excusas que ellos validan para destruir todo a su paso, y para insultar a cuantos se atraviesen en su camino o en las redes sociales. Producen lástima estos comportamientos, actitudes y desenfrenos... no parecen seres humanos con inteligencia, con lógica de pensamiento, con educación... sino unos salvajes, seres vulgares o casi cavernícolas, que no han realizado estudios universitarios, sino que se comportan impulsivamente, sin un correcto comportamiento.

Igualmente sucede cuando se les habla de la fuerza pública (por ejemplo: policía, ejército, etc.), porque al instante vociferan contra ellos todo un repertorio de palabras obscenas y gestos vulgares. Este nivel de locura también lo podemos evidenciar a través de las redes sociales...

¡Qué lastima! Que unas personas adultas o jóvenes apoyen el terrorismo, comunismo y vandalismo... parecen seres sin alma ni sentimientos por los demás, porque apoyan la destrucción de la humanidad, promueven la maldad en todos sus niveles. Parecen seres que amaran lo feo, lo repugnante, el caos... Los vándalos deliran y gritan cada vez que destrozan todo a su paso, cantan y bailan... parecen endemoniados que estuvieran POSEÍDOS POR SATANÁS...

Igualmente, podemos observar con total asombro, cómo padres y madres, promueven y alientan a sus hijos para que se conviertan en vándalos, cuando apoyan las ideas nefastas y revolucionarias de destrucción y muerte, que se evidencian tanto en redes sociales, como en su forma de hablar y de comportarse. Esto es ilógico y raya en locura o en posesión demoníaca.

Otro planteamiento que puedo considerar, es que en las universidades ha sido tanto el adoctrinamiento de los estudiantes en las ideas socialistas, comunistas y terroristas, que cualquier decisión que tome un gobierno democrático y capitalista, ellos asumen todo esto como una agresión y salen a "marchar" a "vandalizar" y "destruir" todo el país. ¿Esta es la verdadera educación e inteligencia?

Los "vándalos" dicen que apoyan al "pueblo", pero con su accionar sólo demuestran estar en contra del pueblo o país de su origen, porque al destruir todo y ocasionar lesiones o muertes a sus ciudadanos, sólo están demostrando que son "actos delictivos y criminales"... ejecutados en contra de la sociedad y de su progreso, llevándola a la pobreza extrema.


¿Delirio psicótico In Extremis...?


Los vándalos salen desbocados como alma que lleva al diablo a destruir todo lo que encuentran, similar a Don Quijote de la Mancha que destruía los molinos a su encuentro.


Recordemos este texto...


"En su obsesión por encontrar nuevas aventuras como las que él ha leído miles de veces en los libros de caballería que le han hecho enloquecer, Don Quijote cree ver gigantes en los molinos de vientos y, pese a las llamadas a la prudencia de Sancho, se lanza a todo galope contra uno de los molinos.

En la embestida el caballero no sale bien parado, pues “dándole una lanzada en el aspa, la volvió el viento con tanta furia, que hizo la lanza pedazos, llevándose tras sí al caballo y al caballero, que fue rodando muy maltrecho por el campo”. Ante los reproches de Sancho, Don Quijote acusa de su desfortuna al sabio Frestón, el mismo que le robó los libros de caballería y el aposento donde los guardaba (los primeros expurgados y dados a la hoguera y el segundo tapiado por su ama y su sobrina)".

El pasaje ha pasado a la historia de la literatura y la psicología como símbolo de lo “quijotesco”, es decir, de la lucha de los hombres contra enemigos imaginarios o la defensa de una idea o una actitud de vida más allá de la razón y el sentido común.


FUENTE:
Cervantes, Miguel de. Don Quijote de la Mancha. Madrid: Alfaguara. ISBN: 9788420467283.







Vandalismo, aspectos Psicológicos


Diciembre 9 de 2016


Por VERONICA VILLALBA


Es posible que todos más o menos tengamos clara nuestra noción sobre lo que es y no es el vandalismo. Sin embargo, es posible que no sepamos las características de las personas vándalas y los factores que propician su aparición.

A lo largo de este artículo intentaremos dar explicación a todos los puntos implicados en esta desagradable conducta social.


Introducción

¿Qué es el vandalismo?


Con vandalismo nos referimos al hecho de llevar a cabo conductas destructivas, sin respetar las propiedades ajenas. A veces esto ocurre con el objetivo de expresar una queja a los ciudadanos, es decir, con la intención de transmitir la insatisfacción que sienten hacia la sociedad. Otras veces sin intención alguna, lo hacen por el simple hecho de encontrarse disgustados con ellos mismos. Por último, en otras ocasiones los individuos que habitan en un distrito o barrio en los que son frecuentes las actividades delictivas, realizan este tipo de acciones sin llegar a plantearse las consecuencias que sus hechos puedan ocasionar.


¿Cómo se manifiesta?


La delincuencia, normalmente se manifiesta en un escenario público, mediante daños y destrucción de monumentos, contenedores de basura, coches, fachadas de portales o locales, realización de graffitis, etc. Habitualmente, los actos vandálicos suelen realizarse en grupo, en el cual los integrantes del mismo suelen compartir un gran descontento por la ciudad en la que viven, por las leyes o el reglamento que se intenta implantar, por la insatisfacción que sienten con ellos mismos, o incluso pueden desempeñar actos delictivos como forma de celebración de un evento (por ejemplo, cuando gana un equipo de fútbol). Con lo cual, desarrollan un estilo de vida fuera de las normas sociales.


Características


¿Qué características reúnen las personas que realizan actos vandálicos?


Los delincuentes suelen compartir ciertas características en el estilo de conducta, como absentismo escolar o bien la obtención de malas calificaciones, hurtos domésticos o en lugares públicos, mención de mentiras, no cuidan la forma de vestir e incluso en ocasiones llegan a descuidar la higiene personal. En general, son personas que presentan malos hábitos en el comportamiento, no disponen de empleo, están ausentes de responsabilidades, no siguen un horario en el día a día, lo que se denomina una vida desorganizada.

Existen varios factores predisponentes (factores de personalidad) comunes que influyen para que la persona pueda desarrollar este problema, como la baja socialización, son personas con pocas amistades profundas, las relaciones afectivas que presentan son más bien superficiales, no son personas expresivas o extravertidas. Suelen ser personas con una pobre sensación de cargo de conciencia, por ello delegan la responsabilidad hacia otros y además justifican mediante excusas las conductas desafiantes que han cometido.


Personas

¿Puede una persona convertirse en un vándalo?


Existen una serie de factores biológicos, psicológicos, familiares y sociales que influyen para que una persona pueda desarrollar comportamientos vandálicos.


¿Qué puede influir a nivel biológico?


Las hormonas juegan un papel muy importante en la regulación de la conducta agresiva impulsiva. Se dice que niveles altos de andrógenos como la testosterona en hombres o bien niveles bajos de progesterona como el estrógeno en mujeres podrían conllevar a un aumento de la irritabilidad.

Respecto a los neurotransmisores, hay una amplia gama de estudios que han asociado niveles elevados de serotonina al comportamiento antisocial (Coccaro, 1989; Pedersen, Oreland, Reynolds y McClearn, 1993; Sanmartín, 2004; Spoont, 1992; Van Praag, 1991). También se ha encontrado que la acetilcolina, la noradrenalina y la dopamina están involucrados en el comportamientos agresivo.

Por último, hay anormalidades neurofisiológicas que se han asociado al aumento de la delincuencia. En este sentido, cobran importancia las anormalidades en el lóbulo frontal, ya sean estructurales o funcionales, con la aparición de conductas antisociales. (Bauer, 2000; Chang, 1999; Miller, 1998; Raine, 2002b). Estos estudios surgen a raíz de las investigaciones que relacionan la psicopatía con el lóbulo frontal.


Factores


¿Qué factores influyen desde el punto de vista de la psicología?


Desde la psicología la violencia en ocasiones se relaciona con un trastorno mental de personalidad, como ocurre en el trastorno antisocial de la personalidad, que en el sector juvenil o adolescente se traduce al trastorno de conducta disocial.

Este trastorno surge en la preadolescencia y se caracteriza por la realización de conductas problema porque infringen todas las normas implantadas, ya sea por la familia, los compañeros, el colegio o la sociedad. El individuo opera bajo los efectos del acaloro emocional del momento, sin tener en cuenta las consecuencias provocadas por sus actos.

Esta psicopatología es más común en hombres que en mujeres. Los adolescentes que lo padecen, por la actitud que manifiestan al no proponerse objetivos a medio-largo plazo en la vida y la falta de motivación que muestran de cara a la obtención o conservación de un empleo, suelen ubicarse en un estatus socio-económico lógicamente bajo.


¿De qué manera influye el entorno familiar?


La familia ejerce una influencia muy potente en el niño durante todo el proceso de crecimiento. Según determinados estudios psicológicos los niños que han experimentado malos tratos (ya sean de tipo físico o psicológico), los jóvenes que no reciben afecto por parte de sus familiares, o bien los niños poco atendidos, tendrán más probabilidades de desarrollar conductas disruptivas futuras.

Por otro lado, el tener como modelo a familiares directos que sean violentos, hace que el niño aprenda que la violencia es una forma de expresión que se manifiesta cuando determinadas emociones (rabia, ira, frustración, alegría, etc.) surgen en nuestro interior y lo asuma como un estilo más de comportamiento del ser humano.


¿Qué factores sociales pueden repercutir?


Uno de los aspectos a tener en cuenta, es el fenómeno del modelado o el aprendizaje vicario, que es el aprendizaje que se realiza por imitación a un grupo o individuo. Un niño acaba actuando como lo hace su grupo de referencia, sus familiares, iguales o vecinos. Existen barrios donde los integrantes del mismo están habituados a chillar, pelear, insultar, robar, etc. lo que se refiere a la infracción de los derechos de los demás. Por tanto, se podría establecer una relación entre el vandalismo y los distritos donde resulta habitual encontrarse con una educación infantil dotada de este tipo de valores.

Por otro lado, el consumo de alcohol y de sustancias estupefacientes se encuentra muy asociado a los individuos que comenten actos vandálicos. Hay que tener en cuenta que estamos refiriéndonos a personas que pasan mucho tiempo en la calle, fuera de sus casas y sin responsabilidades de ningún tipo que les limiten la ingesta de dichos elementos nocivos para la salud. Los efectos que causan las drogas en una persona de las características anteriormente mencionadas pueden agravar el grado de gamberrismo de sus actos.

Como se ha comentado en el apartado de los factores de personalidad, los vándalos suelen pertenecer a una clase social baja. Las restricciones que sufren los individuos pertenecientes a este estrato social generan en los delincuentes una sensación de incomprensión y frustración que les lleva a llamar la atención mediante acciones violentas.

Stouthamer-Loeber et al. (1993) apuntan que cuando la pobreza del barrio es extrema, el riesgo de que se produzca violencia urbana es muy alto. De la misma forma, algunos autores ponen en evidencia que los barrios más desfavorecidos están asociados a una mayor presencia de sucesos vitales estresantes y, a su vez, a una mayor presencia de conductas agresivas en los jóvenes. Attar, Guerra y Tolan (1994), confirman esto en sus investigaciones.

Simcha-Fagan y Schwartz (1986), se centraron en el estudio de los efectos contextuales del barrio en la delincuencia y encontraron que el nivel económico de la comunidad, la subcultura de criminalidad y la desorganización comunitaria, se relacionaban significativamente con la delincuencia registrada oficialmente.


Fuente - Texto tomado de VERONICAVILLALBA.COM:
https://veronicavillalba.com/vandalismo-aspectos-psicologicos/




Psicopatología Clínica, Legal y Forense


Agresión y conducta antisocial
en la adolescencia: una integración conceptual


Las conductas antisociales pueden cumplir criterios legales para ser denominadas como delitos (por ejemplo, robar, vandalismo), pudiendo cumplir también criterios diagnósticos para ser consideradas como parte de un trastorno psicopatológico (por ejemplo, trastorno disocial). Pueden presentarse, a su vez, asociadas a comportamientos agresivos y/o violentos (por ejemplo, homicidio, abuso sexual) o no tienen por qué cumplir ninguna de estas acepciones (por ejemplo absentismo escolar). Esta variedad de conceptos ponen en evidencia la gran heterogeneidad de dichos comportamientos.

Mientras que todos los delitos son considerados conductas antisociales, no todos los trastornos psicopatológicos conllevan la presencia de dichas conductas. Una conducta antisocial puede ser delito y formar parte de un trastorno clínico, por ejemplo, la conducta de robo manifestada dentro de un trastorno disocial. De la misma forma, la conducta antisocial puede o no presentar conductas agresivas y/o violentas. Por ejemplo, mientras que el robo no tiene por qué ir unido a dichas conductas, otras como el asesinato o el terrorismo suponen el extremo máximo en un continuo de violencia. 

Lo mismo ocurre con las conductas agresivas: si suponen una transgresión de las normas sociales pueden ser consideradas como antisociales, pero existe la posibilidad de que estas conductas sean socialmente aceptadas y adaptativas, por lo que habría una serie de comportamientos agresivos que quedarían fuera de dicho epígrafe (por ejemplo, agredir físicamente a otro que te ataca en defensa propia o para defender a un ser querido).

Por lo tanto, tendríamos dentro de las interrelaciones entre estos conceptos, diferentes subtipos de conductas antisociales. Por un lado, aquellas que son delito y además aparecen asociadas a un trastorno clínico (por ejemplo, consumo de drogas en un adolescente con trastorno negativista desafiante), aquellas que son delitos agresivos y/o violentos (por ejemplo, violencia doméstica o maltrato hacia un hermano), aquellas conductas agresivas y/o violentas que aparecen dentro de un trastorno clínico (por ejemplo, maltrato físico a los animales por parte de un adolescente con trastorno disocial) y, finalmente, aquellas que cumplen las tres características, es decir, son delito, son agresivas y/o violentas y además aparecen dentro de un trastorno clínico (por ejemplo, el adolescente con trastorno disocial que maltrata a su pareja). Por último, quedaría señalar que el concepto de agresión hace referencia no sólo a conductas agresivas y/o violentas en sí mismas, sino además, a un estado agresivo que tendría que ver más bien con la presencia de variables de carácter temperamental y que preceden o potencian la aparición de la conducta agresiva como son la ira y la hostilidad.


Fuente - Texto tomado de MASTERFORENSE.COM: