viernes, 2 de octubre de 2020

Dato Curioso e Histórico: El Arcángel San Miguel salvó Roma

 



María Paola Daud | Junio 10 de 2017


La misteriosa historia que esconde el puente de Sant'Angelo.




En Roma se encuentra uno de los puentes más bellos del mundo, el puente Elio, al que todo el mundo llama Sant’Angelo, o el puente de los ángeles.

Este puente fue construido por el emperador Adriano en el año 133 para conectar la parte izquierda del río Tíber con lo que sería su mausoleo, un puente para su futuro “funeral imperial”.




Con el tiempo el mausoleo se convirtió en un castillo que en diferentes épocas de la historia fue refugio o prisión para algunos papas, y famoso por el “Passeto del Borgo”, un camino “secreto” que conecta directamente al Vaticano y que fue muchas veces vía de escape para los papas cuando estaban en peligro.

Durante mucho tiempo el puente fue utilizado por los peregrinos para comunicarse con la Basílica de San Pedro por lo que el puente pasó a conocerse como puente de San Pedro. Años después sería el papa Gregorio Magno quien le adjudicó su actual sobrenombre: Sant’Angelo.

En el año 590 dC Roma fue devastada por la peste y el papa llamó a todo el pueblo en procesión para rezar por el fin de la terrible plaga. En ese momento el arcángel Miguel se apareció en la parte más alta del castillo con todo su esplendor. A la vista de todos el arcángel desenfundó su espada y este gesto fue interpretado por el papa como el anuncio del fin de la peste.

Inmediatamente después de la aparición, la peste dejó de asolar Roma y el Papa para conmemorar este hecho hizo poner en lo alto del castillo la estatua del ángel en madera, sustituida a lo largo de los años hasta el actual hecho de bronce por Peter Anton von Verschaffelt.




La leyenda cuenta que el ángel dejó marcado (donde “aterrizó”) sus huellas en el mármol del castillo. Este trozo de piedra aún existe y puede verse en los Museos Capitolinos.




Ya en el año 1535, el Papa Clemente VII hizo erigir las estatuas de los apóstoles San Pedro y San Pablo, a los que se añadieron más tarde los cuatro evangelistas y patriarcas que representaban las estatuas de Adán, Noé, Abrahám y Moisés.

En 1669, el Papa Clemente IX encomendó a Bernini que le diera una nueva cara al puente y esta sería la última gran obra de Bernini. Programó la construcción de diez ángeles que sostenían los instrumentos de la Pasión, un majestuoso Vía Crucis sobre el puente, que servía de preparación para el sacramento de la reconciliación hasta llegar a la Basílica de San Pedro.




El rostro de los ángeles se ven serenos por la esperanza de la Resurrección, y si bien todos fueron proyectados por Bernini, realmente él sólo realizó dos: el ángel que tiene el cartel “I.N.R.I.” y el que tiene la Corona de Espinas.

Al ver tan bellas imágenes y por miedo que se arruinaran por las inclemencias del tiempo las hizo quitar de allí. Se reemplazaron con copias hechas por otros artistas y hoy las originales se encuentran en la iglesia de Sant’Andrea delle Fratte, también en Roma.


Fuente - Texto tomado de ES.ALETEIA.ORG:

5 motivos para no alejar de tu vida a tu Ángel de la Guarda

 


¿Has olvidado a tu Ángel de la Guarda? Aquí 5 motivos para que no lo alejes de tu vida.


Por Abel Camasca


REDACCIÓN CENTRAL, 01 de octubre de 2015 / 08:27 p.m. (ACI).


“La Iglesia confiesa su fe en los Ángeles Custodios, venerándolos en la liturgia con una fiesta especial, y recomendando el recurso a su protección con una oración frecuente”, señaló una vez San Juan Pablo II en una de sus catequesis sobre los ángeles. Aquí 5 cosas que talvez no sabías o recordabas de tu Ángel de la Guarda, cuya fiesta es el 2 de octubre.


1. Te acompaña desde la concepción




Cada ser humano desde el momento de su concepción tiene un Ángel de la Guarda. Dice el Catecismo (336): “Desde su comienzo hasta la muerte, la vida humana está rodeada de su custodia y de su intercesión”. Asimismo, añade una frase de San Basilio Magno: “Nadie podrá negar que cada fiel tiene a su lado un Ángel como protector y pastor para conducir su vida”.

Con estas afirmaciones se entiende que la misión del Ángel de la Guarda es la de velar por cada uno, protegiéndonos de los peligros y alentando nuestra vida en Cristo. Por ello San Juan María Vianney (el Cura de Ars) indicaba: “Qué feliz es ese Ángel de la Guarda que acompaña al alma cuando va a Misa”.


2. Su existencia no es un invento
ni un cuento infantil,
se fundamenta en la Biblia




En la Biblia, desde el Antiguo Testamento hay numerosas citas que hablan de los ángeles que custodian, como en Éxodo (23, 20-21): “Yo voy a enviar un Ángel delante de ti, para que te proteja en el camino y te conduzca hasta el lugar que te he preparado. Respétalo y escucha su voz”.

De igual manera en el Nuevo Testamento, Jesús dice (Mt. 18,10):


“Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus Ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial”.


3. Son compañeros cercanos de los Santos




Muchos santos han dado testimonio de la inseparable relación que tuvieron con sus Ángeles Custodios. Entre ellos tenemos a San Francisco de SalesSanta Teresita del Niño JesúsSan Pío de Pietrelcina, etc.

Se dice que Santa Francisca Romana (1384-1440), patrona de los conductores, tuvo la fortuna de ver a su Ángel de la Guarda, quien velaba por ella día y noche. La santa lo describe así: “Era de una belleza increíble, con un cutis más blanco que la nieve y un rubor que superaba el arrebol de las rosas”.

“Sus ojos, siempre abiertos tornados hacia el cielo, el largo cabello ensortijado tenía el color del oro bruñido. Su túnica llegaba al suelo y era de un blanco algo azulado y, otras veces, con destellos rojizos. Era tal la irradiación luminosa que emanaba de su rostro, que podía leer maitines en plena media noche”.


4. Es tu protector
en los momentos difíciles




En una ocasión San Juan Bosco narró que el día de la fiesta del Ángel de la Guarda, recomendó a sus muchachos que en los momentos de peligro invocaran a su Ángel Custodio. En aquella semana dos jóvenes obreros estaban en un andamio altísimo alcanzando materiales y de pronto se partió la tabla y ambos se vinieron abajo.

Uno de ellos recordó el consejo del santo y exclamó:


“¡Ángel de mi guarda!”


Cayeron sin sentido y cuando sus compañeros fueron a verlos, encontraron que uno había muerto, pero el que había invocado al Ángel Custodio recobró el conocimiento y subió la escalera del andamio como si nada le hubiera pasado. Luego el muchacho contó que al invocar a su ángel sintió que le ponían por debajo una sábana, que lo bajaban suavemente y que después de eso ya no recordaba más.


5. Son poderosos servidores de Dios




San Bernardo Abad en uno de sus sermones indicó: “Seamos, pues, devotos y agradecidos a unos guardianes tan eximios; correspondamos a su amor, honrémoslos cuanto podamos y según debemos”.

“Ellos, los que nos guardan en nuestros caminos, no pueden ser vencidos ni engañados, y menos aún pueden engañarnos. Son fieles, son prudentes, son poderosos: ¿por qué espantarnos? Basta con que los sigamos, con que estemos unidos a ellos, y viviremos así a la sombra del Omnipotente”.

La tradición de la Iglesia recomienda saludar e invocar al Ángel de la guarda durante el día, especialmente con las siguientes oraciones:


Oración I




Ángel de Dios,
que eres mi custodio,
pues la bondad divina
me ha encomendado a ti,
ilumíname, guárdame,
defiéndeme y gobiérname.
Amén.


Oración II




Ángel de mi guarda,
mi dulce compañía,
no me desampares
ni de noche ni de día.
No me dejes solo
que me perdería.
Hasta que amanezca
en los brazos de Jesús,
José y María.
Amén.


Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM: