lunes, 3 de agosto de 2020

10 enseñanzas del Santo Cura de Ars tras sus combates con el demonio




Gaudium Press | Agosto 4 de 2017


Satanás quiso impedir que celebrara misa e incendió su dormitorio.





El Santo Cura de Ars nació en Francia en el año 1786. Fue un gran predicador, hacía muchas mortificaciones, fue un hombre de oración y caridad. Tenía un don especial para la Confesión. Por eso, venían personas de diferentes lugares para confesarse con él y escuchar sus santos consejos. Debido a su fructífero trabajo pastoral fue nombrado Patrono de los Sacerdotes. También combatió contra el maligno en varias ocasiones, inclusive en algunas no solo espiritualmente.

En una de ellas, mientras se preparaba para celebrar la Misa, un hombre le dijo que su dormitorio se estaba incendiando. ¿Cuál fue su respuesta?


“El Gruñón está furioso. Cuando no consigue agarrar el pájaro, él quema su jaula”


Entregó la llave para aquellos que iban ayudar a apagar el fuego. Sabía que Satanás quería impedir la misa y no lo permitió. Dios premió su perseverancia delante de las pruebas con un poder extraordinario que le permitía expulsar demonios de las personas poseídas. Su confianza en Dios y fe inamovible nos dan varias lecciones que pueden también ayudarnos en nuestras luchas del día-a-día en nuestra caminata en esta tierra. Sí, el mal existe; pero, Dios puede más… “¿Quién cómo Dios?”.


Verifique:


1. No imagine que exista un lugar en la tierra donde podamos escapar de la lucha contra el demonio; si tenemos la gracia de Dios, que nunca nos es negada, podemos siempre triunfar.





2. Como el buen soldado no tiene miedo del combate, así el buen cristiano no debe tener miedo de la tentación. Todos los soldados son buenos en el campamento, pero es en el campo de batalla que se ve la diferencia entre corajudos y cobardes.


3. El demonio tienta solamente las almas que quieren salir del pecado y aquellas que están en estado de gracia. Las otras ya le pertenecen, no precisa tentarlas.


4. Una Santa se quejó a Jesús después de la tentación, preguntando a Él: “¿Dónde estabas, mi Jesús adorable, durante esta horrible tempestad?” A lo que Él le respondió: “Yo estaba bien en medio de su corazón, encantado en verla luchar”.





5. Un cristiano debe siempre estar listo para el combate. Como en tiempo de guerra, tiene siempre centinelas aquí y allí para ver si el enemigo se aproxima. De la misma manera, debemos estar atentos para ver si el enemigo nos está preparándonos trampas y, si él viene a tomarnos de sorpresa…





6. Tres cosas son absolutamente necesarias contra la tentación: la Oración, para aclararnos; los Sacramentos, para fortalecernos; y la Vigilancia para preservarnos..


7. Con nuestros instintos la lucha es raramente de igual a igual: o nuestros instintos nos gobiernan o nosotros gobernamos nuestros instintos. ¡Cómo es triste dejarse llevar por los instintos! Un Cristiano es un noble; él debe, como un gran señor, mandar en sus vasallos.





8. Nuestro Ángel de la Guarda está siempre a nuestro lado, con la pluma en la mano, para escribir nuestras victorias. Precisamos decir todas las mañanas: “Vamos, mi alma, trabajemos para ganar el Cielo”.


9. El demonio deja bien tranquilo los malos Cristianos; nadie se preocupa con ellos, mas contra aquellos que hacen el bien él suscita mil calumnias, mil ofensas.





10. La Señal de la Cruz es temida por el demonio porque es por la Cruz que escapamos de él. Es preciso hacer la Señal de la Cruz con mucho respeto. Comenzamos por la cabeza: es el principal, la creación, el Padre; después el corazón: el amor, la vida, la redención, el Hijo; por último, los hombros: la fuerza, el Espíritu Santo. Todo nos recuerda la Cruz. Nosotros mismos somos hechos en forma de Cruz.


Por el Profesor Felipe Aquino en Gaudium Press.


Fuente - Texto tomado de ES.ALETEIA.ORG:
https://es.aleteia.org/2017/08/04/10-ensenanzas-del-cura-de-ars-tras-sus-combates-con-el-demonio/

10 cosas que tal vez no sabías del Santo Cura de Ars



REDACCIÓN CENTRAL, 03 de agosto de 2016 / 12:01 pm (ACI).


"Si fuera sacerdote, querría conquistar muchas almas", dijo una vez a su madre San Juan María Vianney, también conocido como el Santo Cura de Ars, cuya fiesta se celebra el 4 de agosto.

Aquí 10 cosas que tal vez no sabías de este sacerdote diocesano, miembro de la Tercera Orden Franciscana y patrono de los párrocos.


1. Su primera comunión fue accidentada


La Revolución Francesa trajo persecución contra los sacerdotes y aún después de ella debían disfrazarse para pasar de incógnito. Cuando el joven Juan recibió la primera comunión, llevaron carros de heno, los pusieron frente a las ventanas de la casa de su mamá y empezaron a descargar el material durante la ceremonia para evitar problemas con las autoridades.

El Santo siempre recordará este día en que derramó lágrimas de alegría al recibir al Señor y atesoró el Rosario que su madre le regaló en aquella ocasión.


2. Casi se retira de la escuela de seminaristas


Cuando la Iglesia obtuvo algo de libertad en Francia, el P. Balley, párroco de Ecculy, abrió una pequeña escuela para jóvenes con inquietudes vocacionales. Juan logró ingresar, pero por su dificultad para los estudios, estuvo a punto de renunciar. El sacerdote le sugirió que hiciera un peregrinaje al Santuario de San Francisco de Regis y regresó renovado.


3. Desertó del ejército


Napoleón quería conquistar toda Europa y Juan fue llamado al ejército porque no aparecía en la relación de ningún seminario. Cayó gravemente enfermo y cuando recuperó la salud, fue en busca de su regimiento que ya se había marchado, pero en el camino volvió a enfermar. Buscó refugio por varios días y se dio cuenta que, sin querer, se había convertido en un desertor.

Buscó a un mayor que escondía desertores y éste le aconsejó que se quedara en casa de uno de sus familiares. Adoptó el nombre de Jerome Vincent y con este nombre logró incluso abrir una escuela para los niños de la villa. Más adelante un decreto imperial concedió amnistía a los desertores.


4. Lo botaron del seminario


Juan logró ingresar al Seminario Mayor de Lyon, pero por su insuficiente conocimiento del latín no entendía ni podía responder a los formadores. Le pidieron que se marchara, lo que le produjo un inmenso dolor y desaliento, pero el P. Balley nuevamente fue en su ayuda y siguió los estudios en privado en Ecculy, cerca de Lyon. Sus cualidades morales sobrepasaron cualquier deficiencia académica.


5. Su maestro fue su primer penitente


Una vez ordenado sacerdote lo enviaron a ayudar al P. Balley, pero las autoridades diocesanas no le dieron permiso para confesar. El P. Balley intercedió y fue él mismo el primero en confesarse con San Juan María Vianney. Tiempo después el P. Balley murió en brazos del santo, quien sufrió como si hubiera perdido a su padre.


6. Tuvo una profecía en Ars


Las autoridades eclesiásticas lo enviaron al pequeño pueblo de Ars porque pensaban que con sus limitaciones intelectuales no podría servir en una comunidad grande. Al llegar hizo una profecía:


"La parroquia no será capaz de contener a las multitudes que vendrán hacia aquí".

Poco a poco se fue ganando el amor del pueblo y les inculcó el amor a la Eucaristía, siendo su fiesta favorita el Corpus Christi.

Cuando el Papa Pío IX definió el dogma de la Inmaculada Concepción, el santo pidió a los fieles que iluminaran sus casas en la noche y las campanas del templo resonaron por horas. La gente de los pueblos cercanos, al ver los destellos, pensó que el pueblo se estaba quemando y acudieron a apagar el supuesto incendio.


7. Tenía una profunda devoción a Santa Filomena


San Juan tenía una profunda devoción a Santa Filomena, una joven mártir de los primeros siglos del cristianismo, a quien llamaba su “agente con Dios”, construyó una capilla en su honor y un santuario. Cierto día enfermó de gravedad y prometió ofrecer 100 Misas en honor de Santa Filomena.

Cuando la primera Misa estaba siendo ofrecida, cayó en éxtasis y se le escuchó murmurar varias veces “Filomena”. Al volver en sí, exclamó que estaba curado y se lo atribuyó a la Santa.


8. La tentación era recurrente en su vida


El cura de Ars sufrió la tentación de desear la soledad y se sentía incapaz para el servicio que brindaba en la ciudad. En una oportunidad le rogó a su Obispo que lo dejase renunciar y hasta en tres ocasiones llegó a irse del pueblo, pero siempre regresó.


9. Luchó pacientemente contra el demonio





El demonio siempre molestaba al Santo Cura de Ars con ruidos extraños y fuertes por las noches. Su intención era agotarlo para que no tuviera fuerzas para confesar o celebrar la Eucaristía. Cierto día que el santo se disponía revestirse para la Santa Misa, el maligno incendió su cama.





San Juan, sabiendo que el enemigo quería detener el oficio divino, dio las llaves del cuarto a aquellos que iban a apagar el fuego y prosiguió.




"El villano, al no poder atrapar al pájaro le prende fuego a su jaula"

Fue lo único que dijo. Mucho tiempo después, el Señor premió al santo con un extraordinario poder de expulsar demonios de las personas poseídas.


10. Nunca fue nombrado párroco


Todos conocen a San Juan María Vianney con el título de Cura de Ars. “Poco importa la opinión de algún canonista exigente que dirá, a nuestro juicio con razón, que el Santo no llegó a ser jurídicamente verdadero párroco de Ars, ni aún en la última fase de su vida, cuando Ars ganó en consideración canónica”, según explica Lamberto de Echeverría, autor del libro El Santo Cura de Ars.

El Obispo de Belley solo le concedió el título de canónigo pero “el hecho real es que consagró prácticamente toda su vida sacerdotal a la santificación de las almas del minúsculo pueblo de Ars y que de esta manera unió, ya para siempre, su nombre y la fama de su santidad al del pueblecillo”.


Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM:
https://www.aciprensa.com/noticias/10-cosas-que-tal-vez-no-sabias-del-santo-cura-de-ars-68124/

Santo Cura de Ars - San Juan Bautista María Vianney - Fiesta Agosto 4




Nombre: Jean-Baptist-Marie Vianney.
Apodo: Santo Cura de Ars.
Nacimiento: Mayo 8 de 1786 (Dardilly, Francia).
Fallecimiento: Agosto 4 de 1859 (Ars-sur-Formans, Francia).


Sus restos mortales se conservan incorruptos en el gran santuario dedicado a él en Ars, el pequeño lugar al que dedicó su vida como sacerdote y donde falleció. Tuvo que superar muchas dificultades para llegar por fin a ordenarse sacerdote. Se le confió la parroquia de Ars, en la diócesis de Belley, y el santo, con una activa predicación, con la mortificación, la oración y la caridad, la gobernó, y promovió de un modo admirable su adelanto espiritual. Estaba dotado de unas cualidades extraordinarias como confesor, lo cual hacía que los fieles acudiesen a él de todas partes, para escuchar sus santos consejos.

Pocos santos han tenido que entablar luchas tan tremendas contra el demonio como San Juan Vianney. El diablo no podía ocultar su canalla rabia al ver cuántas almas le quitaba este cura tan sencillo. Y lo atacaba sin compasión. Lo derribaba de la cama. Y hasta trató de prenderle fuego a su habitación. Lo despertaba con ruidos espantosos. Una vez le gritó:




"Faldinegro odiado. Agradézcale a esa que llaman Virgen María, y si no ya me lo habría llevado al abismo"

Un día en una misión en un pueblo, varios sacerdotes jóvenes dijeron que eso de las apariciones del demonio eran puros cuentos del Padre Vianney. El párroco los invitó a que fueran a dormir en el dormitorio donde iba a pasar la noche el famoso padre. Y cuando empezaron los tremendos ruidos y los espantos diabólicos, salieron todos huyendo en pijama hacia el patio y no se atrevieron a volver a entrar al dormitorio, ni a volver a burlarse del santo cura. Pero él tomaba con toda calma y con humor y decía:

"Con el patas hemos tenido ya tantos encuentros que ahora parecemos dos compinches"



Pero no dejaba de quitarle almas y más almas al maldito Satanás.


Mensaje del Santo Cura de Ars


El mensaje del Santo Cura de Ars para hoy, se resume en algunos puntos:


Hombre de oración





Largos momentos delante del tabernáculo, una verdadera intimidad con Dios, un abandono total a su voluntad, un rostro transfigurado... son otros tantos elementos que tocaban a aquéllos que lo encontraba y dejaban percibir la profundidad de su vida de oración y de su unión con Dios. Fueron su gran alegría y el ambiente de una verdadera amistad con Dios:

"Os amo, Dios mío, y mi solo deseo es de amaros hasta el último suspiro de mi vida"

Una amistad que supone una reciprocidad, como dos pedazos de cera, precisaba el P. Vianney, que una vez fundidos no pueden ya separarse; así es nuestra alma con Dios cuando rezamos...


La Eucaristía celebrada
y adorada, corazón de todo...





"Está ahí"

Exclamaba el Santo Cura mirando al tabernáculo. Hombre de la Eucaristía, celebrada y adorada:

"No hay nada más grande que la Eucaristía"

Decía. Lo que quizás más lo tocaba era constatar que su Dios estaba presente en el tabernáculo, para nosotros:

"¡Nos espera!"

La conciencia de la presencia real de Dios en el Santísimo Sacramento fue quizás una de sus más grandes gracias y una de sus más grandes alegrías. Ofrecer Dios a los hombres y los hombres a Dios, el sacrificio eucarístico se convirtió muy pronto para él en el corazón de su jornada y de su pastoral.


Preocupado
por la salvación de los hombres


Es quizás lo que mejor resume lo que fue la presencia del Santo Cura durante sus 41 años de permanencia en Ars. Preocupado por su propia salvación y la de los demás, y muy especialmente la de aquéllos que venían a él o que tenía a su cargo. En cuanto párroco, "Dios me pedirá cuentas", decía. Que cada uno pueda gustar la alegría de conocer a Dios y de amarlo, y de saber que Él lo ama... en eso trabaja sin descanso el P. Vianney.


Mártir del confesionario


A partir de 1830 miles de personas vendrán a Ars para confesarse con él, más de 100.000 el último año de su vida... hasta 17 horas por día permanecía clavado a su confesionario para reconciliar a los hombres con Dios y entre ellos, el Cura de Ars es un verdadero mártir del confesionario, subrayaba Juan Pablo II. Subyugado por el amor de Dios, maravillado ante la vocación del hombre, consideraba una locura el querer ser separado de Dios. Quería que cada uno fuera libre para poder gustar del amor de Dios.


En el corazón de su parroquia,
un hombre social





"No se sabe cuánto ha hecho el Santo Cura como obra social", dice uno de sus biógrafos. Viendo en cada uno de sus hermanos presente al Señor, no se dará tregua para socorrerlos, ayudarlos, aliviar los sufrimientos o las heridas, permitir que cada uno fuera libre y feliz. Orfanato, escuelas, atención a los más pobres y a los enfermos, infatigable constructor... nada se le escapa. Acompaña a las familias y trata de protegerlas de todo lo que puede destruirlas (alcohol, violencia, egoísmo...). En el corazón de su pueblo, tiene en cuenta al hombre en todas sus dimensiones (humana, espiritual, social).


Patrón de todos
los párrocos del mundo


Beatificado en 1905, será declarado el mismo año, el 12 de abril, patrono de los sacerdotes de Francia por San Pío X. En 1929, cuatro años después de su canonización, el Papa Pío XI lo declarará:

"Patrono de todos los párrocos del mundo"



El Papa Juan Pablo II no dirá otra cosa recordando por tres veces, que:





"El Cura de Ars sigue siendo para todos los países un modelo sin igual, a la vez del cumplimiento del ministerio y de la santidad del ministro"

"¡Oh que el sacerdote es algo grande!"


Exclamaba Juan María Vianney, pues puede ofrecer Dios a los hombres y los hombres a Dios; es el testigo de la ternura del Padre hacia cada uno y el artesano de su salvación. El Cura de Ars es nuestro hermano mayor en el sacerdocio, al lado de quien cada sacerdote del mundo puede venir a confiar su ministerio o su vida sacerdotal.



Una llamada universal
a la santidad

"Te enseñaré el camino del Cielo"

Había contestado al pastorcillo que le mostró el camino de Ars, es decir:

"Te ayudaré a convertirte en un santo. Allí donde los santos pasan, Dios pasa con ellos"

Precisará él más tarde. Por último, invita a cada uno a dejarse santificar en este mundo por Dios, a tomar los medios para esta unión con Dios aquí en la tierra, y por la eternidad.


Atacado
por las fuerzas del demonio


Era de esperarse que un triunfo tan grande de la religión, así como la santidad del instrumento que Dios usó con este fin, trajese la furia del infierno. Por un período de 35 años el Santo Cura de Ars fue asaltado y molestado, de una manera física y tangible, por el demonio. La ocupación ordinaria del demonio, permitida por Dios hacia nosotros, es la tentación. El demonio también puede asechar las almas de diversas maneras.

  • Asedio: Acción extraordinaria del demonio, cuando busca aterrorizar por medio de apariciones horribles o por medio de ruidos.
  • La Obsesión: Va más allá. Puede ser externa, cuando el demonio actúa en los sentidos externos del cuerpo, o interna, cuando influencia la imaginación o la memoria.
  • Posesión: Cuando el demonio toma control de todo el organismo.

El Cura de Ars sufrió de la primera, asedio. Los ataques del demonio comenzaron en el invierno de 1824. Ruidos horribles y gritos estrepitosos se oían fuera de la puerta del presbiterio, viniendo aparentemente del pequeño jardín de enfrente. Al principio, el Padre Vianney pensó que eran salteadores que venían a robar, y a la siguiente noche le pidió a un señor que se quedase con él. Después de medianoche se comenzó a escuchar grandes ruidos y golpes contra la puerta de enfrente, parecía como si varios carros pesados estaban siendo llevados por los cuartos. El señor André buscó su pistola, miró por la ventana, pero no vio nada, sólo la luz de la luna. Decía:

"Por 15 minutos la casa retembló y mis piernas también"

Nunca más quiso quedarse en la casa. Ésto ocurría casi todas las noches. Aún ocurría cuando el santo cura no estaba en el pueblo. Una mañana el demonio incendió su cama. El santo se disponía a revestirse para la Santa Misa cuando se oyó el grito de "fuego, fuego". Él sólo le dio las llaves del cuarto a aquellos que iban a apagar el fuego. Sabía que el demonio quería parar la Santa Misa y no se lo permitió. Lo único que dijo fue:

"El villano, al no poder atrapar al pájaro le prende fuego a su jaula" 




Hasta el día de hoy los peregrinos pueden ver, sobre la cabecera de la cama, un cuadro con su cristal con las marcas de las llamas de fuego. El demonio por espacio de horas haría ruidos como de cristal, o silbidos o ruidos de caballo, y hasta gritaba debajo de la ventana del santo:

"Vianney, Vianney, come papas"

El propósito de todo ésto era el de no dejar dormir al Santo Cura para que se cansara y no pudiese estar horas en el confesionario, donde le arrancaba muchas almas de sus garras. Pero para 1845 estos ataques cesaron casi por completo. La constancia de nuestro santo ante estas pruebas fue recompensada por el Señor, con un poder extraordinario que le concedió de expulsar demonios de las personas poseídas. El santo sacerdote se puede decir que pasó su vida en una continua batalla con el pecado, a través de su trabajo en el confesionario. El gran milagro de Ars era el confesionario. Miles de personas acudían al pueblo de Ars para ver al Santo Cura, pero especialmente para confesarse con él.




La oración según
el Santo Cura de Ars




"Hermosa obligación del hombre: orar y amar.

Consideradlo, hijos míos: el tesoro del hombre cristiano no está en la tierra, sino en el cielo. Por esto, nuestro pensamiento debe estar siempre orientado hacia allí donde está nuestro tesoro.

El hombre tiene un hermoso deber y obligación: orar y amar. Si oráis y amáis, habréis hallado la felicidad en este mundo.



La oración no es otra cosa que la unión con Dios. Todo aquel que tiene el corazón puro y unido a Dios experimenta en sí mismo como una suavidad y dulzura que lo embriaga, se siente como rodeado de una luz admirable.

En esta íntima unión, Dios y el alma son como dos trozos de cera fundidos en uno sólo, que ya nadie puede separar. Es algo muy hermoso esta unión con Dios con su pobre criatura; es una felicidad que supera nuestra comprensión.

Nosotros nos habíamos hecho indignos de orar, pero Dios, por su bondad, nos ha permitido hablar con Él. Nuestra oración es el incienso que más le agrada.

Hijos míos, vuestro corazón es pequeño, pero la oración lo dilata y lo hace capaz de amar a Dios. La oración es una degustación anticipada del cielo, hace que una parte del paraíso baje hasta nosotros. Nunca nos deja sin dulzura; es como una miel que se derrama sobre el alma y lo endulza todo. En la oración hecha debidamente, se funden las penas como la nieve ante el sol.

Otro beneficio de la oración es que hace que el tiempo transcurra tan aprisa y con tanto deleite, que ni se percibe su duración. Mirad: cuando era párroco en Bresse, en cierta ocasión, en que casi todos mis colegas habían caído enfermos, tuve que hacer largas caminatas, durante las cuales oraba al buen Dios, y creedme, que el tiempo se me hacía corto.

Hay personas que se sumergen totalmente en la oración como los peces en el agua, porque están totalmente entregadas al buen Dios. Su corazón no está dividido. ¡Cuánto amo a estas almas generosas! San Francisco de Asís y Santa Coleta veían a Nuestro Señor y hablaban con Él del mismo modo que hablamos entre nosotros.





Nosotros, por el contrario, ¡cuántas veces venimos a la Iglesia sin saber lo que hemos de hacer o pedir! Y, sin embargo, cuando vamos a casa de cualquier persona, sabemos muy bien para qué vamos. Hay algunos que incluso parece como si le dijeran al buen Dios: "Sólo dos palabras, para deshacerme de Ti..." Muchas veces pienso que cuando venimos a adorar al Señor, obtendríamos todo lo que le pedimos si se lo pidiéramos con una fe muy viva y un corazón muy puro".





Oración de Amor a Dios
"Te amo, Oh mi Dios"
Autor: San Juan María Vianney





Te amo, Oh mi Dios.
Mi único deseo es amarte
hasta el último suspiro de mi vida.
Te amo, Oh infinitamente
amoroso Dios, y prefiero morir
amándote que vivir
un instante sin Ti.
Te amo, Oh mi Dios,
y mi único temor es ir al infierno,
porque ahí nunca tendría
la dulce consolación de tu amor,
Oh mi Dios,
si mi lengua no puede decir
cada instante que te amo,
por lo menos quiero
que mi corazón lo repita
cada vez que respiro.
Ah, dame la gracia
de sufrir mientras que te amo.
Y de amarte mientras que sufro,
y el día que me muera,
no sólo amarte
pero sentir que te amo.
Te suplico que mientras más cerca
estés de mi hora final
aumentes y perfecciones
mi amor por Ti.
Amén.




Fuente - Texto tomado de WIKIPEDIA.ORG:

Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:

Fuente - Texto tomado de SANTUARIO DE ARS:

Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:

Fuente - Texto tomado de DEVOCIONES.ORG:
http://www.devociones.org/oraciondeamoradios.htm

8 mujeres con las que los hombres cristianos nunca deberían casarse



Los hombres cristianos no deberían casarse con estos 8 tipos de mujeres: mejor buscar otra candidata.

La falta de perdón en una mujer, el carácter pendenciero, una mentalidad controladora... todo eso desanima particularmente al hombre.


P.J.Ginés/ReL - 1 de agosto de 2017


Como ya explicamos en ReL, la revista "Charisma Magazine", la más leída en Estados Unidos por lectores pentecostales y protestantes carismáticos, publicó un decálogo sobre “10 tipos de hombres con los que las mujeres cristianas no deberían casarse nunca”, que se hizo viral en Internet: lo leyeron más de 2 millones de personas y 1,5 millones lo reenviaron en la red.

Cuando llevaba ya 1,2 millones de reenvíos, el autor del artículo, J. Lee Grady, antiguo editor de la revista, publicó una segunda parte enfocada en el otro sexo: "8 mujeres con las que los hombres cristianos nunca deberían casarse". Los lectores (y lectoras) se la pedían con insistencia. Si bien mantiene el "nunca" en el título, a lo largo del artículo admite que con ayuda algunos de estos defectos pueden mejorarse, la persona puede cambiar... pero debería hacerlo antes del matrimonio.

Aunque no logró tantas visitas y lecturas (las mujeres son más dadas a compartir estas cosas con sus amigas y parientes), rápidamente el listado "para hombres" superó los 300.000 impactos.

“Soy el mentor de varios hombres jóvenes y he visto a unos cuantos de ellos casarse con éxito a lo largo de los años, por lo que no es difícil elaborar esta lista", escribe Grady. "Estas son las mujeres que pido a mis hijos espirituales que eviten”.




 8 mujeres con las que los hombres cristianos nunca deberían casarse


1. La no creyente


Grady considera que la Biblia deja “absolutamente claro” que los cristianos no deberían casarse con no creyentes, y para ello cita 2 Corintios 6, 14: “No os atéis con no creyentes” o bien “No os unzáis en yugo desigual con los infieles”.

Grady afirma: “Necesitáis una esposa que ame a Jesús más aún de lo que os ama a vosotros. Poned la madurez espiritual en lo alto de la lista de cualidades que queréis en una esposa”.

Sin embargo, no está tan “absolutamente claro” que la Biblia prohíba taxativamente el matrimonio con no cristianos, aunque pueda ser humanamente recomendable para muchas parejas.

En 1 Corintios 7,14, San Pablo explica qué sucede en los matrimonios donde un cónyuge no es cristiano y queda claro que no se opone completamente a esos matrimonios: “El marido no creyente queda santificado por su mujer, y la mujer no creyente queda santificada por el marido creyente”, una cita que recuerda el Catecismo de la Iglesia Católica en su párrafo 1637.

El Catecismo añade: “Es un gran gozo para el cónyuge cristiano y para la Iglesia el que esta santificación conduzca a la conversión libre del otro cónyuge a la fe cristiana. El amor conyugal sincero, la práctica humilde y paciente de las virtudes familiares, y la oración perseverante pueden preparar al cónyuge no creyente a recibir la gracia de la conversión”.

Estadísticamente, la principal causa de conversión al catolicismo por parte de adultos en países de Occidente es que su cónyuge o novio/a pertenece ya a la Iglesia Católica y desean compartir su fe.

Pero muchos pueden considerar que lo prudente es que la pareja se bautice o se convierta en la fase de noviazgo y se casen cuando esta fe haya madurado un poco.


2. La chica materialista


“Un amigo mío estaba prometido a una chica de familia rica. Él ahorró durante meses para comprar un anillo a la chica, pero cuando se declaró ella le dijo que debía volver a la joyería y comprar un diamante más grande. Ella le empujó a endeudarse por un anillo que cumpliese sus expectativas. La chica quería un estilo de vida Tiffany con el sueldo Wal-Mart de él. Dije a mi amigo que se estaba metiendo en problemas. A menos que queráis vivir endeudados el resto de la vida, no os caséis con una chica que tiene signos de dólar en sus ojos y 8 tarjetas de crédito en su bolso Gucci”.


3. La diva


Para Grady, la diva es la versión femenina del macho que se cree superior a las mujeres. “Piensan que el mundo gira a su alrededor y no se lo piensan dos veces si han de herir a alguien para demostrarlo. Sus palabras son tajantes y sus exigencias chasqueando dedos no son razonables. Algunas de estas mujeres podrían llegar a tener un cargo de responsabilidad en la iglesia, pero no os dejéis engañar por su charla superespiritual. Los verdaderos líderes son humildes. Si no veis humildad cristiana en la chica con la que salís, retroceded y seguid buscando en otra parte”.


4. La Dalila


“¿Os acordáis de Sansón? Fue ungido por Dios con fuerza sobrenatural, pero perdió su poder cuando una mujer seductora averiguó su secreto y le hizo el corte de pelo más famoso de la historia. Como Dalila, una mujer que no ha entregado su sexualidad a Dios te cegará con sus encantos, romperá tu corazón y te robará la unción".

"Si la mujer ‘cristiana’ con la que quedas en la iglesia viste provocativamente, flirtea con otros chicos, hace comentarios sexualmente inapropiados en Facebook y te dice que está bien el sexo antes del matrimonio, escápate de esa relación antes de que te atrape”.


5. La mujer pendenciera


“Mejor vivir en rincón de azotea que en palacio con mujer pendenciera”, se lee en Proverbios 21,9. Para Grady, se trata sobre todo de mujeres que arrastran heridas o agravios antiguos, quizá de una vida anterior, y que no “pasan página”. Puede ser un síntoma de que no están dispuestas a perdonar. “Si la mujer con la que sales está repleta de ira y de falta de perdón, las discusiones, portazos y dramas arruinarán vuestra vida juntos. Insiste en que busque ayuda, asesoramiento y oración”.


6. La controladora


“El matrimonio es una empresa conjunta al 50 por ciento y la única forma de que funcione es que ambos, esposo y esposa, practiquen la sumisión mutua según Efesios 5, 21”, escribe Grady (la cita es: “sed sumisos unos a otros en el temor de Cristo”).

“Igual que hay algunos chicos que piensan que pueden dirigir un matrimonio como una dictadura, hay mujeres que intentan manipular las decisiones para conseguir lo que quieren. Por eso el asesoramiento premarital es tan importante. No querrás esperar a que lleves dos semanas casado para descubrir que tu esposa no confía en ti y quiere controlarlo todo”.


7. La niña de mamá


“Es normal que una esposa novata llame a su mamá con regularidad buscando apoyo y consejo. No es normal que la llame 5 veces al día para comentar cada detalle de su matrimonio, incluyendo su vida sexual. Eso es estrambótico. He tratado con chicos cuyas esposas permitían a sus madres -¡o padres!- un control total de su matrimonio. Genesis 2,24 dice que el hombre dejará a sus padres y se unirá a su mujer. Los padres deberían quedar muy en la retaguardia del matrimonio de sus hijos. Si tu novia no ha cortado los hilos, vete con cuidado”.


8. La adicta


“Hay mucha gente en la iglesia hoy que no ha sido discipulada adecuadamente. Muchos aún sufren por varios tipos de adicciones: alcohol, drogas ilegales, medicinas, pornografía (bien porque no confrontamos estos pecados desde el púlpito o porque no apoyamos lo suficiente a estas personas). Jesús puede liberar completamente a una persona de estos hábitos, pero tú no deberías esperar a estar casado para descubrir que tu esposa no se mantiene sobria. Quizá aún estés llamado a casarte con ella, pero no es sabio llevarla al altar mientras tu novia no haya afrontado en serio sus problemas”.

El consejo final de Grady es “mirar más allá de las cualidades externas que el mundo dice que son importantes y mirar al corazón”. Y aporta una cita del final del libro de Proverbios (31,30): “Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura, la mujer que teme al Señor merece alabanza”.







(Este es un artículo de Hemeroteca; la versión originaria de este artículo se publicó el 1 de abril de 2014).


Fuente - Texto tomado de RELIGIONENLIBERTAD.COM:
http://www.religionenlibertad.com/los-hombres-cristianos-deberian-casarse-con-estos-tipos--58507.htm