sábado, 6 de junio de 2020

Lectura del Santo Evangelio Según San Juan 3, 16-18



16. Que amó tanto Dios al mundo, que no paró hasta dar a su Hijo unigénito; a fin de que todos los que creen en Él, no perezcan, sino que vivan vida eterna.










17. Pues no envió Dios su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que por su medio el mundo se salve.






18. Quien cree en Él, no es condenado; pero quien no cree, ya tiene hecha la condena; por lo mismo que no cree en el nombre del Hijo unigénito de Dios.


Palabra de Dios
Gloria a Ti, Señor Jesús

Solemnidad Santísima Trinidad - Fiesta Junio 7 de 2020




EL DOGMA
DE LA
SANTÍSIMA TRINIDAD


253 La Trinidad es una. No confesamos tres dioses sino un solo Dios en tres personas: "la Trinidad consubstancial" (Concilio de Constantinopla II, año 553: DS 421). Las personas divinas no se reparten la única divinidad, sino que cada una de ellas es enteramente Dios: "El Padre es lo mismo que es el Hijo, el Hijo lo mismo que es el Padre, el Padre y el Hijo lo mismo que el Espíritu Santo, es decir, un solo Dios por naturaleza" (Concilio de Toledo XI, año 675: DS 530). "Cada una de las tres personas es esta realidad, es decir, la substancia, la esencia o la naturaleza divina" (Concilio de Letrán IV, año 1215: DS 804).

254 Las Personas divinas son realmente distintas entre sí. "Dios es único pero no solitario" (Fides Damasi: DS 71). "Padre", "Hijo", Espíritu Santo" no son simplemente nombres que designan modalidades del ser divino, pues son realmente distintos entre sí: "El que es el Hijo no es el Padre, y el que es el Padre no es el Hijo, ni el Espíritu Santo el que es el Padre o el Hijo" (Concilio de Toledo XI, año 675: DS 530). Son distintos entre sí por sus relaciones de origen: "El Padre es quien engendra, el Hijo quien es engendrado, y el Espíritu Santo es quien procede" (Concilio de Letrán IV, año 1215: DS 804). La Unidad divina es Trina.

255 Las Personas divinas son relativas unas a otras. La distinción real de las Personas entre sí, porque no divide la unidad divina, reside únicamente en las relaciones que las refieren unas a otras: "En los nombres relativos de las personas, el Padre es referido al Hijo, el Hijo lo es al Padre, el Espíritu Santo lo es a los dos; sin embargo, cuando se habla de estas tres Personas considerando las relaciones se cree en una sola naturaleza o substancia" (Concilio de Toledo XI, año 675: DS 528). En efecto, "en Dios todo es uno, excepto lo que comporta relaciones opuestas" (Concilio de Florencia, año 1442: DS 1330). "A causa de esta unidad, el Padre está todo en el Hijo, todo en el Espíritu Santo; el Hijo está todo en el Padre, todo en el Espíritu Santo; el Espíritu Santo está todo en el Padre, todo en el Hijo" (Concilio de Florencia, año 1442: DS 1331).



Resumen


261 El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Sólo Dios puede dárnoslo a conocer revelándose como Padre, Hijo y Espíritu Santo.

262 La Encarnación del Hijo de Dios revela que Dios es el Padre eterno, y que el Hijo es "de la misma naturaleza que el Padre", es decir, que es en Él y con Él el mismo y único Dios.

263 La misión del Espíritu Santo, enviado por el Padre en nombre del Hijo (cf. Jn 14,26) y por el Hijo "de junto al Padre" (Jn 15,26), revela que él es con ellos el mismo Dios único. "Con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria".

264 "El Espíritu Santo procede principalmente del Padre, y por concesión del Padre, sin intervalo de tiempo procede de los dos como de un principio común" (S. Agustín, De Trinitate, 15,26,47).

265 Por la gracia del bautismo "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mt 28, 19) somos llamados a participar en la vida de la Bienaventurada Trinidad, aquí abajo en la oscuridad de la fe y, después de la muerte, en la luz eterna (cf. Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios 9).

266 "La fe católica es ésta: que veneremos un Dios en la Trinidad y la Trinidad en la unidad, no confundiendo las Personas, ni separando las substancias; una es la persona del Padre, otra la del Hijo, otra la del Espíritu Santo; pero del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo una es la divinidad, igual la gloria, coeterna la majestad" (Símbolo "Quicumque": DS, 75).

267 Las Personas divinas, inseparables en su ser, son también inseparables en su obrar. Pero en la única operación divina cada una manifiesta lo que le es propio en la Trinidad, sobre todo en las misiones divinas de la Encarnación del Hijo y del don del Espíritu Santo.






Historia de la Fiesta




Comenzó a celebrarse esta fiesta hacia el año 1000, tal vez un poco antes. Parece ser que fueron los monjes los que asignaron el Domingo después de Pentecostés para su celebración. Las iglesias diocesanas comenzaron a seguir el ejemplo de los benedictinos y los cistercienses, y en los dos siglos siguientes, la celebración se extendió por toda Europa. Roma, siempre tan conservadora en cuestión de liturgia, tardó en admitir la nueva fiesta. Por fin, en 1334, el Papa Juan XXII la introdujo como fiesta de la Iglesia universal.

El Domingo de la Santísima Trinidad es de institución relativamente tardía, pero fue precedido por siglos de devoción al misterio que celebra. Tal devoción arranca del mismo Nuevo Testamento; pero lo que le dio especial impulso fue la lucha de la Iglesia contra las herejías de los siglos IV y V. 




Significado de la Fiesta


El objeto de la fiesta no es una realidad abstracta. Lo que adoramos es el Dios vivo, el Dios en que vivimos, nos movemos y existimos. Las personas divinas de la Trinidad no son extrañas. Por el bautismo participamos en la vida de Dios; entramos en relación personal con el Dios uno y trino. La gracia bautismal nos incorpora a Cristo, nos llena con su Espíritu, nos hace hijos de Dios. En una meditación sobre la Trinidad, Santo Tomás de Aquino afirma que por la gracia no sólo el Hijo, sino también el Padre y el Espíritu Santo vienen a morar en la mente y el corazón. El Padre viene fortaleciéndonos con su poder; el Hijo, iluminándonos con su sabiduría, el Espíritu Santo, con su bondad llena de amor nuestros corazones.




Símbolo
Niceno-Constantinopolitano






Creo en un solo Dios,
Padre todopoderoso,
Creador de cielo y tierra,
de todo lo visible y lo invisible.




Creo en un solo Señor,
Jesucristo, Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios,
Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero;
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza que el Padre,
por Quien todo fue hecho;
que por nosotros los hombres
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día,
según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.





Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.






Creo en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un sólo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.




El Misterio






El misterio de la Santísima Trinidad
consiste en que Dios es uno solo
y en Él hay tres Personas:

Padre, Hijo y Espíritu Santo


El misterio de la Santísima Trinidad nos ha sido revelado por la Persona, palabras y acciones de Jesucristo. Después de haber hablado por los Profetas, Dios envió a su Hijo, Jesucristo, quien nos dio la Buena Nueva de la salvación. Éste es el mensaje del Nuevo Testamento. Con sus palabras y acciones, y especialmente en su sagrada Persona, Jesús nos dio a conocer las más profundas verdades acerca de Dios. La Trinidad es el misterio más profundo.

Jesús nos ha revelado los secretos del Reino de los Cielos. La suprema de sus enseñanzas es el secreto de Dios mismo. Nos ha hablado de la vida de Dios. Nos enseñó que Dios, siendo uno solo, hay en Él tres Personas iguales.

Nos dijo sus nombres:


"Padre, Hijo y Espíritu Santo"


Jesucristo se presentó a Sí mismo como el eterno y divino Hijo de Dios. Afirmó que es el Hijo, el Unigénito del Padre, igual al Padre.

Jesús nos reveló más plenamente al Padre. Siempre hablaba de su Padre llamándole por este nombre. Nos enseñó a amar a nuestro Padre celestial porque nos ama. Él quiere ayudarnos en todas las necesidades de alma y cuerpo. Quiere llevar a sus hijos a su hogar del Cielo.

Jesús reveló la tercera Persona divina, el Espíritu Santo. El Padre y el Hijo, después de la Resurrección, lo enviaron a la Iglesia. Jesús había prometido enviar la tercera Persona, Dios igual que Él mismo y el Padre.

Jesús, el Divino Maestro, habló a sus discípulos acerca del verdadero Dios y los llamó a ser hijos de Dios por el don del Espíritu.

Honramos a la Santísima Trinidad siempre que tomamos conciencia de que Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo están presentes en nuestra alma. Le honramos así mismo cuando tratamos de entender con la ayuda de la fe, que por el Bautismo estamos llamados a íntima unión de amor con las tres divinas Personas.




Misión de la Santísima Trinidad




  1. En la Creación: Dios Padre está como principio de todo lo que existe.
  2. En la Encarnación: Dios se encarna, por amor a nosotros, en Jesús, para liberarnos del pecado y llevarnos a la vida eterna.
  3. En Pentecostés: El Padre y El Hijo se hacen presentes en la vida del hombre en la Persona del Espíritu Santo, cuya misión es santificarnos, iluminándonos y ayudándonos con sus dones a alcanzar la vida eterna.

¿Qué hacemos al persignarnos?


"En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" Es costumbre de los católicos repetir frecuentemente estas palabras, al principio y al fin de nuestras acciones. Cada vez que hacemos la Señal de la Cruz sobre nuestro cuerpo, recordamos el misterio de la Santísima Trinidad:

  1. En el nombre del Padre: Ponemos la mano sobre la frente, señalando el cerebro que controla todo nuestro cuerpo, recordando en forma simbólica que Dios es la fuente de nuestra vida.
  2. ... y del Hijo: Colocamos la mano en el pecho, donde está el corazón, que simboliza al amor. Recordamos con ello que por amor a los hombres, Jesucristo se encarnó, murió y resucitó para librarnos del pecado y llevarnos a la vida eterna.
  3. ... y del Espíritu Santo: Colocamos la mano en el hombro izquierdo y luego en el derecho, recordando que el Espíritu Santo nos ayuda a cargar con el peso de nuestra vida, el que nos ilumina y nos da la gracia para vivir de acuerdo con los mandatos de Jesucristo.




Oración de Adoración
a la
Santísima Trinidad






Adoración al Padre Eterno
Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria






Oración




Os adoro, oh Padre eterno, con toda la corte celestial, por mi Dios y Señor, y os doy infinitas gracias en nombre de la Santísima Virgen, vuestra Hija muy amada, por todos los dones y privilegios con que la adornasteis, especialmente por aquel poder con que la enaltecisteis en su gloriosa Asunción a los cielos.


Adoración al eterno Hijo
Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria






Oración


Os adoro, oh eterno Hijo, con toda la corte celestial por mi Dios, Señor y Redentor, y os rindo gracias infinitas en nombre de la Santísima Virgen, vuestra muy amada Madre, por todos los dones y privilegios con que la adornasteis, especialmente por aquella suma sabiduría con que la ilustrasteis en su gloriosa Asunción al cielo.


Adoración al Espíritu Santo
Un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria






Oración


Os adoro, Espíritu Santo paráclito, por mi Dios y Señor, y os doy infinitas gracias con toda la corte celestial en nombre de la Santísima Virgen, vuestra amantísima Esposa por todos los dones y privilegios con que la adornasteis, especialmente por aquella perfectísima y divina caridad con que inflamasteis su santísimo y purísimo corazón en el acto de su gloriosísima Asunción al cielo; y humildemente os suplico en nombre de vuestra inmaculada Esposa, me otorguéis la gracia de perdonarme todos los gravísimos pecados que he cometido desde el primer instante en que pude pecar, hasta el presente, de los cuales me duelo infinitamente, con propósito de morir antes que volver más a ofender a vuestra divina Majestad; y por los altísimos méritos y eficacísima protección de vuestra amantísima Esposa os suplico me concedáis a mí y a N. el preciosísimo don de vuestra gracia y divino amor, otorgándome aquellas luces y particulares auxilios con los cuales vuestra eterna Providencia ha predeterminado salvarme, y conducirme a sí.


Texto Tomado del Catecismo de la Iglesia Católica – La Profesión de la Fe – La Revelación de Dios como Trinidad – La Santa Sede – Vaticano


El tiempo del Papa Francisco se termina - La nueva normalidad del Vaticano - Bose sin Bianchi - La peste en Roma



Por SPECOLA | 01 junio, 2020


Empezamos el mes de junio dedicado a la devoción al Corazón de Jesús tan promocionada por los jesuitas en tiempos no tan lejanos con un proselitismo hoy repudiado. Vivimos en una situación de excepcionalidad sin precedentes en la vida de nuestras sociedades y en la de la iglesia. No son tiempos indiferentes y todos somos conscientes que vivimos el fin de un período histórico. La historia nos enseña que no serán los actuales dirigentes, tanto políticos como religiosos, los que construirán el futuro. En grandes líneas tenemos una generación que se resiste a morir, otra que será el puente necesario y una realidad joven que está naciendo.

Estamos viviendo un pontificado extraño por muchos motivos. Podemos dejar a un lado la peculiar personalidad del Papa Francisco que a fin de cuentas, y como ha sucedido, quedará en el olvido. La coexistencia de dos papas vivos es única en la historia y no podemos saber cuál será la verdadera repercusión. Para colmo nos llega la primera epidemia planetaria que está alterándolo todo, no sabemos ni cuánto durará, ni cómo terminará y mucho menos cuáles serán sus consecuencias. Lo que sí podemos intuir con bastante certeza es que el tiempo del Papa Francisco se ha terminado. Su pontificado puede durar algo más, mucho no puede ser, pero estaremos inmersos en las respuestas a las consecuencias de la epidemia. Lo que estamos viendo no apunta en una dirección tranquila y la aparición de disturbios sociales importantes va en aumento.

En la vida de la Iglesia las cosas no están mejor y se vive una profunda división hasta el punto de poder hablar con propiedad de dos iglesias o de dos formas de entender la revelación y de vivir la fe. La iglesia de Cristo es única y sólo puede ser una. Pertenecen a ella los que están con Cristo y esto es una realidad sobrenatural que se nos escapa. El que no está con nosotros está contra nosotros. Son momentos en los que debemos descubrir cómo hacer presente la revelación divina en nuestro tiempo y sin duda el Espíritu Santo será el que va actuando. La posición del Papa Francisco es endemoniada, ha jugado a todo en estos años y cabreado a demasiados. Las palabras sirven de muy poco a estas alturas y son muchos los que hace tiempo que han dejado de seguirlo para vivir su fe con paz y serenidad. La mayoría se lo calla, pero cada vez menos. Pretender una unidad ‘humana’ en torno a los dichos y hechos de Francisco, es imposible porque no es católica. La unidad en la diversidad solo es posible si estamos unidos en torno a Jesucristo todo lo demás es absurdo y una pérdida de tiempo. Nuestros ‘líderes’ son los santos porque nos acercan a Dios y hacen presente en sus vidas la presencia sobrenatural. El cura de Ars es el patrono de los sacerdotes no por ser el ‘cura de Ars’ sino por ser el ‘santo’ cura de Ars. Si perdemos de vista la visión sobrenatural en nuestra fe, hemos perdido la fe que llamamos católica y estamos ante otra cosa.

Suena demasiado alienado con los postulados de Naciones Unidas el interés del Papa Francisco de predicarnos la ‘construcción de una nueva realidad’. Los ideólogos están en acción intentando defendernos un nuevo contraste con el evangelio que se encarna en el Papa Francisco. Se intenta controlar la interpretación, el relato, como se dice ahora, de que la pandemia no es, ni de lejos, un castigo divino, aparecen y desaparecen artículos en los medios de régimen con la intención de ajustarse al discurso oficial.

El caso ‘Enzo Bianchi’ sigue en los medios. Se habla de ‘humanista ateo’ sin máscara. En el monasterio de Bose todo eran prisas y silencios ante la primera ausencia de su fundador en la celebración dominical. Pocos asistentes y caras largas en los celebrantes, estamos ante la sensación de otro tiempo que se está cerrando.

Ya hemos tenido el primer bautizo en territorio de Vaticano. La parroquia de Santa Ana retoma actividades e intenta volver a la normalidad. Por ahora no vemos que regresen los visitantes y todo sigue cerrado. Las consecuencias en las arcas pontificias ya se están haciendo notar y, por mucho que predique Maradiaga, se han acabado los contratos a tiempo parcial y los extraordinarios que redondeaban los pequeños sueldos. El bloqueo de nuevos contratos viene de muy atrás y en este momento son demasiados los que sumaban desde años contratos temporales que ahora desaparecen. Malos tiempos que pueden ser aún peores.

Nuevos brotes de contagios en Roma en el Lacio son el peor pasaporte para la apertura de la actividad turística en la ciudad de Roma estos días. La estación Termini y el aeropuerto están en el punto de mira. La región amazónica está especialmente afectada por la epidemia y preocupa la total ausencia de medios sanitarios que se está llevando por delante a demasiados. El barco hospital del sínodo de la pachamama sigue desaparecido y los dineros alemanes empiezan a escasear.

«Éste es el heredero. Venga, lo matamos, y será nuestra la herencia».

Buena lectura.


Fuente - Texto tomado de INFOVATICANA.COM:
https://infovaticana.com/blogs/specola/el-tiempo-del-papa-francisco-se-termina-la-nueva-normalidad-del-vaticano-bose-sin-bianchi-la-peste-en-roma/

ESCÁNDALO - Los contratos del Vaticano - el Papa Francisco controlado por Soros - las telarañas de las arcas pontificas - Bianchi y Bose




Los contratos del Vaticano, el Papa Francisco controlado por Soros, las telarañas de las arcas pontificas, Bianchi y Bose.


POSTED ON JUNIO 2, 2020


Por InfoVaticana/Specola


Todos los periódicos de hoy nos informan de las nuevas normas de contratos aprobadas por el Papa Francisco y que afectan al Estado Ciudad del Vaticano y a la Santa Sede. En general, las informaciones denotan un desconocimiento del mundo Vaticano que hace que se nos quiera vender una burra demasiado averiada. Intentaremos ser breves y concisos sin ánimo de agotar un tema tan Vaticano.

Lo primero que hay que entender es que el Vaticano es una realidad muy pequeña. Si hay una obra abierta el ruido connatural al trabajo lo puede escuchar el Papa Francisco desde su apartamento en Santa Marta. No estamos hablando de controlar los contratos públicos de Estados Unidos, ni tan siquiera de Malta. Lo segundo que hay que saber es que normas las hemos tenido siempre y con un buen nivel de regulación. Aquí pasa, como en el tema de los abusos a menores, que no se han aplicado, o mejor y al más puro estilo curial, se han aplicado formalmente hasta puntillosamente y con eso se ha cubierto una corrupción que ha inundado y lo sigue haciendo todo el enrevesado mundo de intereses que siempre ha rodeado la sombra del cupulón.

El Vaticano es un estado, pequeño, pero estado, y la normativa Italiana y Europea no se aplica. La Totalidad de empresas que trabajan en el Vaticano son italianas y eluden la normativa italiana en sus trabajos vaticanos. Los juegos están servidos. En el Vaticano no hay impuestos, no existe el temido IVA y por tanto el control de la facturación se limita, en caso de haberlo, a los documentos presentados por parte siendo imposible su comprobación. Si a esto añadimos la picaresca italiana, que en el Vaticano alcanza grados de superación nunca vistos, tenemos el menú perfecto. Los trabajos de la comisión de reforma de la curia pretendían unificar toda esta normativa dispersa, lo que ahora se hace, y veremos cómo se aplica, centralizando la aprobación y el control de todo el proceso de contratos. Todo esto es por ahora papel y mucho nos tememos que mojado. La actual y profunda crisis que afecta al Vaticano a todos los niveles hará que disminuya significativamente la corrupción por falta de dinero, y por tanto de posibles contratos a todos los niveles, pero no podemos descartar en absoluto, más bien lo esperamos, que nos encontremos ante operaciones comprometidas y arriesgadas fruto de la desesperación queriendo sacar de donde no hay.

El riesgo de quiebra ya estaba contemplado antes de la crisis de la peste. El último libro de Gianluigi Nuzzi nos ofrece sobrada documentación de primera mano de que en fechas bien recientes, balances de 2019 y presupuestos de 2020, hace saltar todas las alarmas. El Consejo de Economía presidido por Marx, caducado y sin reuniones desde antes de la peste, ha tratado reiteradamente el riesgo de quiebra. La Secretaría para la Economía, antes de Pell ahora SJ, aún privada y vaciada de sus atribuciones originales, no ha dejado de avisarlo. La Oficina del Revisor General, en teoría el órgano máximo de control, descabezada y reducida, no deja de señalar machaconamente en sus informes internos del peligro existente. Y todo esto antes de la crisis provocada por la pandemia. Si este riesgo era más que cierto y verificado sin la peste no hace falta ser un lince para entender que lo de ahora es catastrófico, apocalíptico, y nadie podía ni imaginarlo en sus peores pesadillas. Los ingresos más importantes, que ya no alcanzaban a cubrir gastos desde hace años, han desaparecido del todo. Las inversiones financieras, pocas y escuálidas, están en el mejor de los casos reducidas a la mitad y de los alquileres mejor no hablar con los negocios cerrados. Hace tiempo, en los primeros días de la epidemia, afirmábamos que el peor de los escenarios reconocido por el Vaticano no estaría nada mal, hoy las cosas no han mejorado nada y la persistencia de la peste lo está agravando todo.

Circula por la red una presunta filtración de documentos de Anonymous sobre el Vaticano. No son muy fiables porque el Vaticano no tiene un sistema informático que merezca el nombre de tal y por tanto su ‘hackeo’ es imposible por falta de materia ‘hackeable’, ni los reconocidos expertos de Anonymous son capaces de hackear lo que no existe. Nadie se fía de nadie dentro como para depositar ni una coma en un servidor central. Los sistemas de codificación de la Secretaria de Estado necesitan de expertos en las últimas guerras para poder descifrarlos. Lo que sí tenemos es referencias al Vaticano y al Papa Francisco en presuntos documentos de otras instituciones. Parece que Soros está orgulloso de su control sobre el Papa Francisco y el Vaticano, para llegar a estas sublimes conclusiones no necesitamos filtraciones.

Lo de Bianchi y Bose sigue llenando páginas de información. Bianchi es Bose y Bose es Bianchi. Tosati nos ofrece en su blog un resumen de lo publicado hasta ahora y de la autoridad de los autores que opinan sobre el caso. Bianchi ha entrado en situación ‘latitante’ pero esto no quiere decir que esté muerto o anulado. Es posible que no volvamos a tener noticias de la existencia de Bianchi pero la vendetta del animal herido siempre es peligrosa. En Italia, sobre todo en el sur, saben mucho de estas cosas y son verdaderos maestros.

Lo del Papa Francisco con China es un amor a prueba de crisis y se está demostrando. Seguimos sin conocer los pactos secretos que hasta es posible que sean verbales y sellados con un ‘pacto de hermanos’. Hong Kong sigue revuelto y el poco espacio de libertad se va perdiendo también en el ámbito religioso. Soros, con esto, también está muy contento.

En Venecia también hay cuervos y anónimos que tienen en su sin vivir a su poderosa curia. El patriarca ha intervenido para anunciar que los autores están identificados pero que sigue habiendo una ‘mente anónima’. Si esto pasa en Venecia, que no deja de ser una sede tranquila, nos podemos imaginar cómo está Roma.

Los alemanes siguen con sus cosas y, pasado el primer susto, parece que van perdiendo el miedo a la peste y vuelven a sus andadas. Nos tememos que cambiarán de idea cuando se den cuenta de que el bolsillo está vacío y no son tiempos de discutir sobre el sexo de los ángeles.

La peste se está cebando especialmente con los indios del Amazonas. Las noticias que nos llegan son dramáticas y sus obispos, portadores de la pachamama, tan presentes en tiempos recientes están desaparecidos. Sin dineros alemanes y por tanto sin hoteles, sin restaurantes y sin aeropuertos la cosa está muy entristecida.

«Jesús, viendo su hipocresía, les replicó: ¿Por qué intentáis cogerme?»

Buena lectura.


Fuente - Texto tomado de ACNWEB.MX:
https://acnweb.mx/los-contratos-del-vaticano-el-papa-francisco-controlado-por-soros-las-telaranas-de-las-arcas-pontificas-bianchi-y-bose/






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