sábado, 14 de noviembre de 2020

Lectura del Santo Evangelio Según San Mateo 25, 14-30



14. Porque el Señor obrará como un hombre que, yéndose a lejanas tierras, convocó a sus criados y les entregó sus bienes.

15. Dando al uno cinco talentos, a otro dos, y uno sólo a otro, a cada uno según su capacidad, y marchóse inmediatamente.

16. El que recibió cinco talentos fue, y negociando con ellos, sacó de ganancia otros cinco.

17. De la misma suerte aquel que había recibido dos, ganó otros dos.

18. Mas el que recibió uno, fue e hizo un hoyo en la tierra, y escondió el dinero de su señor.

19. Pasado mucho tiempo, volvió el amo de dichos criados, y llamólos a cuentas.

20. Llegando el que había recibido cinco talentos, presentóle otros cinco, diciendo:


"Señor, cinco talentos me entregaste; he aquí otros cinco más que he ganado con ellos"


 

21. Respondióle su amo:




"Muy bien, siervo bueno, siervo diligente y leal; ya que has sido fiel en lo poco, yo te confiaré lo mucho: ven a tomar parte en el gozo de tu señor"


 

22. Llegóse después el que había recibido dos talentos, y dijo:


 

"Señor, dos talentos me diste; aquí te traigo otros dos que he granjeado con ellos"


23. Díjole su amo:




"¡Muy bien, siervo bueno y fiel!, pues has sido fiel en pocas cosas, yo te confiaré muchas más: ven a participar del gozo de tu señor"


24. Por último, llegando el que había recibido un talento, dijo:


"Señor, yo sé que eres un hombre de recia condición, que siegas donde no has sembrado, y recoges donde no has esparcido.




25. Y así, temeroso de perderle, me fui y escondí tu talento en tierra; aquí tienes lo que es tuyo"


 

26. Pero su amo, cogiéndole la palabra, le replicó y dijo:


"¡Oh siervo malo y perezoso! Tú sabías que siego donde no siembro, y recojo donde nada he esparcido.

 

27. Pues por eso mismo debías haber dado a los banqueros mi dinero, para que yo a la vuelta recobrase mi caudal con los intereses.


 


 

28. Ea, pues, quitadle aquel talento, y dádselo al que tiene diez talentos.

 

29. Porque a quien tiene, dársele ha, y estará abundante o sobrado; mas a quien no tiene, quitársele aún aquello que parece que tiene.



30. Ahora bien; a ese siervo inútil arrojadlo a las tinieblas de afuera: allí será el llorar y el crujir de dientes".


 



Palabra de Dios,
Gloria a Ti, Señor Jesús