Epifanía
(Manifestación del Señor)
(Manifestación del Señor)
El Evangelio de San Mateo (2, 1-12)
relata la historia de los magos:
La Epifanía es una de las fiestas litúrgicas más antiguas, más aún que la misma Navidad. Comenzó a celebrarse en Oriente en el siglo III y en Occidente se la adoptó en el curso del IV. Epifanía, voz griega que a veces se ha usado como nombre de persona, significa "Manifestación", pues el Señor se reveló a los paganos en la persona de los magos.
Tres misterios se han solido celebrar en esta sola fiesta, por ser tradición antiquísima que sucedieron en una misma fecha aunque no en un mismo año; estos acontecimientos salvíficos son:
- La adoración de los magos.
- El bautismo de Cristo por Juan.
- Primer milagro que Jesucristo, por intercesión de su Madre, realizó en las bodas de Caná y que, como lo señala el evangelista Juan, fue motivo de que los discípulos creyeran en su Maestro como Dios.
Epifanía significa "manifestación". Jesús se da a conocer. Aunque Jesús se dio a conocer en diferentes momentos a diferentes personas, la Iglesia celebra como epifanías tres eventos:
- Su Epifanía ante los Magos de Oriente: Manifestación a los paganos.
- Su Epifanía del Bautismo del Señor: Manifestación a los judíos por medio de San Juan Bautista.
- Su Epifanía de las Bodas de Caná: Manifestación a Sus discípulos y comienzo de Su vida pública por intercesión de Su Madre María.
Para los occidentales, que, como queda dicho más arriba, aceptaron la fiesta alrededor del año 400, la Epifanía es popularmente el día de los reyes magos. En la antífona de entrada de la Misa correspondiente a esta solemnidad se canta:
"Ya viene el Señor del universo, en sus manos está la realeza, el poder y el imperio"
Significado de la fiesta
Antes de la llegada del Señor, los hombres vivían en tinieblas, sin esperanza. Pero el Señor ha venido, y es como si una gran luz hubiera amanecido sobre todos y la alegría y la paz, la felicidad y el amor hubieran iluminado todos los corazones. Jesús es la luz que ha venido a iluminar y transformar a todos los hombres. Con la venida de Cristo se cumplieron las promesas hechas a Israel. En la Epifanía celebramos que Jesús vino a salvar no sólo a Israel sino a todos los pueblos. Epifanía quiere decir "manifestación", iluminación. Celebramos la manifestación de Dios a todos los hombres del mundo, a todas las regiones de la tierra. Jesús ha venido para revelar el amor de Dios a todos los pueblos y ser luz de todas las naciones. Dios quiere la felicidad del mundo entero. Él ama a cada uno de los hombres, y ha venido a salvar a todos los hombres, sin importar su nacionalidad, su color o su raza. Es un día de alegría y agradecimiento, porque al ver la luz del Evangelio, salimos al encuentro de Jesús, lo encontramos y le rendimos nuestra adoración como los magos.
- Reyes Magos: Los orientales llamaban magos a los doctores; en lengua persa, mago significa "sacerdote". La tradición, más tarde, ha dado a estos personajes el título de reyes. Esta atribución de realeza a los visitantes ha sido apoyada ocasionalmente en numerosos pasajes de la Escritura, que describen el homenaje que el Mesías de Israel recibe por parte de los reyes extranjeros. Por alusión al Salmo 72, 10-11: "Los reyes de occidente y de las islas le pagarán tributo. Los reyes de Arabia y de Etiopía le ofrecerán regalos. Ante Él se postrarán todos los reyes y le servirán todas las naciones".
- De Oriente: El Oriente, para los judíos, era Arabia, Persia o Caldea.
- La Estrella de Belén: El evangelista Mateo (2, 2) relaciona el nacimiento de Jesús en Belén con la aparición de una estrella particularmente luminosa en el cielo de Palestina.
- Sus nombres y regalos: Sus nombres no aparecen en la Biblia, sólo sabemos que vienen de Oriente. Pero la tradición les ha dado nombres:
- Melchor: Tradicionalmente un anciano blanco con barbas, trae como regalo oro que representa la realeza de Cristo.
- Gaspar: Joven, de piel morena, trae incienso, representando la divinidad de Cristo.
- Baltasar: De raza negra, ofrece al Niño Dios mirra (sustancia que se utiliza para embalsamar cadáveres), representando Su humanidad, el sufrimiento y la muerte del Señor.
El verdadero rey que debemos
contemplar en esta festividad
es el pequeño JESÚS
Las oraciones litúrgicas se refieren a la estrella que condujo a los magos junto al Niño Divino, al que buscaban para adorarlo. Precisamente en esta adoración han visto los santos padres la aceptación de la divinidad de Jesucristo por parte de los pueblos paganos. Los magos supieron utilizar sus conocimientos (en su caso, la astronomía de su tiempo), para descubrir al Salvador, prometido por medio de Israel, a todos los hombres.
El sagrado misterio de la Epifanía está referido en el evangelio de San Mateo. Al llegar los magos a Jerusalén, éstos preguntaron en la corte el paradero del "Rey de los judíos". Los maestros de la ley supieron informarles que el Mesías del Señor debía nacer en Belén, la pequeña ciudad natal de David; sin embargo, fueron incapaces de ir a adorarlo junto con los extranjeros. Los magos, llegados al lugar donde estaban el Niño con María su Madre, ofrecieron oro, incienso y mirra, sustancias preciosas en las que la tradición ha querido ver el reconocimiento implícito de la realeza mesiánica de Cristo (oro), de su divinidad (incienso) y de su humanidad (mirra).
A Melchor, Gaspar y Baltasar (nombres que les ha atribuido la leyenda, considerándolos tres por ser triple el don presentado, según el texto evangélico), puede llamárselos adecuadamente peregrinos de la estrella. Los orientales llamaban magos a sus doctores; en lengua persa, mago significa "sacerdote". La tradición, más tarde, ha dado a estos personajes el título de reyes, como buscando destacar más aún la solemnidad del episodio que, en sí mismo, es humilde y sencillo. Esta atribución de realeza a los visitantes ha sido apoyada ocasionalmente en numerosos pasajes de la Escritura que describen el homenaje que el Mesías de Israel recibe por parte de los reyes extranjeros.
La Epifanía, como lo expresa la liturgia, anticipa nuestra participación en la gloria de la inmortalidad de Cristo manifestada en una naturaleza mortal como la nuestra. Es, pues, una fiesta de esperanza que prolonga la luz de Navidad. Esta solemnidad debería ser muy especialmente observada por los pueblos que, como el nuestro, no pertenecen a Israel según la sangre. En los tiempos antiguos, sólo los profetas, inspirados por Dios mismo, llegaron a vislumbrar el estupendo designio del Señor: salvar a la humanidad entera, y no exclusivamente al pueblo elegido.
Enseñanzas
Los magos representan a todos aquellos que buscan, sin cansarse, la luz de Dios, siguen sus señales y, cuando encuentran a Jesucristo, luz de los hombres, le ofrecen con alegría todo lo que tienen.
La estrella anunció la venida de Jesús a todos los pueblos. Hoy en día, el Evangelio es lo que anuncia a todos los pueblos el mensaje de Jesús.
Los Reyes Magos no eran judíos como José y María. Venían de otras tierras lejanas (de Oriente: Persia y Babilonia), siguiendo a la estrella que les llevaría a encontrar al Salvador del Mundo. Representan a todos los pueblos de la tierra que desde el paganismo han llegado al conocimiento del Evangelio.
Los Reyes Magos dejaron su patria, casa, comodidades, familia, para adorar al Niño Dios. Perseveraron a pesar de las dificultades que se les presentaron. Era un camino largo, difícil, incómodo, cansado. El seguir a Dios implica sacrificio, pero cuando se trata de Dios cualquier esfuerzo y trabajo vale la pena.
Los Reyes Magos tuvieron fe en Dios. Creyeron aunque no veían, aunque no entendían. Quizá ellos pensaban encontrar a Dios en un palacio, lleno de riquezas y no fue así, sino que lo encontraron en un pesebre y así lo adoraron y le entregaron sus regalos. Nos enseñan la importancia de estar siempre pendientes de los signos de Dios para reconocerlos.
Los Reyes Magos fueron generosos al ir a ver a Jesús, no llegaron con las manos vacías. Le llevaron:
- Oro: Que se les da a los reyes, ya que Jesús ha venido de parte de Dios, como rey del mundo, para traer la justicia y la paz a todos los pueblos.
- Incienso: Que se le da a Dios, ya que Jesús es el Hijo de Dios hecho hombre.
- Mirra: Que se untaba a los hombres escogidos, ya que adoraron a Jesús como Hombre entre los hombres.
Esto nos ayuda a reflexionar en la clase de regalos que nosotros le ofrecemos a Dios y a reconocer que lo importante no es el regalo en sí, sino el saber darse a los demás. En la vida debemos buscar a Dios sin cansarnos y ofrecerle con alegría todo lo que tenemos.
Los Reyes Magos sintieron una gran alegría al ver al Niño Jesús. Supieron valorar el gran amor de Dios por el hombre. Debemos ser estrella que conduzca a los demás hacia Dios.
Los magos nos dan ejemplo en su búsqueda de la Verdad. Estuvieron dispuestos a correr grandes riesgos. Hombres en camellos, llevando tesoros por el desierto donde hay bandas de ladrones. Ellos buscaban al Mesías y nada ni nadie los detuvo. Fueron humildes, preguntaron a otros cómo llegar. Los de Jerusalén sabían dónde debía nacer el Mesías. Conocían las Sagradas Escrituras. Pero eso no es suficiente: pudieron dar instrucciones para que los Magos lleguen. Pero ellos mismos no fueron a adorarlo. Son como tantos hoy: Religión a mi manera, según mi opinión.
Sugerencias para vivir esta Fiesta
Reflexionar y contestar
las siguientes preguntas:
- ¿Qué regalo le voy a dar a Jesús este año que comienza?
- ¿Qué puedo cambiar para ser mejor?
- ¿Qué regalos le voy a ofrecer a Jesús?
- ¿Me encuentro alegre porque Dios me ama?
- ¿Tengo fe en Dios?
- ¿Sé vivir en la pobreza?
- ¿Soy generoso (con mi tiempo, con mi persona, con los demás)?
- ¿Suelo perseverar en mi vida espiritual a pesar de las dificultades que se me presentan?
- ¿Obedezco a Dios con prontitud?
Fuente - Texto tomado de CORAZONES.ORG:
Fuente - Texto tomado de ES.CATHOLIC.NET:
Fuente - Texto tomado de ACIPRENSA.COM: